Diego Korol: «Mientras peor le va a la Argentina, más gente va a los mundiales»

El conductor y periodista deportivo, con la Copa del Mundo de Qatar, llegó a la séptima que cubre como profesional y brindó una entrevista hablando desde sus comienzos hasta ahora. Diego Korol comenzó con el…

sábado 03/12/2022 - 10:25
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El conductor y periodista deportivo, con la Copa del Mundo de Qatar, llegó a la séptima que cubre como profesional y brindó una entrevista hablando desde sus comienzos hasta ahora.

Diego Korol comenzó con el Mundial de Francia 1998 y hasta ahora, viene diciendo presente en cada una de las ediciones que se desarrollaron posteriormente y en la nota realizada por iProfesional habló de muchísimos temas.

«Me lo planteó varias veces y le respondí que lo único que me divertía era hacer algo en deportes, un espacio que el programa no cubría», recuerda desde Qatar. Convencido de que las coberturas podían ser tomadas con humor propuso parodiar las transmisiones futboleras con comentarios casi surrealistas. «Jodía pero con respeto. Nunca cargué a un hincha cuyo equipo descendió o perdió por robo», sostiene.

Así impuso un estilo nuevo de notero donde el desenfado se mezclaba con un humor inteligente que jamás perdía el respeto por el entrevistado ni la audiencia. «Al principio tuvimos problemas con algunos periodistas deportivos porque no entendían ese código de humor. Hoy me parece que se fue para el otro lado. Es difícil encontrar un periodista deportivo de actualidad», reflexiona.

Comenzó a cubrir partidos locales, su primera cobertura internacional fueron los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, después llegarían los mundiales de fútbol. Abandonó Videomatch, pasó a ser el carismático conductor de Sin Codificar, pero para los mundiales lo siguieron convocando. Con los de Alemania y Sudáfrica vivió una situación curiosa. Hacía humor en América y cada noche participaba de un programa mundialista en Telefe.

El Mundial de Qatar lo encuentra metido en el proyecto de una radio nueva como esDSports Radio que cuenta con los derechos otorgados por FIFA para relatar todos los partidos de la cita mundialista. Korol no para, se encarga de transmitir las previas, los post de los partidos, conferencias de prensa y además busca historias originales como las de esos hinchas uruguayos que lograron armar en una cancha de rugby una previa donde «vendían entradas para comprar la única cerveza cara que se puede consumir», cuenta. Se lo nota cansado y no solo por la diferencia horaria de seis horas, el trabajo es intenso, sin embargo, se hace un tiempo para charlar con este medio sin apuro ni a las apuradas.

Asegura que lo mejor de su trabajo es ver a la Selección Argentina en la cancha, entrevistar a los jugadores. Lo peor son esos días «ventana» cuando entre un partido y otro no hay actividades y es preciso salir a buscar notas diferentes al resto.

«Creo que es el Mundial donde se ve más gente de la Argentina haciendo coberturas», observa, «entre periodistas y generadores de contenidos encuentro mucha gente laburando, incluso más que en el Mundial de Rusia».

La tecnología además permite que transmitan con teléfonos celulares, cámaras de fotos. «Internet facilitó todo, se ve a canales grandes saliendo con un telefonito y otros que montaron estudios. También es cierto que muchos periodistas porque trabajan para dos o tres medios. Ejercen una especie de «poliamor» laboral (risas).

Pese a su experiencia, lo que más lo sorprende no es la cantidad de colegas sino la de hinchas argentinos que se encuentran en Qatar. «En los meses previos y con todos los problemas del dólar soja, el dólar Qatar, el dólar todo, uno se imaginaba menos gente».

-¿A qué lo atribuís? ¿Ahorraron, se endeudaron, solo viajaron millonarios?

-Ahorraron, se endeudaron, hay de todo. Gente que se nota no tiene problemas económicos, pero otros llegaron y se la rebuscan vendiendo por ejemplo stickers de Messi, con lo que se van autofinanciando.

