El virus impacta sobre las ventas al exterior agrícolas y de carne, por cantidad y por precio. También la incertidumbre frena inversiones. Además, puede reducir importaciones clave para la industria local.
Recuerda INFOBAE que pasaron ya dos meses de la aparición de los primeros casos del coronavirus en China y ya la enfermedad se propagó por varios países de Europa y Asia, y hasta llegó a Latinoamérica, con el primer infectado detectado en Brasil esta semana. Por el rol de China como gran potencia mundial, el impacto de este virus puede ser determinante para el nivel de actividad económica, tal como se refleja en los mercados, con bajas importantes en las bolsas mundiales y en la economía real.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió hoy que la economía global se desacelerará por esta incipiente pandemia, en una magnitud que todavía resulta difícil cuantificar.
La gran pregunta que hoy todos los analistas se hacen es cuál será el efecto sobre la Argentina, que tiene en China a uno de sus principales socios comerciales.
Por lo pronto, el coronavirus está generando menores exportaciones agrícola-ganaderas y menores importaciones de insumos para diversos sectores industriales, además de que ya impacta en el precio de las materias primas.
De acuerdo con un reciente informe de la consultora Abeceb, el principal efecto directo del coronavirus en la Argentina se manifiesta sobre la cotización y exportación de materias primas agropecuarias, como la soja, y sobre todo las carnes. China representaba el 3,78% de todo el intercambio comercial argentino del 2000 y esa proporción ascendió al 14,29% en 2019, transformándose en el segundo mercado para el país después de Brasil, por delante de Estados Unidos y la Unión Europea.
El sector de carnes es uno de los más afectados en la economía argentina, especialmente si se tiene en cuenta el fuerte aumento de la demanda china observado en 2019, que generó un gran estímulo en la producción de los frigoríficos locales, precisó el documento. Y agregó que, aunque sigue mostrando variaciones positivas en términos interanuales debido al gran crecimiento acumulado en 2019, las exportaciones de carne y sus preparados cayeron en enero un 33,4% en dólares respecto a su valor de diciembre, por las menores ventas a China, que representan el 75% de las exportaciones.
Respecto de los precios de las commodities, entre los valores de cierre de 2019 y los actuales, se observa una merma considerable en la cotización de la soja, que se redujo un 5,1%, y en los valores del maíz y del trigo, que perdieron 3,6%, principalmente por la caída de los últimos días. En líneas generales, se observa que la tendencia positiva que venían mostrando algunos commodities antes de la aparición del virus se ha frenado y que los precios podrían retroceder en las próximas semanas, lo que terminaría derivando en menores precios para la cosecha 2019/20.
En petróleo y minería, a su vez, también hubo un fuerte impacto. La cotización del barril de Brent se desplomó 23% desde el valor observado el 31 de diciembre, en tanto el precio del mineral de cobre se contrajo un 9% en el mismo período. Esto representa una ventaja en término del costo de las importaciones, pero un efecto negativo para atraer inversiones, en un contexto en el que el Gobierno jura que quiere revivir el proyecto de Vaca Muerta.
En cuanto a los productos en los que China es un proveedor, el impacto se observa a través de un retraso en los envíos que comienza a complicar la cadena de abastecimiento global. El efecto es especialmente fuerte en segmentos como el textil y en electrodomésticos. En este caso, y debido a que hoy la Argentina es un país relativamente cerrado al comercio exterior, el impacto es menor, aunque debe destacarse que China representa un 19% de las importaciones, remarcó Abeceb.
“Si el virus se extiende y se agrava, el principal impacto que habrá será en el comercio con China, básicamente porque caen el consumo y la producción en ese país. Hay fábricas cerradas, gente que no va a trabajar, puertos cerrados, que tampoco posibilitan que ingresen productos chinos a la Argentina”, afirmó Marcelo Elizondo, director de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI).
El 70% de lo que se vende a China son productos derivados de la soja, por lo que el efecto no sólo será que caiga el comercio en términos de volúmenes, sino también por precio, ya que es esperable, según coinciden varios analistas consultados, que caigan los precios de los commodities en el mundo. “China es el principal importador de commodities del mundo, por lo que las menores compras pueden hacer caer los precios”, agregó Elizondo, al tiempo que destacó que también afecta a la economía la incertidumbre, ya que se difieren decisiones de inversión. Antes de la irrupción de esta enfermedad ya se preveía que este año la inversión volviera a caer, por tercer año consecutivo.
