Tras la segunda marcha federal en defensa de la educación pública y el presupuesto universitario, el 2 de octubre, y el veto a la ley de financiamiento ratificado una semana después, los gremios docentes y no docentes del nivel superior de gestión nacional intensifican su reacción con nuevas medidas de fuerza. Luego de que el jueves 17 de octubre se desarrollara el sexto paro del cuatrimestre –los anteriores habían sido el 12 de agosto, el 20 y 21 del mismo mes (un paro de 48 horas), el 26 de septiembre y el 10 de octubre–, esta semana empieza con otro cese de actividades, que se mantendrá durante lunes y martes: serán el séptimo y el octavo día de huelga en poco más de dos meses, indica La Nación.
Así lo definió la semana pasada el Frente Sindical de Universidades Nacionales, integrado por los gremios docentes y no docentes universitarios; la Federación Universitaria Argentina (FUA), representantes de agrupaciones estudiantiles y del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que nuclea a los rectores. También anunciaron que los próximos serán jornadas de visibilización del conflicto.
Las medidas se plantean en el contexto de puja con el Gobierno por las paritarias de los trabajadores docentes y no docentes universitarios (quienes sostienen una pérdida salarial del 63,5% respecto de la inflación), el pago de la garantía salarial (el mínimo que debe cobrar un docente), el reclamo del presupuesto para 2025 y la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid).
Sobre las huelgas de mañana y pasado, Daniel Ricci, secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), opinó: “Creo que el paro, tanto del lunes como del martes, va a ser prácticamente total, como fue el de la semana pasada”. A la vez, detalló que el miércoles van a realizar una radio abierta en las puertas del Congreso reclamando el presupuesto del año que viene: “Sobre todo, por esos dos billones que estamos pidiendo para los incrementos salariales”. Además, el jueves realizarán un congreso de Fedun en el que se reunirán con representantes de todo el país para decidir cómo seguirá el plan de lucha.
Por su parte, Jorge Anró, secretario adjunto de la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (Fatun), especificó que desde esta semana se dictarán clases públicas todos los miércoles al mediodía, también frente al Congreso, hasta que se discuta el presupuesto, en especial el capítulo universitario. Esto se da en el contexto del debate en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, presidida por José Luis Espert, en la Cámara de Diputados. El CIN había reclamado una asignación de $7,2 billones para las universidades nacionales, mientras que el Ejecutivo planea otorgar $3,8 billones, una diferencia que representa casi la mitad y que radica principalmente en los aumentos salariales.
“Va a ser, sin ningún tipo de duda, muy fuerte, como fue el paro del jueves pasado. En cada medida que hemos tomado fue creciendo la cantidad de compañeros y compañeras que se adhirieron, así como la repercusión que tuvo, más allá de las tomas que están haciendo los estudiantes, que también elevan mucho la situación del conflicto”, dijo Anró.
En este sentido, Carlos de Feo, secretario general de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), planteó que estos paros van a tener una repercusión fuerte en el ambiente, en parte debido a que “la gente tiene un estado de ánimo bastante beligerante”, pero también a que, sostuvo, se trata de un reclamo al que no le ve una solución cercana.
“Creo que el conflicto tiene pocas vías de resolución, en tanto implica una decisión del gobierno nacional, si lo quisiera resolver, que es contradictoria con su propio objetivo. Me parece que ahí va a ser muy duro. No creo que en este año podamos asistir a una resolución plena del problema”, destacó.
Si bien consideró que puede existir algún “parche”, como fue la asignación de fondos para gastos de funcionamiento –que tras la marcha federal de abril se incrementó– o algún aumento salarial, estos no resolverían enteramente el tema y, en su opinión, impactarían más en los ingresos que en las universidades. Se basó en que el último aumento que estipuló el Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, fue del 6,8%. “La gran mayoría de los trabajadores sigue estando en la misma situación, porque los montos son muy exiguos. Si nos dan 6,8% de aumento y la pérdida salarial es prácticamente el 70%, no llega al 10% de lo que se necesitaría. Así que yo creo que esto va a continuar”, enfatizó.
Los próximos pasos
Además, Anró remarcó: “Del Gobierno no esperamos mucho, porque ya quedó claro que tienen una postura contraria a lo que es el modelo de universidad que conocemos en la Argentina. Y seguiremos adelante en pie de lucha”. Ese seguir adelante, por el momento, implica la discusión entre los distintos actores –estudiantes, rectores, el frente sindical– para impulsar nuevas convocatorias. La idea es realizar movimientos similares a las dos marchas (del 23 de abril y del 2 de octubre), con una salvedad: durante la primera semana de noviembre se concretarán encuentros regionales en distintas provincias del país, y luego se establecerá un encuentro nacional en Buenos Aires, quizá para la segunda semana. Esto se viene hablando en las reuniones del sector, pero falta definir varias cuestiones, como los puntos de encuentro y las fechas exactas. Según De Feo, se terminará de definir esta semana.
Emiliano Cagnacci, secretario general de la Asociación de Docentes de la UBA (Aduba), comentó sobre mañana y pasado mañana: “Va a ser un paro que se va a sentir fuertemente, porque hay mucho descontento en el ámbito universitario”. Pese a esto, también aclaró que, por situaciones internas a distintas facultades, puede mantenerse la relativa disparidad en la adhesión o no de las instituciones, como ocurrió el jueves. Por ejemplo, agregó, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la UBA se mantuvo abierta durante la medida pasada porque eran días de elecciones dentro del claustro. Ahora, en la misma sede se llevará a cabo el cierre del Festival de Cine, el martes 22, un evento que ya estaba programado y que puede influir en que deba permanecer abierta.
De todas formas, fuentes de diversas facultades remarcaron la semana pasada que muchas veces el acatamiento depende de los profesores o de las cátedras. Algunos, incluso, optan por dictar clases virtuales para no atrasarse en los contenidos de la materia.
“Con respecto al Gobierno, no hay ningún llamado al diálogo todavía, y esperamos que eso suceda pronto para poder retomar nuevamente las negociaciones, tanto en términos salariales actuales, como una previsión a mediano plazo con respecto a lo perdido”, concluyó Cagnacci.