Caídas del consumo en prácticamente todo tipo de bienes y servicios: una encuesta de D’Alessio IROL revela que el 70 por ciento de los consumidores redujo sus compras de alimentos, pero también hay recortes en gastos de Internet y Netflix.
El 70 por ciento de los consumidores redujo sus compras de carne vacuna y de gaseosas en los últimos meses y el 80 por ciento sustituyó primeras marcas por otras opciones más baratas en el mercado de consumo masivo. También 8 de cada 10 personas bajaron o abandonaron sus compras de indumentaria y 6 de cada 10 achicaron el consumo de artículos de higiene personal. El 40 por ciento redujo sus compras de remedios: “los medicamentos no fueron abandonados, pero sí están en disminución, en especial en el nivel socioeconómico medio bajo”, indica la última edición del Monitor de Humor Político y Social que realiza mensualmente en forma online la consultora D’Alessio IROL y Berensz- tein en base a 700 encuestados. Los datos muestran que el deterioro del poder adquisitivo que se viene acumulando en los últimos años tiene impacto en prácticamente todo tipo de consumos, desde la comida hasta Netflix. Y del otro lado está el empleo, afectado porque no hay ventas, en un círculo que se autoalimenta.
Según un reciente informe de la UMET, el poder adquisitivo del salario acumula desde el comienzo del gobierno de Mauricio Macri una baja del 17 por ciento en promedio, con caídas mensuales ininterrumpidas desde diciembre de 2017. Ese deterioro se explica porque los salarios corren muy por detrás a la inflación pero también por el aumento del desempleo, caída de horas extra, suspensiones y la incertidumbre que hace del consumidor más previsor.
El alimento más afectado por la baja de consumo es la carne vacuna, ya que el 72 por ciento de los encuestados dijo haber restringido o abandonado esas compras, junto con gaseosas. Le siguen cerveza (-66,0), vino (-54,0), postres lácteos (-54,0) y fiambres (-51 por ciento). Entre el 40 y el 50 por ciento de los encuestados achicó o abandonó sus compras de pescado, manteca, azúcar, agua mineral, quesos y yogur, mientras que en la franja de entre el 40 y el 30 por ciento de los encuestados aparece la caída o eliminación del consumo de aceite, galletitas, leche y pan. Los únicos dos productos que mejoraron su desempeño es arroz y fideos, ya que cuatro de cada diez encuestados dice haber aumentado esos consumos.
Por fuera de alimentos y bebidas, en el tope del ranking de las restricciones según D’Alessio IROL y Berensztein está ir a comer fuera de casa, ya que el 81 por ciento de los consumidores redujo o abandonó ese gasto en lo que va del año. En el caso del delivery, el 77 por ciento achicó sus gastos. Por eso, el sector gastronomía viene siendo uno de los grandes perjudicados por la política económica del gobierno de Mauricio Macri. En el caso de las pizzerías (que no son el segmento más afectado ya que ofrecen un producto relativamente económico), el dato es que en el último año cerró el 7 por ciento de los locales (400 establecimientos).
El segundo sector de la economía más afectado por la baja del consumo es indumentaria, ya que el 78 por ciento de los consumidores dicen haber bajado o anulado esas compras. Como contraparte, los textiles vienen penando hace tiempo, afectados también por las importaciones. Se estima una reducción de un 30 por ciento de la actividad textil a lo largo de los cuatro años de la administración Cambiemos y un fuerte deterioro laboral.
En cine, teatro y entretenimiento, hay una merma en el 76 por ciento de los encuestados, lo cual afecta a todo el abanico cultural, mientras que en viajes y vacaciones el 74 por ciento bajó su nivel de consumo. En el taxi, el porcentaje de encuestados que redujo su consumo o dejó de consumir pasó del 42 al 70 por ciento, también a causa del crecimiento de Uber.
Además, hay achicamiento de gastos en rubros más esenciales, como artículos de perfumería e higiene personal (el 66 por ciento dice haber bajado sus compras) y artículos de limpieza (63 por ciento). El 62 por ciento limitó el uso del auto propio a causa de la fuerte suba de la nafta y de los peajes, el 60 por ciento restringió el uso del gimnasio y el 5, de los cursos y otro tipo de proyectos de formación. En telefonía celular, el 55 por ciento bajó su consumo.
En la escala de los rubros más afectados por la crisis de consumo luego aparece la televisión por cable, en donde el 44 por ciento pidió cambios en los abonos, y actividades extracurriculares para los chicos (42 por ciento). Seguidamente aparecen los medicamentos, un rubro que lidera las subas inflacionarias por el alto contenido importado de las drogas, en donde el 41 por ciento de los encuestados dijo hacer achicado su consumo, un porcentaje muy alto si se tiene en cuenta que es un sector de primera necesidad. Menos afectadas que el rubro de medicamentos están las clases de apoyo escolar para los chicos (39 por ciento de los encuestados bajó o anuló el consumo), Internet (34,0) y Netflix (33,0).