Hay dos tipos de arrugas, las de expresión y las que se forman a la hora de dormir. Seguro que alguna vez te levantaste con las líneas de expresión del rostro o las arrugas del escote tremendamente marcadas.
La forma en que dormís está relacionada con el envejecimiento prematuro. Si te cuidas de desmaquillarte cada noche para que la piel transpire y la hidratás, lo único que te falta son las claves para prevenir las arrugas al acostarte.
1. Lo peor que podés hacer es dormir boca abajo. Es la postura que más incide en la aparición de este tipo de arrugas. Obstruye los folículos de la piel, afecta a la circulación y a la retención de líquidos y es la culpable de que amanezcas con el rostro hinchado y bolsas marcadas.
2. Dormir de lado tampoco ayuda. Puede hacer aparecer arrugas en pómulos, barbilla y escote debido a la presión contra la almohada y a la torsión entre las sábanas. La postura recomendada en cuanto al cuidado del cutis es boca arriba, pues favorece la respiración y no provoca presión sobre la piel del rostro.
3. El surco nasogeniano –el que desciende desde el final de la nariz hasta ambos límites de la boca- es una de las zonas donde más se intensifican las arrugas prematuras. De ahí que, dependiendo del lado en que durmamos, un lateral de la cara acabe sufriendo las consecuencias del tiempo mucho más que el otro.
4. Si dormís uniendo los brazos, el escote te pedirá a gritos que lo atiendas a la mañana siguiente con unas marcadas arrugas en forma de abanico.
5. A la hora de adquirir productos para contrarrestar las llamadas “arrugas del sueño”, que aparecen a partir de los 30 años y que se diferencian de las de expresión en que son verticales en la cara y cuello, y de ambos sentidos en el escote, fijate en un componente: ácido hialurónico, ya que a esa edad disminuye la cantidad de que el cuerpo segrega de forma natural.
6. La cara también recoge gran parte de las tensiones del día a día, sus músculos se ponen rígidos y dan lugar a la aparición de arrugas prematuras. Lo ideal es realizarse un auto-masaje – o que te lo hagan – cada noche en la cara y cuello.
7. La ropa de cama también es un factor clave. El algodón es el tejido más común, pero se adhiere más a la piel. Los especialistas aconsejan usar fundas de almohada y sábanas de un tejido suave y micro-transpirable, como seda o raso.
