Cada vez más familias eligen este sistema limpio de edificación y remodelación en sus interiores por el ahorro de tiempo de obra y de costos. El consumo de placas de yeso creció 17% en el último año
La mayor permanencia en los hogares y la necesidad de adecuar los espacios a la nueva realidad del home office, escuela o gimnasio, principalmente, hizo que muchas familias recurrieran a la construcción en seco para levantar y refaccionar la vivienda frente al método tradicional, porque permite privilegiar rapidez de montaje, menores costos por los plazos de tiempo de mano de obra, limpieza, y terminaciones.
Según las Estadísticas de Productos Industriales del Indec, en 2020 el consumo de placas de yeso fue de 4,37 millones de metros cuadrados, aumentó 17% en comparación con el año previo.
Se trata de un fenómeno global. La consultora de Estados Unidos Frost & Sullivan, estimó que para 2025 se espera que el crecimiento de la construcción en seco totalice el equivalente de USD 215.000 millones, porque es un sistema “amigable” con el medio ambiente. En 2018, este método, que es también conocido como offsite, porque posibilita planificar, diseñar, fabricar y ensamblar un edificio en un taller o fuera de lo que será su localización final, concentró más del 60% de la inversión total en ConTech (edificación industrializada) y cuenta entre sus inversores a grandes corporaciones.
“La construcción modular se percibe como una solución sostenible debido al uso creciente de materiales más eficientes energéticamente y con menor impacto. Por otro lado, está la optimización de recursos, se produce en fábrica y luego se arma en el lugar, con lo cual el tiempo que se ahorra en su montaje ronda entre 50% y 60% respecto del sistema tradicional”, dijo a Infobae, Juan Pablo Rudoni, presidente de Ecosan.
Francisco Pedrazzi, vicepresidente del Instituto de la Construcción en Seco (Incose), manifestó: “En la Argentina predomina aun la construcción húmeda, pero desde hace algunos años existe una inclinación ascendente por los sistemas limpios. Pasar de un muro de ladrillo a otro con estructuras de acero galvanizado y aislaciones termo-acústicas brinda innumerables ventajas. Si bien existen varios sistemas, el steel framing se consolida como el preferido, por su durabilidad, estabilidad dimensional y resistencia a las cargas”.
Los especialistas esgrimen que no se observan factores en contra. “El preconcepto que la construcción en seco tiene que vencer es cultural. Desde el Incose y sus empresas asociadas trabajamos para derribar mitos que no tienen fundamento técnico, con actividades de capacitación hacia los integrantes de la cadena de valor”, añadió Pedrazzi.
La madera, es otro material que prosperó, entre ellos los paneles que resisten lluvia, nieve y viento, por ejemplo. Se levantan más casas térmicas con estructuras a partir de dos placas de madera o yeso cuyo interior es de poliestireno expandido (EPS), porque permite ahorro de tiempos de obra de hasta 60 por ciento.
El sistema se consolidó en la zona sur del país, en la Patagonia andina, por el ahorro de energía y la disponibilidad de materiales. Y actualmente está difundido en todo el territorio.
La estructura en seco también se utiliza para levantar edificios comerciales e institucionales como escuelas, hospitales y paseos, entre otros. En el segmento residencial es donde se advierte un amplio camino por recorrer, sobre todo en beneficio de los segmentos de medios y bajos ingresos.
Badano, comentó, que, “una vivienda de 100 m2 puede construirse entre 60 y 90 días por una cuadrilla de 6 personas. El kit que para levantar una casa de esa dimensión sale aproximadamente USD 130 por metro cuadrado, al cambio oficial, mientras que una vivienda llave, en mano ronda los 650 dólares”.
“El PVC, por ejemplo, es cada vez más elegido para la construcción sustentable debido a sus bondades intrínsecas: versatilidad, eficiencia, durabilidad e inocuidad para la salud. Entre las nuevas soluciones que brindaron estos sistemas en el último año, se destacan los módulos Hospitalarios de Emergencia para dar respuesta a la demanda sanitaria frente al aumento de casos de covid-19. Diseñados bajo un sistema industrializado, que permitió el emplazamiento en tiempo récord.
Para levantar una vivienda se construye primero la platea que permitirá soportar el peso de la unidad, y las conexiones de servicios como agua y gas.
En el sitio de implantación final del módulo, previamente, se hace el movimiento y compactación de suelo, el tendido de instalaciones y sus acometidas. De esta forma el lugar queda preparado para ubicar la platea de hormigón. Si bien existen modelos de base, todos los diseños son personalizados y se ajustan a las necesidades de cada usuario.
Guillermo Badano, explicó, que, “las edades de quien opta por esta posibilidad son variadas, con preponderancia de jóvenes (de entre 25 y 50 años). Si bien en Estados Unidos y Europa es un sistema que funciona hace mucho, en la Argentina todavía tiene ciertos matices de novedoso”.
Al igual que en el sistema tradicional, se edifican casas llave en mano, disponiendo de los planos conforme a obra con un manual de mantenimiento preventivo. Juan Rudoni, dijo que, “este instructivo contiene toda la información de la casa con las garantías y permite a los dueños tener facilidad para poder hacer refacciones o ampliaciones”.