Después de dos años de investigación, desbarataron en San Juan una banda que captaba mujeres en estado de vulnerabilidad y las trasladaba a Colombia para ser explotadas sexualmente.
El caso salió a la luz el 4 de julio pasado a raíz de la detención de Gustavo De la Fuente, un reconocido abogado sanjuanino acusado de integrar una red de trata con conexiones internacionales. En la misma causa, Gendarmería Nacional detuvo también a otros dos miembros de la organización: un colombiano y un venezolano.
Según detalló una fuente cercana al caso a Tiempo de San Juan, los delincuentes usaban como fachada la empresa Belle Argentina, un supuesto estudio de modelaje que en realidad vendía contenido erótico.
El modus operandi era siempre el mismo. Contactaban a través de las redes a posibles víctimas, todas ellas en estado de vulnerabilidad, y mediante ofertas engañosas de trabajo las sacaban del país vía La Rioja. Incluso, en uno de los allanamientos descubrieron a tres menores de edad que ya declararon en Cámara Gesell y complicaron aún más la situación de los detenidos.
En el caso del abogado De la Fuente, la Justicia le dictó la prisión preventiva y lo imputaron no sólo por explotación y trata, sino también por lavado de dinero y tenencia de drogas, debido a los elementos secuestrados en su estudio durante uno de los procedimientos.
En las últimas horas y por razones de seguridad, De la Fuente fue alojado en el Pabellón 1 del Sector II del penal de Chimbas, destinado a los policías y militares condenados o procesados por robos, droga, delitos sexuales y homicidios.
En dicho pabellón, el abogado comparte la celda con el homicida Rodolfo Elizondo, un exsoldado voluntario condenado a perpetua por matar a golpes a su hijastro en 2005, y con cuatro policías federales – todos exclientes suyos – procesados por el robo de 20 millones de pesos a un camionero.
En medio de las repercusiones por el caso, tomó relevancia un posteo que compartió en sus redes a mediados de 2022 la firma Belle Argentina, involucrada en el caso, en el que paradójicamente se comprometía a “contribuir con la identificación y erradicación de la trata de personas en el mundo”.