Un informe de FocusEconomics, en tanto, indicó que “el coronavirus golpeará en forma significativa el crecimiento de China de este año, con un recorte del 0,5% al 0,8%» y aunque los países más afectados por el efecto contagio serán los del sudeste asiático y Japón como miembro del G7, habrá consecuencias globales, aunque su magnitud dependerá de la extensión temporal del virus. De hecho, la mayoría de los economistas consultados creen que el impacto de este fenómeno sobre el PBI global rondará apenas entre el 0,2% y el 0,5%.
Xu Xiao Chun, de Moodys, indicó que “la economía global sentirá el efecto de los problemas de China por tres canales principalmente: el turismo chino, que se detuvo por completo; la oferta global de productos se interrumpirá por aquellos que pasan por China y los mercados emergentes sufrirán, especialmente América Latina, por la baja en el precio de las materias primas”.
Según Federico Moll, de la consultora Ecolatina, el impacto directo para la Argentina será por las exportaciones a China, sobre todo del agro, «sectores que ya vienen golpeados por la apreciación cambiaria y la presión impositiva. Al mismo tiempo, el virus afecta a Brasil y ello golpea a las Manufacturas de Origen Industrial (MOI). Para el economista, “el único efecto positivo puede ser la baja del precio del petróleo, aunque también eso puede afectar el desarrollo de Vaca Muerta, que de por sí está parada por cuestiones de política interna”. “Es tan complejo como potencialmente transitorio”, agregó Moll.
Federico Furiase, de EcoGo, dijo que el coronavirus ya generó shock de aversión global al riesgo, que implica salida de capitales de los emergentes, caída de los precios de los commodities y desaceleración del comercio global, lo cual se refleja en menos exportaciones y caída en los precios de las commodities para el país.
El economista sostuvo que puede acelerarse la apreciación del tipo de cambio debido a que los países vecinos pueden devaluar más rápido que la Argentina debido a que no tienen los niveles locales de inflación. En cuanto al canal financiero, Furiase sostuvo que la búsqueda de calidad por parte de los capitales no impactaría al país porque con un riesgo país de 2.226 puntos básicos, ya la Argentina se encuentra fuera de los mercados. Lo que podría beneficiar al Gobierno, aseguró el analista de EcoGo, es la baja de la tasa de interés en el marco de la renegociación de la deuda.
“Lo importante es el plazo que dure la enfermedad. El efecto del coronavirus llevará a una desaceleración del crecimiento a nivel mundial, aunque todavía es muy prematuro para evaluar un impacto. Si el problema encuentra una rápida solución y el virus es contenido, es posible que gran parte de la caída del PBI chino del primer trimestre podría ser compensada con una recuperación rápida. Pero si la epidemia espiraliza y afecta en gran medida a otros países, el efecto será mucho mayor”, afirmó Javier Cao, responsable de inteligencia sectorial de Abeceb.
Por su parte, la consultora Quantum dijo que “el impacto inicial de los nuevos y más extendidos casos de coronavirus y su evolución esperada afectó relativamente más a acciones y al precio del petróleo. Monedas y el resto de commodities no experimentaron movimientos importantes, en un contexto donde el dólar sigue estando fuerte y el UST se redujo a niveles de 1,3% como resultado del reacomodamiento de portafolios debido a la mayor incertidumbre. La indicación sobre el grado de adaptación de la política monetaria de los principales Bancos Centrales del mundo incidirá sobre la evolución de corto y mediano plazo del precio de los activos”.
Por lo pronto, “la región reaccionó relativamente bien, con la Argentina compartiendo esa sintonía. Sin embargo, si el evento del coronavirus se profundiza, sus efectos sobre el crecimiento y el comercio globales dado el grado de integración regional por las cadenas de valor podrían reconfigurar portafolios, con efectos negativos relativamente mayores sobre emergentes, ¿una categoría con un nuevo perfil de riesgo?”.
Consultado al respecto el titular de la Cámara de Comercio Argentina-China, Carlos Spadone, remarcó que el impacto en el comercio de los últimos dos meses fue importante, aunque consideró que “el virus en China ya entró en una meseta” y las fábricas comenzaron a activarse, al igual que los comercios.
Dado el escaso tiempo transcurrido desde el estallido de este problema sanitario, la mayoría de los pronósticos oscilan entre la prudencia y el optimismo. Todo dependerá, como se mencionó, de su efecto contagio en materia económica. La ventaja que tiene el país, a diferencia de las crisis externas que afrontó en el pasado, es que cuenta con un tipo de cambio flexible. Claro está que, a mayor depreciación, habrá mayores expectativas inflacionarias. Pero esa ya es otra historia.