Especialistas que siguen el día a día de la situación epidemiológica contaron que de mantenerse este escenario, “podría llegar a ser dramático el colapso en muy poco tiempo”. La explicación de los expertos.
Argentina superó este sabado, los 70 mil fallecidos a causa del coronavirus en Argentina. El último reporte dio cuenta de 21.469 nuevos casos, y 400 muertos, lo que da un total de 3.290.935 contagiados y 70.253 decesos respectivamente.
En este contexto, Infobae contactó a especialistas que siguen el día a día de la situación epidemiológica en la Argentina en relación a la mortalidad, las cifras de la segunda ola que tienen en vilo a los sanitaristas y si se mantiene esta tendencia, ¿qué nos espera?
Para Rodrigo Quiroga, investigador en bioinformática del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba, “lo preocupante del momento en el que estamos es que sin dudas tenemos más contagios que nunca, casos que habían empezado a bajar un poco en el AMBA y en las provincias de la región Centro, pero en estos últimos días hemos visto que parecen crecer en todos lados y esta situación preocupa enormemente”.
Según el experto, esto “posiblemente sea producto del frío que nos lleva puertas adentro y a cerrar ventanas, lo cual aumenta el riesgo de contagio. Pero es muy preocupante ya que si empiezan a crecer en caso en este nivel en el que estamos ahora podría llegar a ser dramático el colapso en muy poco tiempo”.
“Las camas de terapia intensiva ya están saturadas en muchos lugares, no solo en el AMBA, sino también en Mendoza, en Neuquén, en Rosario, por lo cual estamos en una situación muy complicada y porque además solo con mantener esta cantidad de casos diarios estamos hablando de 400 a 600 fallecidos por día, cifra que no es tolerable”, advirtió y recomendó: “Sin lugar a dudas cada vez se vuelve cada vez más inevitable que se tomen medidas más duras que nos permitan bajar los casos, porque empezar a subir desde este nivel vamos hacia una catástrofe segura”.
Consultado, el doctor en medicina y ex titular del PAMI Carlos Javier Regazzoni, manifestó: “Argentina, con la marca de 70.000 muertos por el COVID-19, se ubica entre los países más castigados del mundo por esta enfermedad. Llevamos 16 meses a lo largo de los cuales se han repetido errores de diagnóstico que impidieron hacer los cambios sustanciales que este contexto requería. Los diagnósticos fueron siempre de corto plazo, primero el dengue era más importante, después era una gripe, después aquí no iba a llegar, luego era el pico y ya todo pasa, después las millones de vacunas, después con el verano el virus se iría. Todos estos errores de diagnóstico hicieron que nunca se ensayase una estrategia de supresión de la circulación viral con tolerancia cero al virus, mediante testeos masivos, trazabilidad y aislamiento, una frontera sanitaria sólida, el desarrollo de tecnología para la trazabilidad, y un sistema sofisticado de vigilancia epidemiológica”.
Por su parte y para el físico e investigador del Conicet Jorge Aliaga, “que estemos en los 70 mil muertos es esperable, ya que pasamos los 3.250.000 casos confirmados, no contagiados que seguramente hay muchos más. Cuando uno tiene tamaña cantidad de casos, irredemediablemente se incrementan los muertos. Argentina ya desde mayo de 2020 dejó de aspirar a controlar la cantidad de casos, lo único que aspiró muy presionado por CABA y la situación económica fue a que no colapse el sistema de salud, y así los casos acumulados se transforman en fallecidos”.
“En este momento hubo una baja en la circulación nocturna sólo para que no colapse el sistema de salud y para seguir vacunando. Y eso lo que hizo fue que los casos dejaran de crecer a la velocidad que estaban creciendo, pero estamos en más de 22 mil casos promedio semanal por día. Con esa cantidad de casos, irredemediablemente uno tiene en el orden de los 400 fallecidos por día, es inevitable”, analizó Aliaga.
Adolfo Rubinstein, sanitarista y ex ministro de Salud, opinó: “Evidentemente la Argentina ha tenido una situación sanitaria muy complicada, desde el principio de la pandemia. Uno de los indicadores que más lo evidencian es el altísimo número de muertos que nos coloca dentro de los países que más muertes por millón han tenido en el mundo, que por otro lado es una de las características de los países latinoamericanos. Hay que entender un contexto socioeconómico, demográfico, epidemiológico, que tiene que ver con que existen enormes bolsones de pobreza y marginalidad en la región en general y que muchas de las medidas muy restrictivas que se tomaron, incluyendo en la Argentina que fue una de las más restrictivas del mundo, no calibró el hecho de que la pobreza hace intolerable prolongar la cuarentena durante mucho tiempo”.
