Como una película ya vista. Así parece el presente que vive Argentina de cara al aumento de nuevos casos de contagio de COVID-19. Los casos diarios pasaron de 5.300 a 9.300 en sólo 24 horas el Ministerio de Salud de la Nación informó este martes 21 de Diciembre que, en las últimas 24 horas, se registraron 24 muertes y 9.336 nuevos contagios de Coronavirus. La última vez que se registró una cifra tan alta fue el 19 de Agosto de 2021, con 10.596 casos. Además, por tercer día consecutivo, la positividad pasó el 10% recomendado por la OMS y fue del 13,14%.
Con estos datos, el país acumula un total de 5.404.380 casos positivos desde el comienzo de la pandemia, mientras que los fallecimientos fueron 116.953 –según publica Infobae-.
Desde el inicio del brote, se llevaron a cabo 27.153.617 pruebas diagnósticas para esta enfermedad. A la fecha, se registran 46.915 casos positivos activos en todo el país y 5.240.512 recuperados. Argentina lleva ya un poco más de 9 semanas constantes de aumentos de casos confirmados de COVID-19. Es un aumento del 275% si se comparan los promedios semanales de casos diarios reportados desde la primera semana de Octubre hasta los últimos siete días. La mayoría de esas personas fueron afectadas por la variante Delta del Coronavirus.
Expertos consultados fueron críticos con la apertura de los eventos masivos e hicieron hincapié en que la población debe completar sus esquemas de vacunación. La suba de casos irrumpe a días de las Fiestas. En relación a esto, la OMS recomendó evitar las reuniones familiares durante los festejos por Navidad y Año Nuevo por la escalada de contagios derivada del avance de la variante Ómicron. Para el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, la forma más rápida de volver a la normalidad es “tomar las decisiones difíciles”.
“El aumento es probablemente el resultado de todos estos permisos nuevos de actividades masivas, incluso en lugares cerrados, donde no se usan protección como los recitales donde se están haciendo en lugares con 100 por ciento de capacidad, más las actividades masivas, la reuniones de fin de año, los descuidos, etc”, dijo a Infobae Martín Hojman, médico infectólogo, miembro de Sociedad Argentina de Infectología.
El médico infectólogo Lautaro De Vedia confesó por su parte a este medio que “le llamó la atención el aumento de número de contagios”.
“Esto era previsible en parte porque también se preveía un aumento importante con Delta y no pasó, pero tampoco es algo totalmente inesperado”, agregó Hojman. De Vedia sostuvo en consonancia con su colega: “Las aperturas, los actos políticos, el fútbol, los boliches es algo que tiene que ver. Así que si bien los números no son como teníamos el año pasado a esta altura, era algo podía suceder el aumento. Los números son comparables a lo que teníamos en diciembre del año pasado”.
De Vedia hizo una comparación no menor: “Lo que es importante y llamativo es que la cantidad de muertos es muy inferior. Lo mismo de internados. Esto nos hace pensar dos cosas: primero que tal vez las variantes nuevas no sean tan agresivas y la otra es que estamos mejor protegidos, casi todos con dos dosis. De alguna manera la inmunidad es mejor”.
“Era esperado el incremento de casos”, dijo el infectólogo Ricardo Teijeiro. “Pasó lo mismo el año pasado para esta época. Y continuó durante los primeros días de enero. El movimiento social, la falta de protocolo, las manifestaciones, sumado la gran circulación de Delta y la llegada de Ómicron que son variantes más contagiosas así que es totalmente esperable”.
Al igual que De Vedia, Teijeiro hizo hincapié como hecho positivo que no se está teniendo una alta demanda sanitaria. “No hay camas críticas, el año pasado con 5 mil, 9 mil casos, tenias 150, 200 muertos. Hoy tenés un promedio de 20 muertos. Eso depende de la protección que tiene una población, por haber tenido ya contacto con el virus o por la vacuna. Vamos a ver cómo progresa esto. Recién comienza y aún no vinieron las Fiestas ni las vacaciones”, explicó el experto.
