Un relevamiento entre universitarios de todo el país muestra su preferencia por las compañías abiertas a la cultura digital.
La empresa que los jóvenes imaginan como ideal para hacer su ingreso al mundo del trabajo tiene algunas características ya conocidas: permite aprender, experimentar, desarrollarse; es inclusiva y protege al medio ambiente; es el lugar para hacer lo que a uno le gusta.
Pero en el año de la pandemia, el distanciamiento y el teletrabajo, la encuesta «Empresa de los Sueños», que consultó las opiniones de 7.732 jóvenes en todo el país entre abril y septiembre, reveló un nuevo rasgo. La empresa soñada es digital.
El relevamiento se realizó entre jóvenes de entre 17 y 26 años, estudiantes o graduados universitarios de todo el país. La encuesta diseñada por Grupo Cía de Talentos les pregunta a los jóvenes si hay alguna empresa u organización en la que sueñan trabajar. Si bien este año la mayoría contestó que sí (65%), no siempre sucedió del mismo modo.
En el período que va de 2013 a 2017, sólo la mitad o menos de los encuestados tenía una empresa “soñada”. En cambio, con el avance de la crisis económica, los jóvenes miran a las grandes empresas como fuente de seguridad.
«En 2018, el 65% dijo tener una empresa soñada y en 2019, el 71%. Aunque este año haya bajado un poco, el resultado marca que la idea del resguardo que ofrece una empresa y la búsqueda de la relación de dependencia están presentes entre los jóvenes», dice Patricio Navarro Pizzurno, gerente general para Argentina del Grupo Cia de Talentos Latam.
Además, del 13% que señaló que su propio emprendimiento sería su empresa soñada, la gran mayoría (88%) respondió que, si tuviese una propuesta de trabajo con una autonomía similar, la aceptaría. Esto, según Navarro Pizzurno, refuerza la interpretación de la búsqueda de seguridades.
El ranking
A aquellos encuestados que contestaron que hay una empresa con la que sueñan, se les pidió el nombre. De esta pregunta abierta surge todos los años un ranking de “empresas soñadas” por los jóvenes.
Google repite el primer lugar, en donde se encuentra desde 2016. Pero el resto del top ten presenta algunas diferencias con año anteriores que podrían vincularse al golpe propinado por la pandemia a algunos sectores de actividad
«En el ranking tenés presentes a las tecnológicas, al agro, al sector oil&gas y a una empresa que ya es un commodity, como Techint Pero consumo masivo sigue cayendo. Arcor bajó varias posiciones, Coca Cola que era histórico desapareció del top ten y Unilever recuperó un puesto respecto del año pasado, aunque había estado segundo varios años», comenta el consultor.
En el segundo puesto aparece Cargill, que no había estado otros años en el top ten. «El rubro agronegocios sigue teniendo mucha presencia, y en el caso de Cargill la tuvo en los últimos 18 meses con pasantías, programas de jóvenes profesionales, de trainees, de trainee juniors y seniors. Cinco frentes de aperturas hacia el mercado joven», dice Navarro Pizzurno. «En un mercado más contraído donde jugadores más clásicos del rubro consumo masivo o la banca descendieron, este empresa pega un salto», agrega.
Para Navarro Pizzurno «los bancos desaparecieron del top ten porque se produce una aversión consciente o inconsciente al sector financiero en el contexto de crisis». Organizaciones como la ONU y Walt Disney representan una «cuestión romántica», afirma.
Deseo y realidad
¿Cómo se imaginan los jóvenes a esa empresa «soñada»? Varias de las preguntas de la encuesta indagan esta cuestión. Por un lado, cuando se les pide señalar el principal motivo que convierte a esa empresa en una empresa «soñada», las respuestas más elegidas son «Desarrollo» (32%), «Hacer lo que me gusta» (20%) y «Experiencia internacional». La opción «Remuneración y beneficios» es la menos elegida (2%).
«La tríada desarrollo, hacer lo que me gusta y experiencia internacional no cambia nunca. Se van moviendo en las tres primeras opciones de respuesta», observa Navarro Pizzurno. «Pero me atrevería a decir que esto va a cambiar el año que viene porque hay más conciencia de que la oferta de trabajo se sigue contrayendo, que hubo despidos y que casi con seguridad va a haber una segunda ola del virus», analiza.
