Cualquier persona que no tuviera información y mirara lo que ocurría el domingo 14 en los bunkers del Frente de Todos, podía concluir que se trataba de un grupo de personas que había triunfado en algo. La verdad era exactamente la opuesta: acababan de recibir una derrota histórica. Luque se muestra más cerca que nunca de Alberto Fernández, con miras en el 2023: foto en la oficina presidencial e inauguración de la Casa de Comodoro en Capital Federal para seguir con la ilusión de que no hubo pérdidas importantes en la última semana.
El panorama general para el oficialismo es tan desolador que cualquier celebración parece un acto de negación patológica y no una reacción razonable de dirigentes serios. Puestas así las cosas, es imposible no recordar que en Chubut -desde el año 2013- el PJ viene acumulando en su haber cinco derrotas consecutivas.
En estas elecciones Generales, el Peronismo fue unido en todo el país pero aun así obtuvo apenas el 33 por ciento de los votos a nivel nacional. Solo esa cifra le da una dimensión a lo sucedido. Desde que lo fundó el general Juan Domingo Perón en 1945, nunca su movimiento había recibido semejante cachetazo.
El dato revelador y preocupante es que estas fueron las Generales con menor participación desde el regreso de la democracia, donde votó el 70% del padrón electoral. El Peronismo ganó apenas en 8 provincias en todo el país: el peor desempeño en toda su historia.
Si nos remontamos a las elecciones Generales del 2019, tenemos que recordar que Juan Pablo Luque ganó por un amplio margen en la categoría Intendencia. El Frente de Todos se impuso con el 50,84% (56.880 votos). Solo dos años después, el Justicialismo perdió sacando solo 35.021 votos. Una diferencia de 21.859 votos que se licuaron entre la gente que optó por darles la espalda.
El escrutinio final de estas elecciones Generales 2021 arrojó un resultado que fue el cachetazo que le faltaba recibir al Frente de Todos. Ignacio Torres del PRO y Edith Terenzi de la UCR sellaron una elección –en la categoría Senadores- con el apoyo de 110.978 chubutenses.
En cambio, el Frente de Todos con Carlos Linares y Florencia Papaiani como candidatos cerró una elección con 82.609 votos, una diferencia de 28.369 votos con la lista ganadora que encabezó Torres.
En la categoría Diputados, Ana Clara Romero de Juntos por el Cambio ganó con 110.631 votos sobre los 82.075 que obtuvo María Eugenia Alianello del Frente de Todos.
De esta forma, en Comodoro Rivadavia, Ana Clara Romero superó a María Alianello por 74 votos, mientras que en la categoría Senadores, quien se impuso por 1.123 votos fue el Frente de Todos, con Carlos Linares, que sacó 35.501 votos, sobre Juntos por el Cambio, con Ignacio Torres, que obtuvo 34.378.
Así, tras las elecciones de este domingo, Juntos por el Cambio se quedó con dos senadores -Ignacio Torres y Edith Terenzi- y una banca en el Congreso de la Nación, que ocupará Ana Clara Romero.
Las otras dos bancas en juego, una en el Senado y otra en Diputados, serán ocupadas por el Frente de Todos, con Carlos Linares y María Alianello respectivamente.
Luego de la performance del domingo 14, la realidad es que el panorama para el oficialismo es tan desolador que cualquier celebración parece un acto de negación patológica y no una reacción razonable de dirigentes serios. Algunos militantes saltarán de alegría. Hay gente para todo. Pero el resto del país tiene derecho a percibir un preocupante desacople entre quienes conducen el país, y la realidad.
Tal vez sea mejor apoyar los pies sobre la tierra antes que inventar festejos eufóricos de derrotas durísimas. Con o sin pandemia, lo que viene no será nada sencillo. Tanto el presidente Alberto Fernández, como el intendente Juan Pablo Luque, tergiversaron sin pudor la derrota de las elecciones construyendo un triunfo imaginario.