“No sabemos aún el impacto que tiene ver la circulación de Ómicron, todavía no parece ser la variante predominante. Pero no podemos descartar que tenga algo que ver. No se pude descartar pero no parece ser la causa principal”, agregó Hojman, quien a su vez sostuvo que ésta ya es parte de una nueva ola por el aumento de casos.
Para el infectólogo Hugo Pizzi el aumento de casos se debe a la variante Delta. “Está subiendo suave y paulatinamente y está desplazando a Manaos y a la Andina ya en un largo tiempo. Subió en los últimos diez días de una manera muy llamativa”, expresó.
Con respecto a Ómicron, Pizzi sostuvo: “Todavía no ha impactado acá. De todos modos la recopilación de datos clínicos del mundo nos muestran un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, cansancio, sin agredir pulmón ni nervios que tienen que ver con el gusto y el olfato”.
Pizzi dijo, al igual que sus colegas, que hay que recapacitar con el comportamiento. “Es el mismo grupo que nos ocasionó grandes problemas, los indiferentes, los indisciplinados, los antivacunas, a tal punto es así los verdaderos guardianes de esta pandemia han sido las madres y abuelas criteriosas. Por lo tanto creo que vamos a tener que volver a los cuidados, a todos todos los hábitos de higiene que habíamos aprendido. Y de nosotros va a depender de que frenemos este proceso o que realmente se convierta nuevamente en una situación dolorosa”.
Los especialistas recomiendan tener los mismos cuidados que al comienzo de la pandemia. “No estar en lugares mal ventilados, con mucha gente. Tratar de seguir usando tapaboca, evitar las reuniones masivas en lugares cerrados. Y los que no se vacunaron o no tienen el esquema completo, apurar eso y no perder turnos”, dijo Hojman.
“Hay que insistir con la vacunación, que la gente complete sus esquemas, ya sea la segunda dosis o la tercera para los que los van citando”, aportó De Vedia.
De acuerdo al Monitor público de vacunación que elabora el Ministerio de Salud de la Nación las aplicaciones totales de vacunas contra COVID-19 son 73.701.996. Los vacunados con esquema iniciado son 37.668.062 personas. Los vacunados con esquema completo (dos dosis) suman 31.908.448 personas. Los vacunados con dosis adicional totalizan2.216.196 personas y 1.909.290 personas con dosis de refuerzo.
Mirna Biglione, investigadora en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA, que depende la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, y miembro de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, fue categórica: “Estamos en el inicio de una tercera ola, cuya magnitud volvió a sorprendernos”.
Y siguió la especialista: “Esperábamos una con la variante Delta, para la cual se implementó una rápida estrategia de vacunación con nuevos lineamientos según los datos científicos reportados. Una tercera dosis es necesaria para evitar la internación en UTI y fallecimientos. Y de repente aparece Ómicron. Está variante, con mayor número de mutaciones logra evadir parcialmente la respuesta de anticuerpos. La pregunta es si su rápida propagación impactará en mayor casos de COVID severo o la mayoría de las personas vacunadas solo tendrán síntomas leves o serán asintomáticas. Aún no lo sabemos, y por eso es la preocupación. Países de Europa ya han aplicado restricciones nuevamente. Es nuestro caso, debemos recordar que tuvimos una ola causada por la variante Mánaos con muchas personas infectadas y casos de internación; esta situación de memoria inmunológica podría ayudar a establecer una diferencia con el viejo mundo. De todos modos, no todos recibieron tres dosis, especialmente los jóvenes y hay grupos sin vacunarse”.
Co-circulación de variantes
“La variante Ómicron nos preocupa por su velocidad de transmisión y por su capacidad de escape a la capacidad neutralizante de sueros inmunes- que es uno de los mecanismos de nuestro sistema inmunológico frente al virus pero no el único-. Esto puede aumentar la posibilidad de más reinfecciones”, había dicho a Infobae la doctora Daniela Hozbor, del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular, que depende del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata.
