El día 11 de febrero de este año, durante la madrugada, fue golpeada y apuñalada en el Área Central de Km 3. Producto de la herida, perdió más de dos metros de intestino, pudiendo llegar agonizando a la casa de una de sus cuidadoras. Inmediatamente fue trasladada a la veterinaria donde fue intervenida, pero luego de un paro no resistió y falleció.
El veterinario que la atendió elaboró un informe donde se corrobora que la causa de su muerte fue el apuñalamiento con un elemento corto-punzante.
Ese mismo día personal policial comenzó a trabajar en el caso junto a la Fiscalía coordinando tareas de investigación. Sin embargo, no hubieron testigos del hecho.
Con el pasar de los días se ubicó a un posible sospechoso quien ya había cometido actos de violencia con otros animales en la zona, pero tras la falta de pruebas, no se procedió a su detención.
Marta Esposito, una proteccionista de ALMA, sobre el caso de Barbi apuntó que «estamos en una sociedad compleja, el maltrato animal es un signo de una sociedad enferma en muchos sentidos».
«Estamos frente a una persona psiquiátrica, por las conductas que se fueron aportando de parte de la gente que aparentemente esta persona indicada como la responsable tenía actitudes similares», expresó.
«Personas de esas cualidades necesitan atención, estar resguardadas en un lugar donde no pueda hacer daño. Es una situación de salud mental y desde ese lado debería actuar la Justicia», concluyó.