El factor variantes e invierno
De acuerdo a Rodrigo Quiroga, “sabemos que tanto las variantes de Reino Unido como la de Manaos y la Andina, que todas están circulando en estos momentos en la Argentina, son más contagiosas que la variante que teníamos el año pasado. También sabemos que entre esas tres variantes se compone la enorme mayoría de los casos, al menos en el AMBA, y sin dudas en otras provincias representa un porcentaje importante del total. Con estas variantes, los cuidados que antes alcanzaban ya no alcanzan. Por eso la enorme subida de casos que tuvimos desde marzo hacia acá son las nuevas variantes que son más contagiosas, sumado a un cierto relajamiento de los cuidados y el aumento de la circulación ciudadana, es decir mayor cantidad y número en tamaño de reuniones sociales”.
“Todo esto junto más el factor estacional que nos mete puertas para adentro, la situación se vuelve muy muy complicada. No veo que podamos evitar igualar o superar el número de fallecidos que tuvimos el año pasado si no implementamos urgente una cuarentena estricta de al menos 10 o 14 días”, distinguió.
La vacunación
“Llegada la vacuna, nos faltó una clara visión estratégica regional para negociar un bien que desde un principio se sabía sería escaso; Argentina necesita una estrategia latinoamericana para encarar seriamente la vacuna que necesita, El control de circulación fronteriza del virus, y la homologación de un plan sanitario a mediano plazo”, opinó Regazzoni y reparó: “En estos momentos nos encontramos en el peor momento de la pandemia, en toda su trayectoria en la Argentina. Con esta extensión geográfica y estos altísimos niveles de circulación viral y mortalidad, y con el sistema de salud al límite, o tomamos medidas urgentes, o la experiencia internacional indica que nos mantendremos con picos subentrantes en un nivel cada vez más elevado de circulación, como fue el caso de Brasil, o Estados Unidos, por citar dos ejemplos”.
“La estrategia hacia delante no es solo la vacuna, porque nos encontramos a 6 o 9 meses de lograr una cobertura efectiva del 20% de la población, lo que implica vacunar al 25 % con dos dosis, Y ese nivel de cobertura no será efectivo si predomina la cepa de Manaos, o la incidencia continúa siendo elevada. ambos problemas se combaten suprimiendo la circulación viral”, añadió.
Para Regazzoni, “además debemos pensar ya mismo en la reconstrucción de un sistema de salud inclusivo para una población que tendrá altísimos niveles de enfermedad residual y pobreza, de un sistema de vigilancia epidemiológica del siglo XXI, debemos pensar en un plan de reconstrucción institucional para una sociedad con mayor conflictividad, en la reforma del sistema educativo, y desde ya en un plan de reconstrucción económica”.
Mortalidad
Jorge Aliaga cree que la vacunación fue clave para que la cifra de 70 mil fallecidos no sea aún más alta. “Una cosa que también tendríamos que mirar es que si uno hace la comparación entre los fallecidos menores y mayores de 50 años que había en las últimas 7 semanas del año 2020, y compara con la proporción de muertos menores y mayores de 50 que hay hoy, lo que se ve es que en proporción hoy se ven muchos menos fallecidos mayores de 70 de lo que hubiera habido si se mantenía la proporción de las últimas semanas del año pasado. Si se hace una regla de tres y compara, da que este año estarían faltando 5.800 muertos mayores de 50 años, fundamentalmente mayores de 70. Esto es producto de la vacunación. Estamos en 70 mil muertos, pero podríamos estar mucho peor. Seguro estamos por encima de esos potenciales muertos porque hay un montón de casos contagiados de los últimos 15 días que van a morir los próximos 15 días, por lo cual seguro vamos a seguir creciendo en la mortalidad”.
De acuerdo a Quiroga, “en cuanto a la mortalidad, toda Latinoamérica está muy arriba en cuanto a fallecidos por COVID-19, estamos liderando como región el ranking a nivel mundial. La situación es muy mala, pero se complica comparar entre países ya que no sabemos qué tan bien están contabilizados los muertos por coronavirus en algunas naciones. En la Argentina sabemos que se contabilizan bastante bien, o al menos eso sucedió durante 2020. Los estudios de exceso de muertes que hicieron la provincia de Buenos Aires y Córdoba por ejemplo arrojaron un porcentaje muy pequeño de exceso de muertes. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de otros paìses como Ecuador, Perú y Brasil en donde los fallecidos serían muchísimos más que los reportados”.
En este punto, por su parte, Ragazzoni reflexionó: “La pandemia de coronavirus como tantas otras infecciones severas, aún contando con la vacuna no quedará en el olvido, sino que probablemente persista en forma endémica como ocurre con la tuberculosis, o el paludismo, exigiendo nuevos dispositivos sanitarios”.
“Finalmente pensemos que todos los niños que nacieron en pandemia, la mitad celebrará el Año Nuevo 2100; y pensemos en qué país estamos diseñando para educarlos, nutrirlos, y ayudarlos a que se desarrollen, ya que se realicen, cuando el 65 % de ellos habrá nacido en la pobreza y en una sociedad profundamente fracturada”, opinó.
