Distorsión de precios, inflación y controles: Un combo con final no feliz

Cinco claves para comprender la situación: 1. Inflación. Septiembre dejó un dato algo alarmante en materia de precios y el Gobierno decidió tomar cartas en el asunto. Probablemente, lo más relevante no fue el dato de…

domingo 24/10/2021 - 12:40
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Cinco claves para comprender la situación:

1. Inflación. Septiembre dejó un dato algo alarmante en materia de precios y el Gobierno decidió tomar cartas en el asunto. Probablemente, lo más relevante no fue el dato de 3,5% mensual, sino el considerar que nuestra economía está en un nuevo régimen de inflación, al cual no creíamos estar acostumbrados, pero que con el tiempo se vuelve más tangible: en septiembre se cumplió un año en el que la inflación núcleo superó el 3% mensual. Entre 2004 y 2006 la inflación se ubicó por debajo del 1% mensual. En 2007 y hasta 2012, el promedio fue de entre 1% y 2%, para luego subir un punto más entre 2013 y 2017 (y llegar al rango de 2% a 3%). Desde la crisis cambiaria de 2018 y con excepción de la pandemia, el 3% pasó a ser la nueva normalidad. Lo importante es ver cómo sucede esto.

2. Distorsión. La inflación anual, cercana al 53%, es muy similar a la de noviembre de 2019, antes del cambio de gobierno. Si bien el número se asemeja, no son situaciones iguales. ¿Por qué? Básicamente por que entró a jugar un viejo conocido: la distorsión de precios relativos, que nos indica que los precios, sujetos a cepos o alterados por las decisiones gubernamentales, se mueven de manera diversa. Por ejemplo, mientras que hasta noviembre de 2019 el tipo de cambio había aumentado más de 60%, el dólar oficial ahora solo avanzó 29%. De igual manera, aunque en menor medida, los precios regulados en aquel momento mostraban un incremento del 45%, contra el 38% actual. El problema es que el atraso de hoy prenuncia el aumento del mañana y ahora el atraso es mayor. La distorsión de precios provoca un desincentivo a la producción de bienes transables internacionales y demanda recursos fiscales crecientes destinados a paliar su sostenimiento.

3. Congelamiento. Ante estos problemas, el Gobierno decidió realizar un congelamiento de precios. Algo que no es nuevo. En la Argentina las políticas de control de precios nacieron formalmente en 1939, como medida de excepción, en el marco de la Segunda Guerra Mundial y ante la amenaza de alteración de los flujos de comercio internacional. Luego podemos destacar muchos años en los cuales se dio inicio a procesos de control y de congelamiento o de precios vigilados, entre otros; ocurrió en 1952, 1967, 1973, 1976, 1985, 2011 y 2019. En todos los casos hubo un impacto favorable en el corto plazo en anclar expectativas, pero cuando se descuidó la macroeconomía y se profundizó la distorsión, hubo mayor inflación.

4. Concentración. Algo muy instalado localmente es que la concentración de la economía, a partir de la existencia de monopolios u oligopolios, es causante del permanente aumento de precios. Sin embargo, cabe distinguir la diferencia entre nivel y variación de precios. La concentración de la economía puede ser la causante de que los precios sean altos, pero no podría explicar que aumenten todos los meses. El índice de concentración económica (Hirschman Herfindahl index) indica que Mongolia es el país con mercados más concentrados y Rusia el de menor concentración. Ambos tienen una inflación del 3%.

5. Cómo. El Indec releva más de 300.000 productos todos los meses en todo el país para medir la inflación en 12 rubros. El congelamiento de 1500 productos tendrá un impacto nulo en la inflación, sin contar la dificultad de monitorear los precios y, sobre todo, de conocer en su totalidad la cadena de producción de todos los bienes de la economía.

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