En el país es el índice más alto al finalizar un año desde 2004. En 2019, antes de la pandemia, había cerrado en 8,9%. Durante 2020 cayeron en más de 220.000 la cantidad de trabajadores registrados, a pesar de las prohibiciones de despidos y la doble indemnización obligatoria.
Según publica Infobae la tasa de desempleo aumentó a 11% hacia fines de 2020 por el impacto de la pandemia en el mercado laboral, según informó este jueves el Indec. Implica un aumento de más de un punto porcentual en relación al cuarto trimestre de 2019, cuando había sido de 8,9%.
La caída del empleo en la primera parte de la cuarentena se vio compensada parcialmente por la recuperación paulatina de la actividad económica en los últimos meses del año. Hacia el segundo trimestre del 2020 la tasa de desempleo había llegó a un techo de 13,1% tras los primeros meses de medidas de aislamiento social. En el tercero había ya recortado hasta 11,7 por ciento.
De acuerdo a los datos del organismo estadístico, a nivel país el desempleo subió a 2,1 millones de trabajadores. De esa forma, se trata de la cifra más alta para el último trimestre del año desde 2004. Durante los primeros meses de pandemia, los puestos de trabajo del mercado laboral llegaron a caer en 4 millones. En los meses siguientes se atenúo en 3,1 millones, por lo que la pérdida de empleos neta desde que comenzó la pandemia se acerca a los 900.000.
La tasa de empleo también refleja de manera bien clara el impacto de la cuarentena en el mercado laboral. Hacia fines de junio ese índice se había desplomado de 42,2% a 33,3 por ciento. Desde ese momento fue recuperándose lentamente: tres meses después ya había repuntado hasta 37,4% y cerró el año con 40,1 por ciento.
Otro factor que atenuó las cifras de desempleo estuvo relacionada a las dificultades para conseguir empleo. Eso sucede porque la desocupación toma en cuenta a las personas sin trabajo que están en proceso de búsqueda. Ese “efecto desaliento” -explicado en parte por las limitaciones remanentes a la movilidad en transporte público, por ejemplo- “desinfló” la cifra de desocupación. En números concretos: si los 786 mil trabajadores que dejaron de buscar empleo lo hubiesen hecho, la desocupación hubiera afectado a casi 2,9 millones de personas.
El Indec también reflejó que entre los trabajadores ocupados, todavía el 20% realizan tareas desde sus domicilios por las medidas de protocolos y distanciamiento que implementaron distintos rubros de la economía. El 13,6% de ese total además trabajó con su propio equipo y maquinaria durante la pandemia. Como comparación, a fines de 2019, antes de la pandemia, la proporción de personas que trabajaban desde sus casas era de 5,8 por ciento.
En números concretos: si los 786 mil trabajadores que dejaron de buscar empleo lo hubiesen hecho, la desocupación hubiera afectado a casi 2,9 millones de personas.
Un dato destacable es el incremento de la subocupación, entendida como aquellos trabajadores que realizan tareas durante menos de 35 horas de semanales y que están dispuestos a tener una carga horaria mayor. Ese índice escaló hasta 15,1% -el porcentaje más alto desde la crisis de 2002-, lo que significa que 3,1 millones de personas buscan complementar sus ingresos. Esta tendencia muestra que los empleos que se recuperaron durante la segunda mitad del año fueron part time, o a un ritmo de trabajo menor al que tenían antes de la pandemia.
De acuerdo con la rama de actividad de la ocupación principal, según el Indec sobre el total de personas ocupadas se observó un incremento de la participación de la Construcción y la Industria, que subieron 1,5 y 1,4 puntos porcentuales, respectivamente respecto del trimestre anterior y de forma interanual 1,1 y 2,3 puntos para cada rubro. “En cambio, las ramas de Hoteles y Restaurantes –que mostró un descenso de 1 punto con respecto al tercer trimestre de 2020– y la de Servicio doméstico siguieron por debajo de igual trimestre de 2019 (1,3 punto porcentual en ambos casos)”, explicó el organismo estadístico.
El empleo registrado, según la medición del Ministerio de Trabajo, en base al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) cayó en en 2020 en 223 mil trabajadores, a 11,9 millones, de los cuales se encontraban inactivos por ausentismo forzado por la falta de acceso al transporte público de pasajeros, principalmente; mientras que los ocupados en en la informalidad cayeron en 920 mil, a 6,5 millones de trabajadores.