Por Raúl Fernández
No se puede opinar diferente. No es posible pensar, aún en parte, algo distinto. Es imposible esbozar una idea contraria al Jefe, como gusta que lo llamen. De ahí en más te transformas en enemigo, en traidor, en lo peor de lo peor. Ese fue el clima, lamentablemente, del Congreso Provincial del PJ del sábado pasado.
Desde el Nuevo Espacio, cuyo autor intelectual no resulta otro que el propio Das Neves cuando comienza su carrera presidencial y, sin motivo aparente, comienza a encerrarse y evitar cualquier tipo de debate, ya sea político o de acción de gobierno.
Esa determinación, válida por cierto en su punto de partida, genera una y otra determinación de enfrentamientos con el gobierno nacional, choques inesperados con diferentes sectores más “afines” a ese gobierno y la exclusión constante de quienes intentamos señalar una visión diferente sobre el particular.
Lo incompresible de esa realidad es que no existía el Nuevo Espacio cuando más de una docena de veces llegó el matrimonio presidencial a Chubut y con ello varios cientos de millones de pesos que se concretaron en obras y servicios para ciudadanos de todo el territorio.
Nadie imaginaba este Nuevo Espacio cuando observamos a la Presidenta electa y al Presidente saliente sentados en la Legislatura Provincial escuchando al Gobernador Das Neves dar su discurso de asunción en su segundo mandato.
No ha sido ni Eliceche, ni Touriñán, ni Di Pierro, quienes invitaron a dormir en la Residencia de Rawson a la Presidenta.
No fue Yahuar quien, en reiteradas oportunidades, le habló a su “amigo Néstor” en los actos políticos e institucionales que se hicieron en Chubut.
No era otro que el Presidente del PJ Nacional el que acompañó el desarrollo del Congreso Provincial del PJ en Comodoro Rivadavia, cuando me tocó nominar al Compañero José González como presidente del mismo.
Cuando el Nuevo Espacio no tenía un latido de vida, sin anuencia alguna, se creó y se desmoronó la candidatura testimonial del Vice Gobernador Mario Vargas en Chubut.
No había llegado el 17 de octubre de 2008 cuando el Presidente del PJ Chubut, sin la anuencia de ningún Consejo o Congreso Provincial, se determinó un giro impensado para comenzar los diálogos políticos con los Biolcatti, la Sociedad Rural, la Fundación Mediterránea o Mauricio Macri.
Estos eran algunos de los puntos que pensábamos exponer en el Congreso del sábado, además de preguntar por los fondos partidarios destinados a una campaña presidencial o la adhesión a la nueva Ley Nacional de partidos políticos.
Nada difícil de contestar si se hubiera tenido convicción y claridad de las cosas que se hacen y, de última, votar 50 a 4 y definir de esa forma, pero permitiendo que las expresiones se escuchen.
Nadie puede negar la responsabilidad de Das Neves en estos años del PJ, pero eso no lo hace invulnerable, no lo convierte en amo y señor del movimiento y, mucho menos, en creador.
Le asiste el derecho de querer ser y la voluntad de llevarlo a la práctica, pero no sobre la base del desprestigio ajeno, de poner la etiqueta en quien piensa distinto.
Irrespetuosamente el primer mandatario del Estado provincial ha tildado de corruptos, maricones, mercenarios, asaltantes, hasta cagones y drogadictos a quienes no piensan como él. ¿Pensará así gobernar un país?
Si bien el Congreso finalizó sin que pudiera emitir opinión clara para que alguien, con mayor claridad, nos convenciera de la equivocación, el debate sigue abierto.
Difícilmente la soberbia del poder le permita la Gobernador sentarse mano a mano con quien piensa diferente y quizás la obsecuencia de sus seguidores, especialmente de aquellos que por lo bajo murmuran las inexactitudes, no pongan a nadie en una silla de debate para crecer.
No importa, porque más allá de los resultados y los porcentuales, siempre habrá quienes sostendremos las ideas y los ideales por sobre las personas.
Nos equivocaremos una y otra vez, perderemos elecciones y hasta habrá que escuchar los análisis del lunes con los resultados del domingo, pero eso no nos hará retroceder un céntimo para defender una verdad, que no es la única, con el corazón militante.