Después de conocerse las medidas del Banco Central basadas en endurecer las condiciones necesarias para ingresar al mercado de cambios con el fin de pagar importaciones, achicando cupos mensuales y poniendo el foco sobre las compras de empresas, podría comenzar a haber desabastecimiento en distintas industrias por la falta de insumos y cortes en la cadena de producción entre otros efectos nocivos.
La opinión del economista Gustavo «Lacha» Lazzari apunta a los cinco efectos que se sentirán tras la medida del Banco Central que tiene sobre la actividad económica. Ellos son el golpe en los precios de los bienes ante las dudas respecto al valor del dólar; quiebres de producción de las fábricas; la dura chance de que en los próximos días algunos sectores comiencen a lamentar el desabastecimiento con algunos productos debido al “agotamiento de stocks de insumos críticos y materias primas relevantes”; pérdida de cupos de compra; y el cierre del crédito a las empresas, que afecta la reputación de las mismas.
“No hay producto que en alguna fase de producción no dependa de algún insumo crítico importado. Ni acá ni en ningún país del mundo”, publicó Lazzari en su cuenta de Twitter.
En sus dichos, aseguró que dentro de no mucho habrá falta de productos por el agotamiento de stocks de insumos críticos y materias primas relevantes. “El cierre de las importaciones es lisa y llanamente criminal. Si este cepo a las importaciones sigue, veremos quiebres de producción inéditos”, resaltó.
Cabe recordar que el Directorio del Banco Central (BCRA) dio a conocer a fines de junio modificaciones sobre las normas que rigen en el mercado de cambios que tienen por objetivo morigerar el flujo de importaciones que impide al Banco Central sumar reservas. La medida endurece las condiciones necesarias para acceder al mercado de cambios con el fin de pagar importaciones, achicando cupos mensuales y poniendo el foco sobre las compras de empresas.
Según informó Infobae, entre los reveces que trae aparejadas el cepo a las importaciones, «Lacha» señaló que se presentan otros efectos perversos poco explicados. “Empresas argentinas que entran involuntariamente en los ´veraz´ internacionales”, explicó. En ese contexto, puntualizó que para las compañías es muy difícil limpiar la imagen y el crédito tras incumplir con sus compromisos.
“Cada día que se pierde, el crédito se debilita. Las empresas importadoras no pueden explicar a sus proveedores este delirio”, analizó el economista. En tanto, agregó que el cepo a las importaciones genera “pérdida de cupos de compra” para las empresas.
En otro orden, Lazzari destacó que cuando se reestablezca el flujo normal de importaciones, habrá que esperar al menos 90 días para que los barcos provenientes de China vengan con insumos básicos. “Recuperar un flujo no es una canilla instantánea. Podemos perder un semestre adicional”, aseguró.
Detalló que ante esta situación, las compañías de seguro no toman facturas argentinas ni las pymes acceden a créditos de bancos ni a triangulaciones para financiar importaciones. “Hay tristes experiencias de casas matrices que sacrifican la filial argentina desabasteciendo su propia operación”, agregó.
A su turno, Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T Asociados, dijo a este medio que tras las últimas trabas a las importaciones, hay insumos y productos que no van a entrar fácilmente porque las empresas no pueden conseguir financiamiento para 180 días. “Van a empezar a faltar bienes terminados e insumos, y eso puede trabar la producción. Para el que pueda importar, lo están obligando a usar el Contado con Liquidación, que estaba cerca de $200 y ahora ya supera los $300″, analizó.
Y añadió: “Si un importador tiene que traer un insumo o un producto a $330, eso va a tener un impacto inflacionario. Va a haber escasez, complicaciones para la producción y tendencia a mayor inflación, lamentablemente. La brecha se está metiendo en los precios internos”.
En tanto, Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, dijo a Infobae que el escenario con estas restricciones es “de mayor inflación y menor actividad” para el segundo semestre del año. “La actividad se restringe porque limitan la expansión del mercado interno vía una menor disponibilidad de insumos y bienes tanto en cantidad como en variedad. Por otro lado, se genera una presión sobre los precios porque hay una menor oferta frene a una demanda que sigue muy pujante”, opinó.
Para Manoukian, las trabas a las importaciones afecta también a las exportaciones porque hay sectores que tienen un mayor componente importado en sus exportaciones. “Si vos restringís importaciones indiscriminadamente termina siendo contraproducente. Por ejemplo, sectores como el automotriz, agroindustria o minería requieren un flujo sostenido de importaciones para después retribuir con divisas”, destacó.
“Todo indica que este cepo vino para quedarse”, consideró Lazzari. En tanto, cuestionó algunas voces que señalan que en agosto, cuando el frío pase, se tranquiliza todo. “Argentina es un país que supo atraer millones de inmigrantes, fue abierto al mundo, es la octava superficie del planeta y resulta que su política comercial depende del clima”, criticó.
Asimismo, dijo que Argentina está “comprando años de pobreza con este cierre incomprensible de importaciones”. Y agregó: “Menos importaciones implica menos exportaciones. No mejora la balanza comercial, la empeora. Vamos a exportar menos y a producir menos. Compramos años de pobreza con este delirio”.
En otro orden, se refirió a la dificultad que tienen las empresas importadoras para fijar precios. “Un producto importado que cuesta USD 1, hoy habría que venderlo a $135 a la cotización oficial. Pero se paga -o se repone- dentro de 180 días. Y algunos 360 días”, remarcó. En ese sentido, cuestionó: “¿A cuánto estará el oficial en seis meses? ¿te lo darán?”.
Según expresó Lazzari, sin precios no hay operaciones. “La inexistencia de producto no sólo eleva el precio sino que impide la compra. Por lo tanto la producción”, analizó.
Por último, el economista dijo que son varios los importadores que le afirmaron que tienen miedo de transferir dólares Contado con Liquidación (CCL) para pagar una importación y así cumplir, aunque sea a pérdida, pues tienen entendido que si pagan con ese tipo de cambio no accedes más al dólar oficial. “De ser así, pierden competitividad para siempre”, cerró.