Consumo bajo cero e industria a media máquina

Con la recesión que golpea las puertas de las plantas, en la Unión Industrial Argentina advierten: “fábrica (Pyme) que cierra no se abre más». En junio sólo aprovecharon, promedio, el 65% de la capacidad instalada…

domingo 08/07/2018 - 12:46
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Con la recesión que golpea las puertas de las plantas, en la Unión Industrial Argentina advierten: “fábrica (Pyme) que cierra no se abre más». En junio sólo aprovecharon, promedio, el 65% de la capacidad instalada como consecuencia del efecto causado por el efecto combinado de la devaluación, el shock de las tasas de interés para frenar las corridas, los tarifazos, la pérdida de poder adquisitivo del salario y el recorte de recursos destinados a la obra pública.

Según publica urgente24.com, el cóctel pegó de lleno en el consumo interno, y por ende en la producción, de las industrias automotriz, metalmecánica, textil, como también en los insumos de la construcción. Y como si no se vende o no se exporta, no se produce y si no se produce, primero se resiente el empleo y detrás se baja la persiana, la gradualista secuencia de la estanflación se puso en marcha en el inicio de este segundo semestre y es escuchado en las fábricas como el tic-tac de una bomba.

Pese a que las 11 terminales automotrices locales operan al 54,5% de su capacidad instalada, de las líneas de producción salió en junio 13,4% menos unidades que en igual mes del año pasado y-15,8% si se toma el mes anterior, mayo, informó la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA).

Y podría haber sido mucho peor la performance de no haber mejorado la exportación 16,2% respecto de junio de 2017, ya que el mercado interno demandó 31% menos.

Con las plantas automotrices haciendo punta junto a las textiles y metalmecánicas, la industria tuvo que bajar varios cambios para adaptar la oferta de bienes a una demand a en repliegue: 2,5% abajo en mayo respecto del mes anterior y 0,7%menos interanual, según el INdEC, con lo que si el uso promedio de la capacidad instalada se estacionó en 65,1% fue gracias a que tiró hacia arriba el promedio del indicador la producción de insumos para la construcción, aluminio, acero, tabaco y la refinación de petróleo.

El freno al giro de dinero para obras públicas pegó de lleno al índice Construya, que sigue la facturación de ladrillos, cemento, cal, acero, carpintería, cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua.

Por primera vez en 15 meses las ventas cayeron en junio 5,4% interanual, tendencia decreciente que se ve claramente en el 9,06% negativ o que registró con relación a mayo.

Así y todo, el semestre cerró con un crecimiento del 7,8%, pero con la salvedad de que la actividad traspuso el umbral de la recesión, golpeado por la corrida cambiaria, las supertasas y la desaceleración de obras públicas.

BAE Negocios recogió en la jornada anual del Observatorio Pyme una creciente inquietud ante el panorama cerrado que tienen por delante, con un consumo interno deteriorado y sin resto de competitividad para ir por nuevos mercados para las exportaciones.

Mascullan aún definiciones del ministro de Producción, Dante Sica, quien si bien descartó que en la Argentina haya sectores inviables -como su antecesor Francisco Cabrera de slizara desaprensivamente- sí diferenció entre empresas viables y otras inviables, lo cual introduce el síndrome de ruleta rusa.

El zapato no apretó por igual al sector fabril, según consta en el registro de utilización de su capacidad instalada de mayo último. Por encima del nivel general se ubican las industrias metálicas básicas (acero y aluminio), con un 82%, y productos del tabaco con 79,5%.

Atrás vienen la refinación del petróleo, 77,5%; insumos para la construcción 72,9%, papel y cartón 70,5% y sustancias y productos químicos 65,6%.

Claramente, estuvieron principalmente impulsadas por la demanda proveniente de las obras de infraestructura, que se encuentran al filo de la tijera fiscal.

Por debajo del promedio general de aprovechamiento de la capacidad instalada aparecen la producción de caucho y plástico, 62,4%; edición e impresión, 62,1%, y alimentos y bebidas, 61,5%.

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