A los jóvenes también se les pregunta qué causa social les gustaría que esa empresa promueva, y ahí se imponen «Diversidad» (38%) y «Medio Ambiente» (36%), mientras que sólo el 4% elige «No creo que sea el rol de las empresas».
En esta edición de la encuesta se incorporó una pregunta para que los participantes evaluaran en una escala del 1 al 10 cuán digital es la cultura de la empresa soñada. El 67% de las respuestas se ubicaron entre el 8 y el 10, con un promedio general de 7,93.
De acuerdo con lo publicado por Clarín, a los encuestados con experiencia laboral (el 57% de la muestra) también se les presentó una serie de afirmaciones acerca de su trabajo actual o más reciente con las que tenían que acordar, o no. En esos resultados no siempre coinciden distancia los sueños con la realidad laboral.
Mientras que el 68% de los jóvenes concuerdan parcial o totalmente con que frecuentemente aprenden o hacen algo interesante en sus trabajos, menos de la mitad (42%) acuerdan total o parcialmente con que las personas son reconocidas por aumentar sus conocimientos y habilidades.
En relación al impacto positivo de la empresa en la sociedad y comunidades con las cuales se relaciona, el 55% concuerda total o parcialmente. Son menos los que acuerdan con que la empresa ofrece oportunidades para hacer un trabajo significativo (48%), y aún menos los que creen que prioriza la salud y el bienestar físico y mental (44%). En cuanto a si brinda buen equilibrio entre vida profesional y personal, quienes acuerdan tampoco alcanzan a la mitad (48%).
En cambio, las empresas reales salen bien paradas cuando se trata de clima laboral: el 66% acuerda total o parcialmente con que hay un ambiente de trabajo agradable y positivo y el 58% señala que hay un ambiente inclusivo.
Sobre todo, la brecha se impone en las afirmaciones relacionadas con la transformación digital. Con la misma escala usada para evaluar la cultura digital de las empresas soñadas, los jóvenes con experiencia laboral juzgaron la cultura digital de las empresas en las que trabajan o trabajaron. En este caso, casi la mitad opinan que su empresa está entre los tradicional y lo digital (entre el 4 y el 7 de la escala), e incluso un 24% juzga a su empresa como «tradicional». El promedio se ubica en 5,78 contra el 7,93 de la empresa soñada.
Menos de la mitad (42%) concuerda parcial o totalmente con que su empresa lo está preparando para los futuros del trabajo. Con la afirmación «mi empresa está preparando a los líderes para los desafíos actuales y futuros de la era digital» sólo concuerda total o parcialmente el 31%, mientras que el 45% desacuerda parcial o totalmente y el 24% ni acuerda ni desacuerda.
En el caso de la afirmación «Mi empresa está mejor preparada para la transformación digital que sus competidores» el acuerdo parcial o total alcanza el 31%, mientras que el 32% ni acuerda ni desacuerda y el 37% desacuerda total o parcialmente. Y sólo el 41% de los encuestados acuerda con que la empresa es innovadora y abierta al cambio.
«Siempre hay diferencias entre la aspiraciones y la empresa en la que trabajo. Y esto se vivió especialmente este año», señala Navarro Pizzurno. «Muchas empresas decían ‘Somos una empresa moderna, trabajamos con agile y metodología scrum’ pero no tenían cómo mandar a la gente a trabajar a su casa. La cuarentena lo que hizo fue poner sobre el tapete el relato vs la realidad».
En la misma línea, una serie de preguntas indagaron sobre el grado de apertura de las empresas y las personas hacia el cambio organizacional, entendido como «la transformación de las organizaciones en relación al futuro del trabajo: un estilo de trabajo más celular, con una pirámide más achatada, más colaborativo y cooperativo», describe Navarro Pizzurno.
En una escala del 1 (sin apertura) al 5 (mucha apertura), la mitad de los encuestados consideró que sus colegas de trabajo estaban abiertos al cambio (escala 4 + 5) y un 59% eligió esas puntuaciones para calificar la apertura de sus líderes o gestores directos. También se encuentran en porcentajes similares quienes consideran abiertos al cambio al alto liderazgo (47%), al CEO (54%) y a la organización como un todo (48%).
En cambio, cuando se juzgan a sí mismo, la abrumadora mayoría de los jóvenes (93%) se considera abierta al cambio organizacional.