El bloque radicalse reunió con Gobierno y se sumó a la reunión de estrategia parlamentaria en Casa Rosada junto a los representantes de La Libertad Avanza, el PRO y el MID para debatir el Presupuesto 2025. La delegación la encabezó el titular de la bancada, Rodrigo de Loredo, junto a los integrantes de la UCR de la comisión de Presupuesto y Hacienda y algunos de los radicales libertarios.
El radicalismo está en pleno debate interno sobre el futuro de los integrantes del bloque, que se vio impactado por los cinco diputados que decidieron acompañar los proyectos del presidente Javier Milei. Ellos son Mariano Campero, Luis Picat, Pablo Cervi, Martín Arjol y el correntino del partido Espacio Liberal, Federico Tournier.
La UCR viene reuniéndose con el Gobierno para analizar el presupuesto en diferentes encuentros desarrollados en el Congreso. En estas reuniones participan el diputado Lisandro Nieri, el secretario parlamentario Alejandro Cacace y, por parte del Gobierno, el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y José Luis Espert. La UCR ya cuestionó puntos vinculados con el presupuesto para la educación, las universidades, las asignaciones familiares y para los sectores de jubilados y pensionados.
Esta reunión en Casa Rosada será la primera en la que los radicales participen en el marco de la mesa de estrategia parlamentaria creada por Milei, y encabezada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. De Loredo, Karina Banfi y Soledad Carrizo habían participado el pasado verano en encuentros por la Ley Bases.
La interna del bloque radical
El martes por la noche se superaron, momentáneamente, las versiones de ruptura, y se conformó una mesa de diálogo entre los diferentes sectores internos, encabezada por los moderados Julio Cobos y Mario Barletta.
La mesa intentó en vano mantener un primer encuentro este miércoles con la presencia de Rodrigo de Loredo. Pero este no fue y delegó en Karina Banfi la representación de la conducción. Los sectores críticos no toleran la presencia de los radicales peluca, ni en el bloque, ni en la reunión de la UCR en Casa de Gobierno y el encuentro de esta jornada por la discusión del presupuesto aceleraría el quiebre de los radicales. De Loredo junto Lisandro Nieri, Soledad Carrizo, Roxana Reyes, Roberto Sánchez y Luis Picat, participaron de la convocatoria oficial. Mientras que la interna del radicalismo está en su máxima expresión.
Las tensiones persisten en el espacio legislativo del centenario partido. Los diputados que responden a Facundo Manes, quienes no participaron de la reunión del bloque, continúan exigiendo la expulsión de los cinco libertarios y piden una reorganización de la bancada. Entre otros puntos, solicitan ocupar la secretaría parlamentaria que hoy le pertenece a Soledad Carrizo.
Sin embargo, esos intentos de los sectores críticos, el de Manes y el del presidente del partido, Martín Lousteau, chocan con las intenciones de los gobernadores radicales, quienes no quieren rupturas en los bloques parlamentarios. Además, los críticos son una minoría de 10 diputados sobre un total de 33.
La mesa de diálogo y de convivencia aún no comenzó a deliberar, pero podría fracasar, ya que el oficialismo no aceptaría cambios en la conducción del bloque y ratificó que “desde la UCR no se echa a nadie”. Mantienen el compromiso asumido el martes por la noche, que consistió en que cada integrante de la UCR asuma el compromiso de cumplir con el Reglamento interno del bloque y, más específicamente, con el artículo 11, que señala que “las decisiones y las posturas políticas se resuelven por mayoría”, no por unanimidad.
El sector de De Loredo también dejó abierta una salida acordada para que, si algún integrante del radicalismo debe votar de manera diferente a la decisión de la mayoría en un proyecto de ley, lo haga a instancias de situaciones internas locales de cada diputado.
En la búsqueda de acuerdos, los radicales libertarios solicitaron como compromiso debatir en cada proyecto que implique fondos presupuestarios, como, por ejemplo, el financiamiento universitario y las partidas específicas para solventar esas erogaciones por parte del Estado nacional.