«Di Pierro maneja la ciudad como un kiosco personal»

Todos podemos advertir que la calidad de vida de Comodoro Rivadavia se ha deteriorado progresivamente. Basta con caminar la ciudad, leer los diarios, escuchar a los vecinos y entender que estamos cada vez peor. La…

sábado 19/05/2012 - 15:30
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Todos podemos advertir que la calidad de vida de Comodoro Rivadavia se ha deteriorado progresivamente. Basta con caminar la ciudad, leer los diarios, escuchar a los vecinos y entender que estamos cada vez peor. La Mesa Local de Proyecto Sur cuestiona la ética de la administración municipal.

Pero esta situación no es casual. Es la consecuencia de 25 años de gestión pública del Partido Justicialista al frente del Municipio. Desde 1983, apenas discontinuada por la oscura gestión radical de Aubía, ha sido el justicialismo el encargado de administrar los recursos de la ciudad y de desarrollar proyectos de crecimiento colectivos.

Es evidente que el justicialismo ha fracasado, que no tiene ningún proyecto que contenga a la mayoría de los habitantes y no planifica ningún crecimiento sustentable y armoniosa con vistas al futuro. Lo que sí quedó en claro, apenas asumió Néstor Di Pierro, es que con el grosero aumento a los funcionarios que acordó en los primeros días de su gestión iba a usar los recursos públicos principalmente para él y para sus socios. La Municipalidad podía terminar siendo un kiosco en sus manos.

El zorro en el gallinero

Recientemente nos hemos enterado los comodorenses que el Intendente ha decidido ceder en comodato (un préstamo entre amigos) una vivienda municipal al titular del Tribunal de Cuentas, Carlos Jurich, quien casualmente es el encargado de vigilar la administración municipal.

Como si se tratara de una propiedad personal, tomó la decisión sin que mediar una ordenanza. Debe haberle entregado las llaves y, con un giño, agregó: “Tomá, Carlos. Cómo te voy a cobrar, si somos amigos”. Y Jurich, que cobra alrededor de 25 mil pesos mensuales (más lo que genera en su actividad privada), aceptó la propuesta nomás.

Este acto profundamente inmoral ocurre mientras miles de ciudadanos siguen con problemas para acceder a un terreno y a una vivienda digna. Mientras sus esperanzas se ven postergadas y las posibilidades de ofrecer una mejor vida a sus hijos se hacen cada vez más lejanas.

Cada día que pasa, se desaprovecha una nueva oportunidad para el inicio del renacimiento de Comodoro. Lo cierto es que estamos mal y vamos peor.

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