“Argentina ya ha comenzado a transitar una nueva ola en la que co-circula la nueva variante de preocupación Ómicron junto con Delta -remarcó la doctora Hozbor. Es claro que la pandemia sigue y que es necesario que la población se vacune y complete los esquemas de vacunación. En el país hay dosis disponibles para completar esos esquemas y para los refuerzos. Mientras las vacunas llegan a nuestros brazos, tenemos que seguir con todas las medidas de prevención, incluyendo la vigilancia en las fronteras para contener la entrada y propagación del virus”.
¿Cómo será entonces una ola de Delta combinada con Ómicron en Argentina? “Los aumentos de casos confirmados desde octubre pasado fueron por la presencia de Delta. En otros países, como Sudáfrica, ya la variante Ómicron está desplazando a Delta. Es posible que en Argentina suceda lo mismo. Lo que no sabemos es si Ómicron hará crecer aún más los casos en nuestro país, aunque puede tener un menor impacto por la alta cobertura de vacunación de Argentina”, comentó recientemente a Infobae la doctora Carolina Torres, integrante del Proyecto País de vigilancia genómica del coronavirus, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
“Sabemos que en diciembre se hacen muchas reuniones sociales y si no se siguen las medidas de prevención como la ventilación cruzada y permanente de los espacios cerrados, el barbijo y el distanciamiento, existe el riesgo de que haya más contagios”, señaló Torres, quien es también investigadora en virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires y del Conicet.
“En Argentina, estamos en el comienzo de una nueva oleada de COVID-19, en la que coexisten los casos por la variante Delta en la mayoría de los pacientes y los casos de Ómicron en viajeros. Coexisten ambas realidades. Ómicron se caracteriza por su mayor transmisibilidad, pero aún no está comprobado que cause más casos graves y muertes en las personas afectadas”, afirmó por su parte en una nota reciente, la doctora Ángela Gentile, médica epidemióloga y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas.
“Es fundamental que la gente complete cuanto antes los esquemas de vacunación, y reciba los refuerzos si le corresponde. Aún es baja la cobertura de la vacunación en los jóvenes de 18 a 39 años y es motivo de preocupación. Sería clave que se apliquen las vacunas antes de fin de año. También es necesario que las autoridades sanitarias de cada municipio realicen más rastreo de contactos estrechos de los pacientes con COVID-19 y que cumplan con el aislamiento para que no contagien el coronavirus si tuvieran la infección. Es clave el testeo de los contactos estrechos asintomáticas entre el quinto y el séptimo día”, recomendó la doctora Gentile.
Para el doctor en química Roberto Etchenique, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y del Conicet, “la ola actual de COVID-19 se produce principalmente por la variante Delta. Apenas se establezca, la variante Ómicron la desplazará en gran medida o totalmente. Habría más reinfecciones. Las personas ya vacunadas estarían más protegidas contra la enfermedad grave y la muerte. Pero hay más riesgo de adquirir la infección en ambientes cerrados”.
Desde las ciencias políticas, María Celeste Ratto, del Instituto en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio, que depende de la Universidad Nacional de Río Negro y del CONICET en Bariloche, investigó qué eficacia tuvieron las diferentes medidas gubernamentales para el control de la pandemia el año pasado. Publicó el estudio en la revista Social Science Quartely, y comentó: “En primer lugar, ante el surgimiento de una nueva variante, lo mejor es intentar retardar lo más posible la entrada. Esto fue lo que pasó con la Delta. Una vez que la variante llega al país, como ya ocurrió con Ómicron, debe incrementarse el sistema de rastreo y seguimiento para intentar aislar los casos de la nueva variante y que no se produzca la circulación comunitaria”.
“También se debería disponer de test obligatorio y aislamiento preventivo al menos por 7 días a las personas que ingresen al país -indicó la doctora Ratto-, con una nueva prueba luego de ese período. Eso ayudaría a controlar nuevos focos provenientes del exterior, mientras se intenta contener el avance al interior del país”.