La ola de contagios de COVID-19 en los equipos del fútbol argentino, -que tuvo a River Plate como el último claro exponente- y la contradicción de programar partidos en horarios donde está prohibida la circulación por decreto presidencial, motivaron al abogado Juan Pablo Chiesa a denunciar a la AFA y a su titular, Claudio Tapia, por “atentar contra la salud pública”.
Hay mucha polémica y contradicciones alrededor de la continuidad del fútbol en medio de la segunda ola de contagios de COVID-19, con récord de casos positivos y muertes, mientras existe una suerte de ‘toque de queda’ desde la hora 20 para la ciudadanía. Y más cuando el Gobierno nacional impulsa nuevas restricciones, sin permitir la presencialidad en las escuelas o el ejercicio del deporte amateur, incluso aquellos que se realizan en espacios libres.
Ocurre que, para empezar, el fútbol profesional no cumple con la restricción horaria para circular. Y en ese contexto, hasta algunos integrantes del comité de expertos del Gobierno Nacional en materia de Covid-19 alertó semanas atrás sobre los contagios en los clubes y los incumplimientos de los protocolos sanitarios.
Con esos antecedentes, el abogado Juan Pablo Chiesa presentó una denuncia contra la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y su titular Claudio ‘Chiqui’ Tapia, por “atentado contra la salud pública”.
Chiesa denuncia a la entidad por “incumplimiento del decreto 287/2021, en virtud de los recientes trascendidos de contagios masivos en clubes de Primer División, pese a la clara obligación impuesta por dicha normativa de aplicar estrictos protocolos aprobados por las autoridades sanitarias nacionales y/o provinciales y por sedición”.
El letrado también menciona la reprogramación de partidos “en forma adecuada al horario en que se encuentra restringida la circulación para la ciudadanía y el cierre de comercios”.
Tras repasar los contagios en varios clubes de primera división, Chiesa concluye que “hay un complot y se han puesto de acuerdo para contrariar una disposición nacional a fin de que no sea aplicada al fútbol argentino”, lo cual encuadraría dentro de la figura penal de la “sedición”.