El campeón del mundo tuvo su fiesta en el Monumental ante 83 mil personas que colmaron cada tribuna del remodelado estadio Antonio Vespucio Liberti.
El invitado especial era Panamá, la selección centroamericana que venía con equipo suplente y hasta un miembro del cuerpo técnico en reemplazo del DT, que tampoco viajó.
Contrario a lo esperado, los panameños ofrecieron una especial resistencia a los embates del equipo argentino, que tampoco estuvo muy fino de cara al arco rival.
Recién a los 75 minutos del partido llegó el primer gol del encuentro, de la mano de uno de los seis tiros libres de Messi. El disparo dio en el travesaño y el rebote lo capturó Paredes, que pifió y se la dejó servida a Thiago Almada, que convirtió su primer gol con la selección.
Minutos más tarde Argentina ampliaba la ventaja con el último tiro libre de Messi, que la colgó en un ángulo para dar más tranquilidad y avivar la fiesta.