En esta línea coincidió Rubinstein: “No se pudo mejorar la situación sanitaria, los resultados fueron muy malos, y esto acompañado de un colapso económico y social. La altísima cantidad de muertes por COVID-19 que tenemos en la Argentina responde a que se utilizó la cuarentena como único recurso, no se calibró adecuadamente ni fue resistido por la sociedad, porque después de dos o tres meses de confinamiento muy estricto no había margen social para seguir guardándose con un país con una enorme pobreza y economía informal, en donde un 60% de la población no recibe un salario, y no podía aguantar el contexto ya que las medidas de subsidio eran muy insuficientes en comparación con por ejemplo los países europeos”.
“Fue por un lado una cuarentena demasiado estricta que se rompió en mil pedazos y obviamente con un aumento de la circulación y mayor tasa de contagios, complicaciones y muertes. Por el otro lado tampoco se recurrió a estrategias proactivas para poder mitigar el control de la pandemia, solamente se apeló a las restricciones. No se hicieron ni implementaron dispositivos comunitarios de testeo, rastreo y aislamiento, tempranamente, para poder mitigar la expansión y controlar la propagación del virus SARS-CoV-2. Recién el DETECTAR comenzó tardíamente en el AMBA en junio julio de 2020 cuando ya habían explotado los casos, y luego en algunos puntos del países e incluso en los últimos meses disminuyó”, agregó.
Según el sanitarista, “el último factor que explica el alto número de muertos es que también perdimos la ventana de oportunidades que teníamos en los primeros meses de este años para poder acelerar un plan de vacunación que permitiera resistir mucho mejor el embate de la segunda ola”.
Ventilación y los cuidados de siempre
“Lo fundamental es seguir ventilando los ambientes. Aunque tengamos la calefacción prendida, igualmente tener por lo menos dos ventanas o una ventana y una puerta abiertas 5 centímetros. Con eso, en general, es suficiente para que se ventile adecuadamente el ambiente y podamos reducir enormemente los riesgos. Lo otro es intentar hacer las reuniones sociales de día en vez de de noche, cosa que se puedan hacer afuera, ya que la temperatura de día es agradable aún en muchos lugares del país”, recomendó Quiroga. “Por otro lado, recordar los cuidados básicos: el uso del barbijo, la distancia social y la ventilación, siempre que estemos reunidos con personas que no sean convivientes”.
Según el especialista en bioinformática, “si los casos continúan en aumento deberíamos ir a una cuarentena estricta. A pesar de las restricciones vigentes los contagios parecen estar aumentando en todo el país. La Patagonia está muy complicada nuevamente, San Luis, San Juan, La Pampa también. Las provincias centrales que mostraban un amesetamiento volvieron a repuntar en los casos diarios, en Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Ya hay muchas ciudades en donde la ocupación de camas está al extremo. Si no queremos tener la misma cantidad de muertos del año pasado o más va a ser urgente alguna medida más fuerte de restricción, al menos por un tiempo corto, será importante señalar a la población que no se estiraría en el tiempo y mientras más acatamiento tenga esta medida vamos a poder bajar más los casos, los fallecidos y evitar tener que implementar este tipo de acciones más adelante”.
“No sabemos qué va a pasar con los casos, pero si sigue esta tendencia no habría por qué confiar en que van a volver a bajar. Tenemos que esperar a lo sumo hasta la semana que viene, y si siguen aumentando tomar medidas fuertes con urgencia, no podemos seguir con 600 muertos por día”, sugirió.
Inmunidad de rebaño
¿El porcentaje de personas vacunadas no alcanza para que comience a actuar de alguna forma la tan esperada inmunidad de rebaño? Según coinciden los especialistas, la inmunidad colectiva se comienza a ver. “Si se observa el porcentaje de fallecidos por grupo etario, las cifras que representan del total de los fallecidos vienen bajando significativamente en los mayores de 80 desde que se empezó a vacunar, lo mismo ya se observa en las franjas de 70 y se empieza a ver en los mayores de 60. Esto lleva tiempo, al menos un mes hasta que se genera una buena reacción inmune, una buena protección y además está el problema de la cantidad de casos. La cantidad de fallecidos diarios es por la gran cantidad de contagiados por día que tenemos. Sin vacunación estaríamos hoy tranquilamente arriba de los mil muertos por COVID-19 por día”, puntualizó Quiroga.
“Las estadísticas muestran que a raíz de la enorme cantidad de contagios está produciendo más fallecimientos de jóvenes por una cuestión de proporción, ya que ahora tenemos vacunados a más del 77% de los mayores de 60, entonces al haber muchos contagios y estar inoculados los más grandes, empezamos a ver más muertos jóvenes. Y puede que las variantes tengan que ver en este fenómeno también”, aseguró.