Hoy, la aposición pone en juego en la Camada de Diputados algo más que la suerte de la Boleta Única: mostrará si tiene la habilidad de coordinar una mayoría suficiente para frenar al Gobierno.
No hay duda alguna de que la Boleta Única le aporta transparencia al proceso electoral: reduce enormemente el gasto electoral, evita algunas prácticas clientelares, hace superfluo el robo de boletas en el cuarto oscuro y facilita la labor de los fiscales. Las ventajas son innegables. Pero el Frente de Todos (FDT) se opone -según publica TN-.
La Constitución Nacional establece una mayoría agravada: para aprobar el proyecto, cada cámara legislativa debe reunir no solo el quórum, sino mayoría absoluta de votos. En el caso de Diputados, es decir, 129 votos para el quórum y 129 votos afirmativos para aprobar la ley.
Cuando llamaron a la sesión especial para esta mañana, los partidos de la oposición juntaban 132 votos, pero este martes había problemas con los vuelos y la niebla hacía tambalear la sesión. Ahora intentarán realizarla a las 14.
Lo que hay que entender es que hoy está en juego mucho más que la Boleta Única, por importante que sea ese tema. Lo que se juega es la capacidad de la oposición para articularse y controlar al Gobierno y demandarle respuestas en temas mucho más sensibles: gasto, inflación, justicia, etcétera.
La responsabilidad en la Argentina es un bien escaso: Alberto Fernández y Cristina Kirchner son las caras de una grieta enorme dentro del FDT; el PRO y la UCR ponen en juego la unidad dentro de JxC y la semana pasada 16 gobernadores -algunos de los cuales hacen buen gobierno y tienen aspiraciones presidenciales- impulsaron el exuberante proyecto de llevar la Corte Suprema a 25 miembros.
Puede esperarse, al menos, que ¿la oposición pueda coordinar una sesión especial, sin riesgo de errores y fracasos? El único excusado es Mario Negri, ausente por enfermedad.