“Si disminuye la recaudación de impuestos coparticipables (IVA IGG) y aumenta la de no-coparticipables (DEX y PAIS), se fortalece la posición fiscal de la Nación y se debilita la de las provincias. Más allá de los efectos económicos, las medidas tienen efectos políticos”, comenzó Allan en la red social X.
Y continuó: “Los impuestos internos locales (IIBB) y coparticipables (IVA, IIGG) son sensibles al nivel de actividad económica. Si, como se espera, cae la actividad, cae la recaudación. Si cae la recaudación asociada a esos impuestos, las provincias tienen menos ingresos”.
“Contrariamente, deberíamos esperar un aumento en la recaudación de los DEX y del impuesto PAIS. No solo se modifican las alícuotas sino que aumenta fuerte la base imponible (por un tipo de cambio mucho más alto). Estos ingresos se los apropia 100% el Estado nacional”, indicó.
En este sentido, señaló que “deberíamos ver una reducción de la recaudación asociada a impuestos que se comparten con las provincias y un aumento de la recaudación asociada a impuestos que se queda enteramente el Estado nacional. A esto se suma el recorte en las transferencias no discrecionales”.
“Las medidas alteran la distribución de recursos fiscales entre niveles de gobierno, fortaleciendo la posición de la Nación y debilitando a las provincias, tanto vía recorte de las transferencias discrecionales como disminución de las no discrecionales (“automáticas”)”, agregó.
Finalmente, aseveró: “¿Qué implicancias políticas puede tener esto? Los gobernadores posiblemente sean un foco de resistencia. Y el Gobierno seguramente intente utilizar esa relación de dependencia fiscal para reformas en el Congreso, donde en principio tiene una oposición muy minoritaria”.