La influencer reveló de qué vive, después de que la acusaran de romper la cuarentena.
Días después de que la acusaran de romper la cuarentena para pasar una tarde con amigas en el barrio de Núñez, Lucía Celasco dio una entrevista en la que habló de su negocio, una suerte de feria americana VIP que comparte con otras tres amigas.
«The Vintage Hole comenzó como una feria de ropa entre amigas. Empezamos a intercambiar prendas de ropa y luego le vimos el lado comercial. Fue así que en el año 2013, sin ninguna expectativa, la feria fue creciendo día a día y se convirtió en un súper proyecto, que hoy es nuestro trabajo», aclaró la nieta de Susana Giménez, en diálogo con el portal Teleshow.
En su momento, Celasco reconoció que, por su condición de nieta de Susana e influencer, recibía mucha ropa gratis. Tanta, al punto que llegaba a jamás usar muchas de las prendas que las marcas le envían, con la intención de que la joven las luzca en Instagram. Así, la joven no sólo vende ropa de primeras marcas que usó en alguna oportunidad, sino que también hay artículos nuevos a disposición de los clientes.
«Vender online no era nuestro fuerte. Nuestro foco, antes de la pandemia, estaba puesto en la venta presencial. Entonces, una vez que nos otorgaron el permiso (de venta online), tuvimos que sacar en una semana más de seis mil fotos de prendas para tener parte de nuestro catálogo de venta en nuestra tienda virtual», explicó.
¿Cómo van las ventas en el marco de la crisis? «Teniendo en cuenta la situación del país, por suerte el balance de compras es equilibrado. Nosotras nos destacamos por vender las mejores marcas internacionales y nacionales a precios muy accesibles. Esto siempre fue así, ya que nuestra idea fue poder darle un beneficio a los cientes, que puedan tener acceso a ropa de buena calidad a precios bajos. Lo que nos llamó la atención al empezar a vender online es que el 80 por ciento de las ventas que se generaron fueron por clientes que no suelen venir al showroom», destacó.
En efecto, el catálogo es inmenso y abarca productos usados de primeras marcas nacionales e internacionales. Un par de zapatos, por ejemplo, va de los dos mil a los doce mil pesos; dependiendo su estado y el diseñador. Los pantalones, en cambio, van de los 700 a dos mil pesos; aunque en ningún caso hay diseños de primeras marcas (en su mayoría son de Forever 21, cuyos precios en el extranjero son mucho más económicos).
Fuente: Big Bang News!
