Cómo identificar si te falta magnesio, señales que podrían estar afectando tu vida diaria

El déficit de este mineral, identificado por síntomas como insomnio, fatiga y calambres, es un problema de salud cada vez más común.

domingo 29/12/2024 - 12:55
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El magnesio, un mineral esencial para el organismo, desempeña un papel fundamental al intervenir en más de 300 procesos metabólicos vitales.

Según Vogue, existe una carencia generalizada entre la población, un fenómeno paradójico considerando su impacto en la salud integral.

Desde la producción de energía celular hasta el buen funcionamiento del sistema nervioso, este elemento es crucial para mantener el equilibrio fisiológico.

Sin embargo, el déficit de magnesio se intensificó en los últimos años debido a factores como el acelerado ritmo de vida y el estrés, que incrementan su pérdida en el organismo.

La combinación de un estilo de vida demandante y una dieta poco equilibrada crea un círculo problemático, dejando a muchas personas con niveles insuficientes de este nutriente esencial.

En 2024, el magnesio se solidificó como el suplemento alimenticio más buscado a nivel global.

Según un informe de tendencias de Spate, especializado en la industria cosmética y alimentaria, las búsquedas relacionadas con este mineral alcanzan los 3,3 millones al mes, evidenciando un interés exponencial en mejorar el bienestar de forma holística.

Este fenómeno responde no solo a una amplia oferta de productos en farmacias y tiendas especializadas, sino también a su asociación con beneficios clave como el mejoramiento del sueño y la reducción de la ansiedad, temas de creciente preocupación en la población mundial.

Expertos como Elisa Blázquez, nutricionista integrativa, destacan cómo los productos de magnesio han liderado las ventas en las marcas de suplementos más importantes.

Este auge refleja un cambio en las prioridades de salud de las personas, que buscan soluciones accesibles para contrarrestar el estrés y otros desequilibrios cotidianos.

Funciones clave del magnesio

El magnesio se erige como un componente multifuncional en el cuerpo humano. Esencial para la producción de energía celular, este mineral permite que las grasas, carbohidratos y proteínas se transformen en ATP (Trifosfato de Adenosina), la principal fuente de energía de las células.

Además, es indispensable para el metabolismo de los ácidos grasos y la síntesis de proteínas, procesos fundamentales para la regeneración y funcionamiento celular.

Otra de sus funciones destacadas es la regulación de los niveles de glucosa en sangre, lo que contribuye a prevenir enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Asimismo, su papel en la formación de huesos saludables y en la modulación del sistema inmunológico e inflamatorio lo posiciona como un aliado contra los principales factores que afectan la longevidad.

En el ámbito neurológico, el magnesio es esencial para la transmisión adecuada de impulsos nerviosos, ayudando a gestionar el estrés y la ansiedad.

Interviene en la producción de neurotransmisores como el GABA, la serotonina y la melatonina, compuestos que favorecen la relajación y el sueño.

El déficit de magnesio aumenta el estrés y la ansiedad, mientras que el estrés crónico acelera su pérdida, formando un círculo vicioso que afecta tanto al bienestar emocional como a funciones fisiológicas clave.

Además, su detección no siempre es precisa, ya que los análisis sanguíneos no reflejan sus niveles intracelulares, donde se almacena la mayor parte.

La dieta moderna, rica en procesados, alcohol, azúcar y cafeína, reduce significativamente los niveles de magnesio. También influyen el empobrecimiento de los suelos agrícolas, el envejecimiento y ciertos medicamentos que interfieren en su absorción.

El magnesio, a diferencia de otros nutrientes, no puede ser producido por el cuerpo humano, por lo que su obtención depende completamente de la dieta.

Las mejores fuentes naturales incluyen verduras de hoja verde, como las espinacas; frutos secos, especialmente almendras; legumbres; granos integrales; semillas de calabaza y chía; y pescados como el salmón, según detalló Infobae.

Sin embargo, el consumo insuficiente de estos alimentos y el abuso de productos ultraprocesados dificultan alcanzar los niveles necesarios para el organismo.

Dado que la dieta puede cubrir solo el 50% de las necesidades diarias de magnesio, la suplementación es una herramienta cada vez más utilizada.

Los expertos recomiendan personalizar la elección según las necesidades individuales y optar por combinaciones específicas: por ejemplo, con vitamina D para fortalecer los huesos o con vitamina B6 para combatir el estrés y la fatiga.

Es crucial asegurarse de una buena biodisponibilidad para facilitar la absorción y evitar efectos secundarios como diarreas o molestias gastrointestinales por dosis excesivas.

Este mineral desempeña un papel clave en el equilibrio hormonal femenino, participando en la síntesis de hormonas relacionadas con el ciclo menstrual.

Estudios destacan su utilidad en la reducción de síntomas del síndrome premenstrual y la dismenorrea.

Además, su impacto en la piel y el cabello está vinculado a la hidratación celular y la producción de colágeno. Aunque menos conocido, su carencia puede contribuir al estrés oxidativo, afectando la salud general de la dermis y el cabello.

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