El exsecretario de Energía de la Nación, Javier Iguacel, rompió el silencio. Criticó al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne y el recortes a los subsidios para la producción de gas en Vaca Muerta.
A cuatro meses de haber renunciado al cargo de secretario de Energía de la Nación, Javier Iguacel rompió el silencio y brindó una entrevista exclusiva a “Río Negro Energía” en la que contó los problemas que buscó desarticular, su salida del gobierno y el efecto que considera que tendrán los cambios introducidos por su sucesor, Gustavo Lopetegui, por el recorte de subsidios a la producción de gas.
P- Renunció a la vicepresidencia de Pluspetrol para ser candidato a intendente. ¿Cómo pasó de ese punto a ser ministro de Energía de la Nación?
R- Seis meses antes de entrar, (Juan José) Aranguren quiso que yo sea el CEO de YPF, antes de que nombren a Daniel González. Y no acepté porque no me parecía bueno separar la gerencia y no había un presidente (de YPF) que entendiera del negocio. Fue como una previa que no acepté y Mauricio (Macri) tampoco quería.
P- ¿Por qué no aceptó?
R- Hoy creo que hice bien porque me hubiera matado con (Miguel) Gutiérrez (ríe) por diferencias en el criterio de conducción. En YPF es como si sembraran 50.000 hectáreas teniendo un millón. Vivís como un rey con las 50.000 pero el potencial es muy grande.
P- Asumió en medio de la disparada del dólar del año pasado ¿Qué encontró en Energía?
R- A la semana encontré tres grandes problemas. El primero era que los contratos de gas estaban en dólares y las compañías tenían tarifas en pesos. El Enargas había fijado que los traslados a las tarifas se iban a realizar al siguiente semestre pero nadie esperaba una devaluación así.
Lo segundo que encontré es que había un acuerdo de precios que llevaban el gas a un valor que era una locura total. Era todo lo contrario a la industria porque no fomentaba la competencia.
El tercer problema era la Resolución 46 que tenía dos inconvenientes porque no dice nada sobre restricciones de volumen y además, cómo estaba hecha, al cobrar una diferencia sobre el sendero de precios lo que permitía era que el que tenía la 46 podía poner precios más bajos para romper con el mercado porque total lo iba a recuperar con la 46.
La Resolución 46 tenía en principio muchos puntos a favor sobre lo que había sido el Plan Gas de (Axel) Kicillof. Ahí fueron 9.500 millones de dólares que todavía se están pagando.
P- ¿Hubo en algún momento dumping?
R- No creo que haya habido dumping, todo lo contrario. Hubo empresas, y Tecpetrol fue la más clara, que decidieron apostar, jugar a riesgo e invertir una fortuna cuando otros que tenían más tradición petrolera se reían de lo que estaban haciendo. Y lograron resultados extraordinarios. Empezó a sobrar gas y lo que hicieron fue lo correcto y fue lo que hizo que el precio del gas en la Argentina bajara notablemente. Hoy no somos conscientes de eso porque la devaluación generó en pesos un impacto muy negativo para el bolsillo, pero sino hoy tendríamos a 7 dólares el millón de BTU que haría que el gas cueste un 60% más.
El hecho de que haya habido un éxito notable en la producción de gas producto de la inversión y que hayan competido y hayan puesto precios bajos, incluso YPF con tal de no cerrar llegó a vender a 2,40 dólares en verano, es lo normal que tiene que pasar en un mercado cuando hay abundancia. El promedio del país se beneficia y sin poner en riesgo las inversiones.
P- ¿Qué opina de los cambios que introdujo Lopetegui en la Resolución 46?
R- Estoy convencido de que con algunas modificaciones razonables, en un contexto de coyuntura donde no había dinero, era posponer un poco los pagos y poner algún tope a los volúmenes, pero con tope no le podés decir al que ya invirtió ahora te bajo. Respetando las reglas del juego a largo plazo, cosa que no se hizo y es un contra, entendiendo que hay una coyuntura pero negociándola, era una excelente salida y teníamos algo bastante lógico armado donde la mayoría estaba ok para hacerlo y se incorporaban más proyectos al programa.
P- Entonces, ¿Tecpetrol tiene razón en sus reclamos?
R- Lo va a definir la justicia eso. Creo que argumentos suficientes para avanzar en la justicia tienen y es lógico que lo hagan. La solución que dio Dujovne va a hacer más lento el desarrollo del gas y se podría haber resuelto con una visión más productivista.
P- ¿Ve un efecto perjudicial directo por los cambios?
R- Lo que se resolvió creo que va a retrasar el desarrollo innecesariamente y si miramos toda la cuenta dejamos de importar de Bolivia 500 millones de dólares en el año, despedimos el barco que nos costaba dólares aunque no trajera gas. Uno puede tener una visión fiscalista o productivista. La solución iba por ese lado, generar más producción, seguir creciendo con industria nacional y creo que se podía hacer. Lopetegui decidió otra cosa.
Dujovne no quería y entre algunas varias cosas, me pasa que me siento muy responsable de mi trabajo, quiero que las cosas salgan bien y no duermo si salen más o menos cuando pueden salir bien. Entonces pasó una decisión y dije ok, acompaño. Luego dos, tres. Pero cuando todas iban para otro lado, y yo no dormía porque veía que no era el camino que me parecía lógico, entonces mejor dar un paso al costado y que siga otro adelante.
P- ¿Qué temas dejó sin resolver?
R- Me quedaron un montón de cosas por hacer, la Resolución 46 y la reglamentación del midstream del gas, porque va a afectar mucho más no haber avanzado rápido con el gasoducto (a Rosario) que la Resolución 46 porque el plan era reglamentar mejor la ley de hidrocarburos que tiene 50 años que permite a los productores hacer sus propios ductos. Si un productor quiere hacer un gasoducto de 800 kilómetros la idea era permitirlo y que lo vendiera al precio que le permita pagar el gas y el gasoducto. Eso era fácil de reglamentar, el Estado no ponía un peso y el gasoducto se empezaba a construir este año. Ahora querer licitarlo por la ley del gas es poner el Estado en el medio con el riesgo que tiene y no acelerar la construcción.