En las últimas semanas, el Gobierno sumó regulaciones para intentar limitar las presiones a la dolarización, y por lo tanto, controlar el goteo de reservas y asegurarse también financiamiento.
Durante el primer semestre, el Banco Central tuvo todo a favor, y pudo ser comprador neto de reservas, con lo que pudo mantener las brechas entre los tipos de cambios a raya. Ya sabíamos que el segundo semestre iba a ser más difícil; siempre lo es. Sin embargo, como indicó Ámbito, el contexto electoral complicó aún más el escenario.
En las últimas semanas, el Gobierno sumó regulaciones para intentar limitar las presiones a la dolarización, y por lo tanto, controlar el goteo de reservas y asegurarse también financiamiento. Asimismo, hasta reguló el adelanto de importaciones.
Esta medida surgió dado que las expectativas de devaluación afectan el comportamiento de los agentes de mercado, adelantando el pago de las importaciones y atrasando las exportaciones.
Las fuentes de financiamiento son escasas: el mercado local y la asistencia del Banco Central. Por lo tanto, el Gobierno intenta hacer más atractivas las licitaciones, generando demanda más genuina.
En este punto, la semana que viene comienzan las licitaciones de las letras a menos de 30 días destinadas a los FCI (Fondos Comunes de Inversión). Esta maniobra intenta captar la demanda de los FCI por activos financieros muy conservadores pero que ofrezcan tasas atractivas.
En lo que respecta a las decisiones de inversión de los fondos, estas letras estarían compitiendo con una cuenta remunerada, que rinde aproximadamente un 32%, y un plazo fijo, que rinde el 34%.
El nivel de participación de los fondos dependerá del rendimiento de las letras.
Dentro de nuestra familia de fondos, para los inversores conservadores que buscan alta tasas con baja volatilidad, recomendamos el FCI AdCap Pesos Plus, que tiene una duración de 3 meses y rinde una tasa anualizada del 42%, gracias a la diversificación de la cartera entre instrumentos CER, Badlar y bonos corporativos y soberanos.
Por otro lado, la inflación va a seguir estando alta, aunque controlada en torno al 3.0% mensual. El número de agosto, de 2.5%, fue el más bajo del año.
En el balance de los riesgos, la inflación podría sorprender al alza, sobre todo en respuesta a las política fiscal y monetaria expansiva puesta en marcha por el gobierno de cara a las elecciones de noviembre y sumando a la eventual devaluación.
Así las cosas, la demanda por cobertura de inflación llegó para quedarse, ya no solo porque las expectativas de inflación continúan subiendo, sino también porque sirven como cobertura imperfecta de la devaluación.
Para estar cubierto antes los riesgos de inflación, el FCI AdCap Balanceado II es nuestro fondo favorito. Tiene una duración inferior a 1 año y rinde CER + 4.0%. El Balanceado II está compuesto en su mayoría por bonos soberanos muy líquidos, que van desde la Lecer más corta hasta el Boncer TX24.
Mantenemos la duración corta para que pueda captar el escenario inflacionario que vemos hacia adelante, sin que sume demasiada volatilidad y sea una inversión acorde a un inversor con un perfil más moderado.
La dinámica entre necesidades de financiamiento, déficit y reservas nos lleva a pensar que la devaluación es inevitable. El tema es cuándo y cómo será, si con un salto discreto del tipo de cambio, o bien mediante un aumento en la tasa de devaluación a un ritmo más cercano a la inflación.
Con respecto al “timing”, pareciera que el ajuste sería después de las elecciones de noviembre, quizás dentro del primer trimestre del año que viene. De todas formas, no podemos pensar solamente en un ajuste cambiario, si no en un plan económico que traiga confianza para que el país retome la senda de crecimiento.
Para los inversores que tienen pesos y necesitan cubrirse ante una eventual devaluación están todos los productos que ofrecen cobertura de tipo de cambio.
En nuestra familia de fondos, el AdCap Retorno Total es el fondo de cobertura por devaluación, con una duración de 1,24 años y que rinde devaluación +0,34%. Cabe destacar que el perfil del inversor debería ser moderado/agresivo, dada la volatilidad propia de esta clase de activo.
En suma, ante un escenario en el que una devaluación aparece como inevitable y con el riesgo de inflación al alza, el inversor argentino tiene oportunidades para posicionarse y proteger sus ahorros, siempre de acuerdo a su propio perfil de inversor.
Por Paula Gándara. Ámbito