Para demostrarle su aprecio por su dedicación y esfuerzo, el dueño de una cristalería en Neuquén le regaló un auto a su empleado.
Con el objetivo de destacar su trabajo, Eduardo Fonseca, el propietario de una cristalería en la localidad neuquina de Centenario, ayudó a uno de sus empleados a cumplir su sueño y tuvo con él un generoso gesto: le regaló un auto como «premio a la lealtad», consigna La Nación.
Fonseca es el dueño de la empresa Cristales Fonseca. Allí, Franco «Fati» Nuñez se dedica a colocar vidrios y atender al público con gran dedicación y esfuerzo, por lo que su jefe decidió regalarle un vehículo.
«Premio a la lealtad, compromiso, responsabilidad y al amor que le ponés a tu labor», escribió Fonseca en un cartel que colocó encima del auto recién comprado para su empleado de 27 años.
El obsequio no fue elegido al azar. Desde hacía bastante tiempo, Nuñez estaba ahorrando para comprarse su primer coche. Incluso, le había pedido a Fonseca que lo acompañara a ver un Renault 12 rojo que le habían ofrecido, pero al ver que el auto estaba sucio y el motor no funcionaba se desilusionó.
Frente a esa decepción, el joven terminó destinando sus ahorros a comprar materiales para construir su casa, así que su jefe se decidió a regarle el auto: le compró un Fiat Duna blanco. «Me puse en campaña para ver si encontraba algo y encontré un Duna que no había que hacerle nada mecánico y con todos los papeles al día, listo para la transferencia», describió al diario Río Negro.
Para sorprenderlo, organizó una comida familiar junto a su esposa e hijos. «Fuimos a disfrutar de unos sándwiches en la fábrica», contó Fonseca. Y cuando Nuñez llegó al lugar, vio el regalo y se largó a llorar. «Los quiero un montón», dijo el joven, conmovido.
«Yo fui empleado toda mi vida y dije: ‘No voy a ser como fueron conmigo. Voy a ser un jefe diferente’. Quiero que todos tiremos de la misma forma. Si yo progreso, ellos tienen que progresar conmigo. Debe haber igualdad de oportunidades. Él es un laburante y se lo merece», reflexionó Fonseca.