El Presidente Alberto Fernández se reunió ayer en Olivos con los expertos sanitaristas que destacaron el éxito obtenido hasta ahora con el aislamiento social y avalaron que a partir del lunes se pase la cuarta fase de la cuarentena, la de la «reapertura progresiva», en la que se habilitarán nuevas actividades aunque bajo el cumplimiento de un protocolo sanitario que se encuentra en elaboración del Gobierno, que incluirá detalles sobre la movilidad y el control de los trabajadores.
Fernández insistió en la idea de las diferentes realidades en el país respecto a la pandemia, dado que en varias zonas donde no hubo contagios o hace varios días que no se registran casos nuevos. En esos lugares la apertura se puede resolver más fácilmente. Más complejo es en el caso de las grandes urbes, principalmente Capital y el Conurbano, donde se concentran la mayoría de los casos –según publica Página 12-.
De hecho, de los 188 contagios registrados ayer, 102 fueron en Capital y 63 en Provincia. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador bonaerense Axel Kicillof estuvieron en contacto ayer con la Casa Rosada para avanzar en las resoluciones. El Presidente diferenció entre la oposición con responsabilidad de gestión y la que opina por Twitter, «que es muy fácil».
En una entrevista con Radio con Vos, comentó que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Salud, Ginés González García, y el del Interior, Wado de Pedro, trabajaban en la elaboración del protocolo que se pondrá en vigencia a partir del lunes. Adelantó tres puntos para las nuevas actividades: que se evite el transporte público (por lo que las empresas deberán proveerse de su propia movilidad), que se evite el transporte interjurisdiccional (por lo que deberán trabajar con empleados del distrito donde se localice la empresa) y que se cumplan con normas sanitarias tales como la toma de temperatura al ingreso, que haya alcohol en gel en las entradas y salidas, que se controle que ningún trabajador presente síntomas, entre otras medidas. Como novedad, comentó una app que deberán instalar los trabajadores en sus teléfonos, que permitirá al Gobierno hacer un seguimiento de su estado de salud.
De hecho, en los últimos días se fueron habilitando varias actividades económicas en el interior del país y analizan sumar nuevos rubros, como el de la industria automotriz. En tanto, el veto de los sanitaristas se mantuvo respecto a todo lo que sea actividades masivas o de posible contacto. Las clases, los espectáculos deportivos y artísticos, los salones de eventos, restaurantes, bares y demás deberán continuar esperando. El gobierno porteño pidió habilitar la modalidad «take away» en los locales gastronómicos, que en algunos sitios ya viene funcionando de hecho. Lo mismo para la construcción privada, que se reactivará aunque siguiendo determinada características.
De acuerdo al plan elaborado por el Gobierno, para pasar a la cuarta fase de la cuarentena debía cumplirse el requisito que la duplicación de casos se produzca cada 25 días. «Estamos muy cerca de ese objetivo», afirmó el Presidente. En Olivos, los expertos sostuvieron que gracias a la decisión de establecer la cuarentena en una etapa temprana “ganamos tiempo y preparamos al sistema sanitario, y la sociedad ganó en conciencia y educación sobre cómo manejarse y cuidarse durante la pandemia». Entre las recomendaciones que mantuvieron fue la del cuidado estricto de los adultos mayores. Una medida todavía no resuelta es la de las «salidas recreativas», que el Gobierno la última vez permitió pero los gobernadores de los principales distritos decidieron vetar. Los médicos la siguen aconsejando.
Una cuestión compleja a incluir en el protocolo será la segmentación horaria. La idea es que las actividades trabajen en diferentes horarios para evitar las horas pico y la posible saturación del transporte público, la principal preocupación de las autoridades. Así como Rodríguez Larreta y Kicillof estuvieron ayer en contacto, en los próximos días Fernández volverá a conversar con los gobernadores, como hizo cada vez que decidió una nueva prórroga del aislamiento social. La idea es pasar de un esquema restrictivo nacional a otro local, donde cada localidad resuelva de acuerdo a la población y la cantidad de casos.
La caída récord de la economía registrada en abril es un dato que el Gobierno ya pone en la balanza. Pero Fernández salió al cruce de quienes lo critican por este punto. Por ejemplo, de los empresarios que señalan el incremento el rojo de las cuentas. «Dicen que están muy preocupados por el déficit, pero que el Estado se tiene que hacer cargo de todos los empleados. Bueno, pónganse de acuerdo», recalcó. También le dedicó un párrafo a la oposición que busca pescar en río revuelto. Concretamente le respondió al ex ministro Alfonso Prat Gay, quien había dicho que la cuarentena está destruyendo la economía. «Ellos destruyeron la economía sin coronavirus. ¿Con qué autoridad hablan?», retrucó, y señaló «a quienes buscan azuzar el malestar que tiene la gente por el largo encierro. Le pido a la gente que reflexione porque hay en el planteo mala intención e intencionalidad política», concluyó.