-En el partido que la Argentina jugó contra Polonia fue llamativa la cantidad de hinchas argentinos…

-Creo que los argentinos tenemos un delirio muy particular con el Mundial. No se ven franceses haciendo un banderazo, por ejemplo. Algunos europeos llegan, ven un partido pero no se instalan. En cambio, el argentino que aterriza en Qatar está al menos veinte días. Hay cierta inconsciencia de la situación -dicho en el buen sentido- que genera que a nadie le importe tanto la parte económica. Ayer, en el partido con Polonia quedaron argentinos afuera y polacos no habría más de cien.

-¿Y en las coberturas?

-Lo mismo. No se ven casi medios portugueses haciendo nota con Ronaldo. Ni te cruzás casi con colegas franceses o españoles. Ayer había un solo medio polaco entrevistando a su equipo y  era un partido crucial. De la Argentina podía contar alrededor de cincuenta medios entre gráficos, digitales, televisivos y hasta periodistas de la misma señal. Solo Brasil y México muestran un despliegue similar.

-Esta «mundialmanía» ¿aumentó con los años?

-Para mí es inversamente proporcional al desarrollo económico de la Argentina (risas). Mientras peor le va a la Argentina más gente va a los mundiales.

Para justificar su opinión, sin repetir y sin soplar, Korol hace un repaso. «En Japón-Corea no fue nadie porque la situación era muy mala. En el de Alemania estaba lleno de argentinos que vivían en Europa. En Sudáfrica y con Maradona como técnico la presencia argentina fue moderada. En Brasil había hinchas ‘ida y vuelta’, se tomaban el avión a la mañana y volvían luego del partido para no pagar hotel ni estadía. En Rusia se vio mucha gente, pero en el medio el dólar se disparó y el comentario en los partidos era la cotización. Hasta se cantaba una canción con el aumento del dólar».

-Y en Qatar ¿cómo está la situación?

-Si en Rusia el comentario era ‘¿che a cuánto está el dólar?’. Acá la frase que se escucha es ‘ya está’, ‘ya estamos empernados’. El argentino tiene tatuado la Scaloneta y el ‘ya está’. Nadie habla de la cotización. El fenómeno argentino es que aunque nos vaya mal económicamente no dejamos de venir a los mundiales. Creo que si un europeo viviera la situación inflacionaria argentina se asustaría y no viajaría. Pero para el argentino, Mundial mata crisis. Hablo de 40 mil personas en un universo de más de cuarenta millones. Sin embargo, hace unos meses uno arriesgaba que la cantidad de argentinos que viajarían serían, no sé, unos cinco mil y vinieron casi diez veces más.

-¿Cuánto gasta por día un argentino en Qatar?

-En dólares unos 40, 50 dólares diarios. Pero también depende, si vas al supermercado con esa plata comés cuatro días.

-¿Este es el Mundial más caro?

-Si lo comparás con la Argentina, el Mundial más caro siempre es el que va a venir (risas). En Francia era el uno al uno y fue un despilfarro total. Al mundial siguiente, Corea Japón en el 2002, nos paraban por la calle para invitarnos a comer porque habían visto las imágenes de la crisis del 2001. De hecho se bajaron las coberturas de casi todos los medios nacionales y quedaron solo dos o tres. Alemania fue un Mundial que podemos calificar de ‘moderado para el bolsillo argentino’. Sudáfrica fue ‘accesible y amigable’. Brasil, se iba y venía. Rusia fue caro. Qatar es extraño. Comer sale más o menos como la Argentina, pero la ropa te cuesta el doble. De electrónica hay buenas ofertas porque cuentan con exenciones impositivas. Comprarse un iPhone acá es más barato que en Estados Unidos.

-¿Qué pasa con la reventa de entradas?

-No se ve. En los otros mundiales te encontrabas gente en los alrededores de los estadios con carteles con un ‘necesito tiquets». Pero en Qatar no vi ni uno. No sé si tiene que ver con las nuevas tecnologías y lo piden por grupos de Whatsapp (risas).

