La economista, de 63 años, juró este sábado como nueva jefa de Estado. Es la primera mujer en conducir los destinos del gigante sudamericano y sucede a Luiz Inácio Lula da Silva.
«Prometo mantener, defender y cumplir la Constitucion, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil», leyó Rousseff y de inmediato fue ovacionada por los legisladores brasileños y los invitados presentes.
Aunque sin el fervor multitudinario que provocó la llegada de Lula al poder el primero de enero 2003, miles de brasileños concurrieron a la Explanada de los Ministerios, la imponente avenida de los edificios del poder de Brasilia, para las ceremonias de traspaso de mando. Unánimemente, la investidura fue también una despedida del presidente más popular de la historia de Brasil, considerado «un hombre del pueblo», y que sale con 87% de aprobación.
«Nosotros soñamos toda la vida tener un presidente como Lula, por su historia de vida y de militancia, y es muy importante para mí saber que llega alguien a continuar su proyecto», explicó Ivette Maria Soccol, llegada del extremo sur del país, frontera con Uruguay, con su esposo, hijo y nuera.
Con ovaciones y bajo una intensa lluvia, la presidenta arrancó su desfile en Rolls Royce frente a la Catedral, rodeada de una escolta de mujeres de la policía de Carreteras que corrieron en traje negro junto al auto, y con la avanzada de la blanca caballería de los Dragones de la Independencia.
Ex guerrillera en la juventud, Dilma Rousseff, de 63 años, fue la mano derecha de Lula como ministra jefe de Gabinete, y se ha comprometido a hacer un gobierno de continuidad, manteniendo la estabilidad económica, y los programas sociales para erradicar la miseria en un país que sigue siendo súmamente desigual.
El canciller Héctor Timerman participó hoy en Brasilia, en representación del gobierno nacional, del acto de asunción de la nueva presidente brasileña. Timerman destacó que se trataba de «una gran fiesta de la democracia latinoamericana».
El canciller señaló también días atrás que Cristina Fernández terminó «un año complicado» y resaltó que fueron las primeras fiestas «que pasa sin su compañero» Néstor Kirchner. «Está todo conversado con Brasil y no hay ningún problema (por la ausencia de Fernández) no hagamos un tema político cuando es otra cosa», dijo Timerman a una radio porteña. El canciller destacó además que eran «muy buenas» las expectativas que genera la asunción de Rousseff, porque supone «la continuidad de las políticas de (Luiz Inácio) Lula» Da Silva.
Los nuevos gobernadores de la mayoría de los estados brasileños, incluyendo al Distrito Federal, también asumieron sus cargos hoy.
Fuente: Diario Jornada