Denuncian que un auto con sonido «rompe ventanales» y «hace que se caigan vasos y platos»

Un vecino de Laprida viene denunciando al conductor desde el año pasado. Qué se puede hacer en esta clase de situaciones.

miércoles 01/01/2025 - 22:38
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A mediados de abril comenzaron a aparecer en grupos vecinales del barrio Laprida las primeras denuncias o «escraches sociales» contra un joven y su auto.

¿El motivo? No solo la música, sino más bien el sonido. Es que ante los altos decibeles que alcanzan los parlantes del vehículo, deja consecuencias de todo tipo en el tranquilo barrio de zona norte.

Hay denuncias que datan de abril y mayo del 2024, y en las últimas horas volvió a reflotar el tema en el barrio.

«Alguien conoce al chico que tiene el Gol todo negro medio raro que anda con la música al palo todos los días? ya es segundo ventanal que me rompe con esa música!», aseguró un usuario en un grupo de vecinos de Laprida.

Dijo que «cuando pasa se me caen los vasos, los platos», aseguró. Además, denunció también que atropellaron a un perro de la cuadra.

En otra ocasión describieron al conductor del vehículo con parlantes instalados con apodos despectivos, y el escrache volvió a verse en mayo del año ya pasado.

Minutos después del brindis de Año Nuevo, la denuncia volvió a reflotar. «Después de tanto apareció el tontito con música y motos nuevas, cuídense», aseguró otro usuario.

¿SE PUEDE DENUNCIAR?

Cuando una persona coloca música o hace ruidos de decibeles altos en lugares públicos o cercanos a un privado ajeno, corrompe la paz de quienes no están de acuerdo con ello.

La norma que regula este tipo de situaciones aparece en el Código Civil y Comercial de la Nación, en su artículo 1973, que hace referencia a las “inmisiones”: los ruidos molestos están incluidos dentro de esta forma de contaminar un ambiente, al igual que las emisiones de olores, luces o vibraciones. La norma establece que “las molestias que ocasionan el humo, calor, olores, luminosidad, ruidos, vibraciones o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos, no deben exceder la normal tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del lugar y aunque medie autorización administrativa para aquéllas».

El análisis de estas inmisiones dependerá del lugar. No será medido con la misma vara el ruido en un camping que en cercanías de un hospital, por ejemplo.

En este tipo de escenarios, primeramente intervendrá la Policía local -en este caso del Chubut- para mediar entre los damnificados y la persona encargada de emitir los sonidos de altos decibeles. Dependerá de la tolerancia y el acuerdo entre ambas partes para finalizar con la situación poco agradable.

Si persistiera la molestia y se avanza judicialmente, quien dará los límites de la “normal tolerancia” será un juez o jueza. El artículo 1973 establece que “según las circunstancias del caso, los jueces pueden disponer la remoción de la causa de la molestia o su cesación y la indemnización de los daños”. Para ello será necesario reunir pruebas a través de medidor de decibeles, trámite engorroso y a veces manipulable, por lo que es sumamente extraño que se llegue a instancia.

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