-¿Se observa mucho control estatal?

-En el caso nuestro no tuvimos los inconvenientes restrictivos que nos imaginamos. En Rusia notaba más control policial, acá no y no surgen inconvenientes. Vamos y venimos a todos los estadios en el metro sin incidentes y no es que está lleno de policías o agentes de control, de hecho al subte no lo maneja nadie. Es automático. Antes de venir me imaginé que los ingresos a las canchas podían ser complicados pero fluyen tranquilos.

En Rusia, por ejemplo, se impidieron los banderazos argentinos y después de negociar, se los permitió. Acá no hubo restricciones. Creo que también hay un mejor comportamiento de la gente, que entiende que si pasa algo la pasará mal y además parece que afuera nos portamos un poco mejor.

-¿Qué viste que te gustaría replicar en nuestro país?

-El trato de la gente en general es muy amable y cordial. Por ahí no tienen dimensión que están viviendo un Mundial pero son muy amables, educados y tratan de ayudarte todo el tiempo.

Cuentan con una gran infraestructura pero todo es cuestión de plata. Con plata creo que la Argentina sería mejor que Qatar. Por ejemplo, pusieron dos micros a disposición de los periodistas. El detalle es que van a un lugar que nadie usa. Si les pedís que te lleven a otro lado que sí se precisa, como la cancha o el centro de prensa, te responden que no porque están contratados para ir a otro lugar que -reitero- nadie usa. En la Argentina, lo conversabas y terminabas con un ‘dale que los llevo’.

-¿Qué puntos en común notás con otros mundiales?

-Desde la parte organizativa hay un gran crecimiento, acompañado de un gran presupuesto de lo que es la FIFA en la organización del espectáculo. Lo que montan en la cancha, el backstage de las transmisiones, cómo venden los derechos, cómo agregan sponsors; todo en función de ir haciendo el negocio cada vez más fuerte. En lo emotivo, la Selección Argentina siempre es una de las más acompañadas por la gente.

-¿Qué conocen de la Argentina en Qatar?

-Messi y Maradona. Por Diego tienen un amor profundo. Donde entrás te dicen ‘Messi, Maradona’ con mucha alegría y te aseguran que hinchan por la Argentina, aunque no sé si cuando entran los otros no les dicen lo mismo (risas).

Previo al partido de México le entregaste a Scaloni una camiseta muy especial…

-Era la del Club Atlético Sportivo Matienzo, equipo barrial de Pujato, su ciudad natal. Viajamos para grabar ‘Alma de potrero’, un documental que se puede ver. Le hicimos notas a su maestra, al hermano, al mejor amigo, al padrino de casamiento y nos fueron firmando la camiseta. Esto fue en septiembre y les prometí que la llevaría a Qatar. En la primera conferencia, luego del partido con Arabia Saudita no se la pude dar, pero en la previa del partido con México, sí. Había sido una conferencia dura donde le recordaban que había sido ‘la peor derrota en un debut’ y otras cosas. Así que al terminar, me acerco, se la entrego y le digo ‘tenela que acá están tus afectos’. Scaloni la toma y medio que se emociona.

Después de eso le ganamos a México y en la previa del partido con Polonia le hiciste otro regalo…

-Le llevé una foto de él con sus compañeros de colegio y con su equipo de fútbol de cuando era chico.

-Y el equipo volvió a ganar.

-Sí, así que lo estamos usando como una cábala previa. No tengo tanta cosas de Pujato pero ya algo encontraremos. A FIFA mucho no le gusta lo que hacemos, pero Scaloni tiene buena onda y se detiene para que yo le entregue lo que llevo.

-El próximo Mundial ¿te encontrará trabajando?

-Me encontrará pero no trabajando sino como hincha y junto con mi hijo, José.

Es que ya seamos periodista o no todo sabemos que cubrir un Mundial es maravilloso, pero gritar un gol abrazado a tu hijo, sin duda y más allá de la cotización del dólar es impagable.

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