Hubo incidentes dentro y fuera de Casa de Gobierno. Las hijas del astro futbolístico tuvieron que intervenir ante el avance de los fanáticos y luego decidieron retirar el féretro de la sala donde se realizaba la ceremonia. Alberto Fernández y Cristina Kirchner están en el lugar.
El operativo de seguridad en el ingreso a la Casa Rosada para el velatorio de Diego Maradona se desbordó esta tarde cuando cientos de fanáticos empezaron a trepar las rejas del edificio gubernamental.
Los incidentes comenzaron a las 14, cuando la Policía interrumpió la fila de personas que esperaban para ingresar a Casa de Rosada en 9 de Julio y Avenida de Mayo.
En un principio, la familia Maradona había exigido terminar la ceremonia a las 16:30, lo que tornaba imposible el acceso de las cientos de miles de personas que esperan en el centro porteño para darle el último adiós presencial al mejor jugador de fútbol de todos los tiempos.
El presidente Alberto Fernández intervino y habló con las hijas del fallecido DT de Gimnasia y Esgrima La Plata para extender el velatorio hasta las 19. Sin embargo, la novedad no calmó a los fanáticos que se encontraban en Plaza de Mayo, que empezaron a amucharse en el ingreso al Salón de los Patriotas Latinoamericanos.
Desesperados, muchos de ellos empezaron a trepar rejas y tirar vallas.
Hubo incluso escenas de tensión dentro de la Rosada, hasta donde llegaron gases lacrimógenos que habían arrojado las fuerzas de seguridad en el exterior. Algunas personas intentaron acercarse al cajón hasta que intervinieron las hijas del ídolo, que con lágrimas en los ojos se abrazaron al féretro y les pidieron calma a los fanáticos.
En un principio, la familia reacomodó el féretro más lejos de las vallas para evitar nuevos inconvenientes. Finalmente, retiraron los restos mortales del campeón del mundo y se interrumpió la ceremonia.
Mientras tanto, decenas de personas ingresaron al Patio de las Palmeras.
Los móviles de los canales de noticias mostraron en vivo imágenes del presidente Alberto Fernández y de su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en uno de los balcones de la Casa Rosada. Ambos les pedían calma a los fanáticos. La vicepresidenta Cristina Kirchner también se encontraba en Casa Rosada: pocos minutos antes había despedido al campeón del mundo.
Los incidentes provocaron una fuerte disputa política entre los gobiernos nacional y porteño.
El Poder Ejecutivo responsabilizó a la Policía de la Ciudad por el inicio de la represión en las calles.
Luis Morales, subsecretario de Intervención Federal del Ministerio de Seguridad de la Nación, aseguró en declaraciones radiales: “De ninguna manera hubiéramos dado indicaciones de despejar o reprimir; recién nos comunicamos con las autoridades de la Ciudad para solicitarle que no se produzcan más desbandes”.
Desde el entorno del ministro de Seguridad porteño, Diego Santilli, dieron su versión de los hechos: “El Gobierno nacional armó un comando unificado de fuerzas federales con apoyo nuestro y a las 14 dieron la orden de que no ingrese más gente, lo que generó los incidentes”.