Al igual que los mercados financieros, las empresas argentinas descuentan que después del 10 de diciembre, tras la asunción de Javier Milei, habrá una devaluación y, tras la finalización de la vigencia de los acuerdos de precios, ya comenzaron a llegar listas a los supermercados con aumentos de hasta 50 por ciento que presionarán sobre la inflación. Los incrementos son generalizados: consumo masivo, ferretería, materiales para la construcción, productos electrónicos, insumos difundidos, entre otros. La falta de entregas de mercadería, los remitos abiertos y las listas condicionadas a un eventual salto del tipo de cambio oficial a partir del lunes están a la orden del día, indica Infobae.
En paralelo, en el sector de la comercialización se mantuvo el nivel de ventas por lo que se conoce como “efecto cobertura”, es decir, gastar lo más rápido posible para anticiparse a las subas. Los otros factores que jugaron a favor del consumo son el cobro del medio aguinaldo de este mes y las Fiestas, aunque se espera que la pérdida del poder adquisitivo pegue de lleno durante el verano. Las principales compañías del país proyectan un primer semestre signado por la “estanflación”.
En el sector de los grandes supermercados comentaron a Infobae que esta semana llegaron listas con aumentos de hasta el 50% en productos de consumo masivo. “Vimos 20% en fideos o arroz, del 45% en panificados, una marca de gaseosas muy importante marcó más del 20% y algunos productos de higiene personal remarcaron 50% de una sola vez. Mejoró un poco el abastecimiento, aunque hay algunos faltantes”, detallaron. Desde un importante hipermercado mayorista indicaron que las subas fueron del 40% promedio.
Esta dinámica se da luego del 8% de incremento que acordaron las firmas productoras con la Secretaría de Comercio de Matías Tombolini para la primera semana de diciembre, en el marco de Precios Justos, que se sumó al 12% permitido después del balotaje del 19 de noviembre cuando también habían comenzado las remarcaciones. En ese momento, el Gobierno pidió a las empresas colaboración en el proceso de transición pero la expectativa de que con Milei se caigan todos los acuerdos de precios.
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“Estamos viendo que después de cada ronda de remarcaciones las ventas aumentan. En esta oportunidad no fue en la magnitud registrada después de la devaluación post PASO, cuando había compras de pánico. Los productos que más salen son los básicos de almacén y algunos que suelen ser típicos de la época navideña como atún, piononos, mayonesas, entre otros”, explicó una fuente del supermercadismo al tanto del termómetro de consumo sectorial.
Consultado por Infobae, el vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, Fernando Savore, comentó: “El martes siguiente al balotaje, el lunes fue feriado, los almacenes nos encontramos en los mayoristas aumentos del 25% promedio en alimentos y 30% en higiene personal. Ese parecía ser un techo pero la verdad es que ese proceso no frenó. Esta semana tuvimos remarcaciones del 30% en harinas, 50% en fideos secos, galletitas 50%, tapas de empanada y tarta con 100% de disparada. Una locura”.
“Hace siete u ocho meses hablábamos con preocupación de una inflación de 7% u 8%; ahora hablamos de 15 puntos. El consumo este mes va a ser especial porque la mayoría de la gente que labura percibe el medio aguinaldo, que lo usan para cubrir la tarjeta o comprar bienes básicos. Pero para el verano vamos a sentir la estanflación de la que habló el presidente electo y de la que venimos alertando nosotros desde hace casi un año”, apuntó el referente de los almaceneros.
Por su parte, Sergio Angiulli, presidente de la Cámara Argentina de Ferreterías y Afines, trazó un panorama sobre su sector: “La realidad de la cadena de valor ferretera es: hay un gran número de proveedores que suspendieron sus ventas, faltan listas y no sabemos si vamos a poder reponer mercadería y a qué valores, hay incrementos de hasta 60% y falta de materias primas para fabricar en nuestro país, como el PVC”.
Esa dinámica es similar a la que se observó en las últimas semanas para materiales de construcción, los insumos difundidos y los aparatos electrónicos. Muchas de esas cadenas comercializan productos importados que, en caso de un salto del tipo de cambio oficial, sufrirán nuevas remarcaciones.
En las empresas productoras locales esperan que desde el 10 de diciembre haya un proceso de “sinceramiento” de algunas variables como el dólar oficial de al menos un 50 porciento, las tarifas de servicios públicos, los combustibles y de productos enmarcados en Precios Justos. El límite de los traslados, saben, será el bolsillo de los consumidores finales en medio de una fuerte inercia inflacionaria. Igualmente el consenso es que la economía se frenará durante el primer semestre de 2024.
Los aumentos se notan en los primeros datos de inflación. Por caso, en la Ciudad de Buenos Aires el Índice de Precios al Consumidor tuvo una variación del 11,9% en noviembre y del 160,6% en el último año. El dato va en línea con las consultoras privadas, que habían estimado una aceleración y vuelta a los dos dígitos a partir del mes pasado. Los alimentos habrían tenido una suba en torno al 15% promedio. Para diciembre comenzaron a revisar sus proyecciones a la zona del 20% mensual en el nivel general.
Los primeros números del mes corriente van en ese sentido: el relevamiento de precios de alimentos de la consultora LCG arrojó una inflación de 7,4% solo en la primera semana, aceleró 4,1 puntos respecto a la anterior, promedió 12,3% en las últimas cuatro y 17,5% en el mismo período. El mayor impacto lo sufrirán los sectores de menores ingresos, que dedican mayor parte de sus recursos a productos de la canasta básica, en el marco de una pobreza que alcanza al 45% de la población según los últimos números de la Universidad Católica Argentina (UCA).