La deuda externa al 30 de septiembre alcanzó a 255 mil millones de dólares. Los intereses de la deuda externa siguen pesando fuerte sobre las espaldas de la economía argentina, pese a que las restricciones del mercado internacional impidieron que el endeudamiento siguiera creciendo en el tercer trimestre.
La deuda externa se ubicó en 254.980 millones de dólares en el tercer trimestre. Se trata de un incremento del 17,2 por ciento, equivalentes a 37.470 millones de dólares, respecto de igual período del año pasado, cuando el stock se ubicaba en 217.510 millones. Los datos fueron publicados en el último informe del balance de pagos del Indec. El monto total de la deuda tuvo un leve descenso, del orden de los 6.200 millones, con respecto al valor acumulado al 30 de junio, fundamentalmente porque las emisiones se vieron bloqueadas por la negativa del mercado financiero internacional a receptar nuevas colocaciones. Este año el equipo económico sólo pudo incrementar sus pasivos con el mercado internacional en enero, cuando realizó una emisión de bonos por 8.000 millones de dólares. A partir de ese momento, el Gobierno perdió la credibilidad de los inversores internacionales y debió refugiarse en los créditos de urgencia del FMI y el Banco Central de China.
El documento del centro de estadísticas oficial detalló la composición de la deuda externa por sector. El Tesoro acumula pasivos por 158.412 millones de dólares. De ese total 109.705 millones se explican por emisión de bonos, mientras que el resto son instrumentos clasificados como préstamos, en donde se computan los desembolsos de los organismos internacionales. El Banco Central, en tanto, cuenta con una deuda externa de 16.544 millones de dólares. Esta cifra se explica por 2.354 millones de dólares computados como derechos especiales de giro (DEGs), 1499 millones de títulos de deuda y 12.691 millones en préstamos. Entre el Tesoro y el Banco Central acumulan deuda con acreedores extranjeros por 174.956 millones de dólares, cifra que equivale al 68 por ciento del total de la deuda externa de la Argentina.
El sector privado no financiero (principalmente empresas) explica 70.536 millones de dólares de la deuda externa. El detalle del Indec precisó que de ese total, 14.412 millones de dólares se deben a títulos de deuda, 9.110 millones de dólares a préstamos, 23.786 millones a créditos y anticipos comerciales y 281 millones a otros pasivos. En lo que refiere a las entidades financieras, es decir bancos e instituciones con capacidad para captar depósitos de terceros, se acumulan 9.482 millones de dólares. De este total, 2.851 millones se explican por títulos de deuda, y otros 4.821 millones son instrumentos de préstamos.
El balance de pagos del Indec, además de la deuda externa, ofrece datos sobre la evolución de la cuenta corriente. El documento precisó que hubo un déficit de 7.591 millones de dólares en el tercer trimestre del año, cuando había sido de 8.266 millones de dólares en igual período del año pasado. En los primeros nueve meses de este año, acumula 25.799 millones de dólares. La devaluación de este año no resultó en una reducción importante del rojo de la cuenta corriente. En el detalle de este desequilibrio, se precisó que por bienes se perdieron 792 millones de dólares, en tanto que por servicios el rojo fue de 2.122 millones. En este último rubro se computan los desequilibrios por el turismo. Otro de los conceptos que generaron un rojo importante en la cuenta corriente fue el pago de intereses de la deuda. Esto se computa en la renta de la inversión, la cual acumuló un rojo neto de 4.905 millones.
En cuanto a la cuenta financiera, el déficit fue de 7.374 millones de dólares. El informe del centro de estadísticas oficial registró además que la caída de las reservas internacionales en el tercer trimestre de este año fue de 12.287 millones de dólares. Esto se explicó por las políticas fallidas de intervención cambiaria junto con un aumento de la fuga de capitales, la salida de depósitos de los bancos y el pago de deudas del sector público que no fueron refinanciadas por los acreedores. Las reservas del Banco Central este año únicamente aumentaron por el ingreso de divisas vinculado con el préstamo de urgencia del FMI y del swap con China.