Cada vez más bancos suman su propuesta de préstamos hipotecarios UVA. Muy esperados por la clase media, los créditos para la compra de vivienda volvieron al menú bancario en sus versiones con cuota ajustable por la evolución de los precios.
El último dato de inflación mostró una baja y tanto el Gobierno como los analistas insisten en que la tendencia descendente continuará. Sin embargo, el largo plazo de los préstamos hipotecarios y el mal recuerdo que dejó esta herramienta en su edición anterior -que tuvo auge en 2017- genera dudas entre los posibles tomadores de esos créditos: ¿qué pasa si la inflación aumenta más que los salarios?
“Si la inflación sube, las cuotas suben. Lo que importa es el salario real, no tanto la inflación. Lo más importante es si la inflación es mayor a la suba de los salarios. Si los precios suben 30%, pero los salarios aumentan 35%, no hay problema”, resumió Federico González Rouco, economista de Empiria especializado en vivienda.
Todos los bancos deben ofrecer al cliente la opción de extender el plazo del préstamo en hasta un 25% del original, si la cuota ajustada por inflación sube 10 puntos por encima de lo que hubiera subido si se aplicaba la actualización por el coeficiente de variación salarial.
Esta cláusula es obligatoria y aplica a cualquier deuda que ajusta por la evolución del costo de vida. Sin embargo, González Rouco explicó que no se utiliza en la práctica porque no resulta conveniente. “No lo usa nadie porque permite extender el plazo, por ejemplo, de 30 a 37 años, pero la cuota baja muy poquito y en pocos meses vuelve al mismo punto inicial”, indicó.