Hay discrepancias entre las cifras oficiales y trabajos de expertos estadísticos. Al comparar la cantidad de decesos de un país con la de otros años, el balance es mucho más que los 300 mil muertos oficiales. Las diferencias aparecen en todo el mundo, pero hay más documentación en Europa.
¿Cuál es el verdadero balance del coronavirus en el mundo? Según las estadísticas oficiales, se registran ya más de 300.000 muertos, pero si se compara la cantidad global de decesos de un país con la de años precedentes todo indica que el balance real podría ser mucho mayor. Oficialmente, 12.428 personas murieron en Italia de la covid-19 entre el 20 de febrero y el 31 de marzo. Pero en el mismo período, las autoridades constataron 25.354 muertos más que el promedio de los cinco últimos años. ¿Son esos 12.900 fallecidos «sin explicación» víctimas invisibles del nuevo coronavirus?
En Estados Unidos, la diferencia es aún mayor. En marzo, un mes en el que el país no estaba aún muy afectado por el virus, la diferencia entre los muertos oficiales de la covid-19 (1.890) y la sobremortalidad (6.000) es tres veces mayor. ¿Y cómo explicar los 3.706 decesos más registrados en Alemania en este mismo período? Oficialmente, 2.218 de ellos son atribuidos al coronavirus.
Según la profesora Yvonne Doyle, directora de Salud Pública del Reino Unido, el exceso de muertes en un período de tiempo determinado es el mejor indicador del verdadero impacto del coronavirus. Al menos en los países que publican datos fiables. «Estas cifras nos permiten conocer el impacto real y son además una medida comparable a nivel internacional», explica.
«Efecto directo del virus»
¿La sobremortalidad serviría para distinguir a los buenos y a los malos alumnos en lo que concierne el conteo del número de muertos por el coronavirus? Sí y no, responden los expertos. Aunque probable, es imposible afirmar con certeza que estas decenas de miles de muertos adicionales son todos víctimas del virus, que no fueron contabilizados.
«Son incrementos estadísticos que se tienen luego que asociar a una causa y no podemos decir a qué se deben estos incrementos», dice el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del ministerio de Sanidad, Fernando Simón. «No sabemos si se deben a un accidente de tráfico enorme, si se deben a un incremento de la mortalidad por infarto, a un incremento de la mortalidad por coronavirus o por otro enfermedad», añade.
Para Michel Guillot, director de investigación del Instituto Francés de Estudios Demográficos, este «exceso de mortalidad es consecuencia de la crisis del coronavirus en su globalidad. Puede haber efectos indirectos, como un aumento de otros tipos de decesos porque la gente va menos al médico».
Las autoridades sanitarias italianas estiman que la sobremortalidad puede explicarse porque hay víctimas del coronavirus que no fueron identificadas, pero también por enfermos que fallecieron debido a la saturación de los hospitales. Pero esta ponderación debería ser baja, según Guillot, que estima que esta sobremortalidad muestra claramente un «efecto directo del virus».
Según datos de 24 países europeos recopilados por epidemiólogos daneses, del proyecto Euromomo, se ve claramente un pico de mortalidad en Europa a partir de marzo de 2020, en comparación con años anteriores. «No hay nada más que pueda explicar este exceso de mortalidad. No ha habido una erupción volcánica, un terremoto en Europa… Si hubiera sido en enero, se podría haber culpado a la gripe, pero no es el caso», dijo Lasse Vestergaard, coordinador de Euromomo.
Las cifras hablan por sí mismas en las zonas más golpeadas por la covid-19. Por ejemplo, el número de muertos se duplicó en París o en la provincia del Guayas, en Ecuador. El alza se dispara a +568% en Bérgamo, uno de los principales epicentros de la epidemia en Italia.
«Un primer cuadro de la situación»
Los especialistas daneses del proyecto Euromomo también utilizan otro indicador: el z-score, que es más exacto que una simple comparación. Y las conclusiones son evidentes. España, Italia, Francia y el Reino Unido muestran una «sobremortalidad importante» en marzo y abril, mientras que otros países menos afectados por la pandemia, como Noruega y Finlandia, no muestran «ningún exceso». «Estos resultados son sólo un primer cuadro de la situación», señala Vestergaard, que recomienda esperar a tener los datos definitivos cuando la pandemia haya retrocedido.
También hay muchos países en los que la comunicación sobre el tema no es muy transparente. Por ejemplo, es imposible encontrar un balance fiable en Irán, un país afectado por el coronavirus desde febrero, ya que las autoridades no han publicado cifras sobre la mortalidad global en el país desde diciembre de 2019. Otro ejemplo es Rusia, donde oficialmente el virus ha matado a muy pocas personas, pero según varios testimonios, muchos decesos son catalogados como «neumonías» pese a pruebas positivas a la covid-19. Y en China, cuna de la pandemia, la polémica sobre las cifras reales sigue presente. Ya en abril, muchos expertos consideraban que se subestimaba en gran medida la cifra de muertos, basándose, entre otros, en el número inusualmente elevado de familias que acudieron a recoger urnas funerarias cuando se levantó el confinamiento en Wuhan.