En el cumpleaños de Diego, la cancha de Boca se vistió de fiesta y vibró como nunca sobre el minuto 10 del partido contra Gimnasia.
Una gigantografía del Maradona de 1981, cuando ganó el Metropolitano, decora el círculo central. Tiene los puños bien apretados y muchos imaginaron que ese momento inmortalizado tuvo que ver con aquel inolvidable gol a River, cuando Diego desparramó a Ubaldo Fillol, nada menos.
“¡Feliz cumple, DIEGO!”, reza otro cartel, en mayúsculas, porque Maradona era palabras mayores en el templo azul y oro. El rostro del crack que le declaró su amor a Boca también estaba estampado en el pecho de los jugadores de ambos equipos.
Y el estadio estalló en un aplauso cuando Dalma, su hija mayor, recibió un cuadro con la camiseta xeneize, el mítico “10” y el apellido grabado en la espalda. También le entregaron una plaqueta Izquierdoz y Fabra.
“Lo quería Barcelona, lo quería River Plei (sic), Maradona es de Boca porque gallina no es”, bramaron los fanáticos. “Hay que alentar a Maradó”, fue otro hit del cancionero de la tribuna. Y a los 10 minutos se detuvo el juego. Hubo show de luces, imágenes de Diego en la pantalla gigante, una suelta de globos con su camiseta.