Lucy Jones, de 22 años, tuvo a su hija Ruby sola y de manera inesperada en el baño. Durante su embarazo siguió menstruando, tomaba anticonceptivos y no tuvo ningún síntoma.
Una joven de 22 años y su pequeña hija Ruby son noticia en el mundo por un extraño caso: la madre se enteró de que estaba embarazada al momento de dar a luz, cuando vio “los dos piecitos” de la bebé que había salido de su cuerpo, mientras estaba en el baño, señala Perfil.
Así lo relató la joven madre llamada Lucy Jones, que estaba entrenando para convertirse en azafata, al medio inglés Mirror. “Hice una semana de entrenamiento de tripulante de cabina y volví a casa unos días. Una noche sentí un tremendo dolor en el estómago, pero como mi periodo comenzaba a fin de esa semana, pensé que era eso. De repente sentí que tenía que ir al baño y di a luz en mi inodoro, totalmente sola”, contó.
“Escuché un golpe, miré hacia abajo, y ahi vi dos piecitos saliendo del inodoro”, resume la joven sobre cómo vio por primera vez a su bebé, sin tener idea de que iba a parir.
Lucy dijo que no tenía ninguna sospecha de su embarazo hasta ese preciso momento. Luego tomó a la bebé, la envolvió en una toalla y la llevó a la cocina, mientras llamaba a sus padres que habían salido para que volvieran a ayudarla.
“Cuando mis padres llegaron estaba gritando como una histérica y diciendo ‘hay un bebé’, y ellos esperaban que fuera un aborto espontáneo, no un bebé de dos kilos en el medio de la cocina”, dijo.
Tomaba anticonceptivos, no tenía síntomas y dos test le dieron negativo
Jones, oriunda de Bristol, Inglaterra, asegura durante el embarazo no solo seguía menstruando, sino que además tomaba anticonceptivos todos los días desde hace siete años, y que en la gestación no sintió ningún síntoma, ni malestar, ni señales de ningún tipo.
Además, dijo que como parte del entrenamiento para ser azafata fue revisada por un médico –que tampoco notó nada extraño– y que a los ocho meses de embarazo, dos test le dieron negativo cuando obtuvo el apto médico para volar.
Durante todos esos meses, la joven llevó una vida normal sin ningún problema: trabajaba 70 horas a la semana, salía a boliches, bebía alcohol e incluso dijo que salió por última vez tres días antes del parto.
Pese a la inesperada llegada de Ruby, Lucy dijo que se siente cómoda con la maternidad y que “no la cambiaría por nada del mundo”, aunque sí contó que en el momento en que dio a luz tuvo un fuerte shock por lo que pasó, lo que hizo que no recuerde nada más después de que sus padres llegaron a la casa, solo recuerda haberse despertado ya en al hospital.
“Es una de esas historias que siempre escuchas que le pasan a otras personas pero nunca pensas que te va a pasar a vos o a alguien que conozcas”, dijo.