Las superficies duras, desde las manijas de las puertas hasta los carros de compras, los estantes y los envases de los alimentos, pueden contaminarse con el virus y provocar la transmisión de COVID-19 a una persona no infectada. Estas son las precauciones que debemos tomar si compramos en tiendas o en línea.
A medida que el mundo continúa respondiendo al brote de COVID-19, todos estamos buscando formas de tomar medidas inteligentes y de precaución en nuestra vida cotidiana. Si planeamos practicar el distanciamiento social, que es recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y se ha demostrado que previene drásticamente la propagación de enfermedades, nuestro primer pensamiento puede recurrir a los alimentos.
¿Qué deberíamos comprar? ¿Cuánto necesitamos? Y, quizás la pregunta más apremiante, ¿es seguro ir de compras durante el brote de COVID-19? La respuesta corta a la última pregunta es sí, pero con algunas advertencias muy significativas.
Según publica Infobae, el nuevo coronavirus es una enfermedad respiratoria, por lo que se propaga típicamente por medio de gotitas en el aire. Cuando una persona infectada tose o estornuda, las gotas portadoras de partículas virales pueden caer sobre la nariz o la boca de otra persona o ser inhaladas.
Sin embargo, una persona también puede contraer el nuevo coronavirus si toca una superficie u objeto que tenga partículas virales y luego se toca la boca, la nariz o los ojos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. La duración exacta de la vida del virus en una superficie — un poste, una baranda o incluso el dinero — depende de muchos factores, incluyendo la temperatura, la humedad y el tipo de superficie circundante.
Entonces, ¿se puede propagar el coronavirus a través de cosas como carritos de compras y envases de alimentos? Tal como informan los CDC, se sabe que COVID-19 no se transmite a través de los alimentos. Por lo tanto, no es necesario cambiar los hábitos alimenticios, ya que los alimentos preenvasados, las comidas para llevar y los productos frescos son seguros para comer. Sin embargo, las superficies duras, desde las manijas de las puertas hasta los carros de compras, los estantes y los envases de los alimentos, pueden contaminarse con el virus y provocar la transmisión de COVID-19 a una persona no infectada.
Definitivamente existe el riesgo de comprar en las tiendas, en particular si la tienda está abarrotada como lo están actualmente muchas en el mundo. Sin embargo, hay más riesgo de transmisión de persona a persona y menos riesgo al tocar productos en la tienda de comestibles.
En teoría, si alguien con COVID-19 estornudó, tosió o extendió sus gotitas respiratorias infectadas en un carrito de compras o en la manija de la tienda, y una persona no infectada tocó esas gotitas respiratorias al abrir una puerta o agarrar un carrito, y luego se tocó la cara, la persona no infectada podría infectarse y enfermarse. Sin embargo, estar en una tienda abarrotada es lo que causa el mayor riesgo en comparación con el producto en sí.
“Por el momento no está demostrado que el coronavirus sea considerado una ETA, es decir una enfermedad transmitida por alimentos. Sin embargo, los alimentos tienen lo que se denominan empaques o envases. Estos pueden ser primarios, aquellos que están en contacto directo con el alimento, secundarios e inclusive terciarios.
Si comprás por bulto o comprás algo que tenga un empaque secundario, el riesgo está en la manipulación de ese envase o ese alimento porque si decimos que el coronavirus está presente en las superficies, el riesgo está en que una persona enferma las haya manipulado”, aseveró en diálogo con Infobae el ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE.
Las tiendas abarrotadas tendrían un mayor riesgo de infección, simplemente debido al número de personas y la densidad. Los compradores pueden evitar parte de este riesgo visitando las horas impares o frecuentando tiendas menos populares. Pero el riesgo de exposición es aún mucho mayor para las personas que envían alimentos a las tiendas que para quienes los compran, al igual que es más alto para los conductores de entrega que traen comida a las puertas que para quienes la reciben.
La entrega a domicilio también presenta cierto riesgo. Es probable que las entregas en línea estén expuestas a más personas a medida que pasan por los centros de distribución, empaque y oficinas postales. Los mismos repartidores tienen muchas más probabilidades de estar expuestos debido a todas las personas con las que se encuentran. El riesgo puede reducirse para ambas partes si los destinatarios solicitan que se deje la comida fuera de la puerta, o, idealmente, si los restaurantes o tiendas exigen esta práctica para proteger a sus empleados. Además de dejar la entrega en la puerta de su casa, los especialistas recomiendan limpiar las superficies no porosas en su entrega, así como nuestras manos.
Sin embargo, en general, debido a la escasa capacidad de supervivencia de estos coronavirus en las superficies, es probable que exista un riesgo muy bajo de propagación de productos alimenticios o envases que se envían durante un período de días o semanas a temperaturas ambiente, refrigeradas o congeladas.
Lavar los recipientes no porosos. Un simple roce con agua y jabón puede matar el coronavirus porque desgarra su barrera exterior. Por lo tanto, usar jabón para lavar platos de plástico, vidrio y metal antes de guardarlos. Los especialistas también recomiendan lavarse bien las manos después de guardar todos los paquetes, incluidas las cajas y bolsas de papel. Tampoco hace daño lavarse las manos después de abrir los recipientes y usar su contenido. Al final, todo se reduce a la higiene de las manos.
Lavarse las manos, desinfectar las mesadas y otras superficies. Tener en cuenta que no es lo mismo limpiar que desinfectar. “Limpiar es remover la suciedad artificial, primero en seco y después en húmero. Cuando barro o paso un trapo, no mato un virus solo saco la suciedad visible. El tiempo de supervivencia del virus varía según la superficie, la concentración de virus que la persona que lo contamina tenga, la temperatura y la humedad. Y siempre para poder eliminarlo voy a necesitar una sustancia química. La OMS recomienda tres desinfectantes: lavandina, alcohol y agua oxigenada”, aseguró el especialista.
“¿Qué precauciones podríamos tomar? Primero, tratar de sacar todo el empaque secundario. Si un producto viene en una caja es recomendable dejarla fuera de casa. Si esto no es posible, se recomienda tener un rociador con alcohol al 70% para rociar las superficies, mesas, mesadas, teclas de luz y los envases que lo requieran”, continuó.
Lavar los productos con agua y jabón. Debido a que COVID-19 es de una familia de virus muy probablemente desactivada por el contacto con agua y jabón, lavar las frutas y verduras con agua y jabón debería eliminar cualquier virus vivo. Además, frotar frutas y verduras con agua corriente puede ayudar a eliminar los pesticidas. “Siempre está bueno limpiar o lavar los envases con agua y jabón -añadió Piña-, por ejemplo las botellas o sachets. Deberíamos adoptar este hábito de higiene frecuente más allá del coronavirus: lavar con agua y jabón los envases, rociarlos con el srpay de alcohol y dejarlo actuar, la idea es que evapore solo”.
Para productos de piel dura, frotar las pieles o las cáscaras con un cepillo vegetal de cerdas suaves, con jabón para platos o manos y agua tibia. Para otros tipos de productos, incluidas las verduras de hoja verde, remojarlas en agua jabonosa durante 10 a 15 minutos, luego enjuagar bien.
Hace un par de semanas, cuando la posibilidad de la inminente pandemia de coronavirus comenzó a asentarse para la mayoría de las personas del mundo, muchos comenzaron a prepararse para evitar el virus pensando en la higiene personal. Debido a que los consejos sobre la eficacia del lavado de manos y la desinfección personal llegaron temprano, los individuos invadieron las grandes tiendas para abastecerse de desinfectantes para manos, toallitas desinfectantes, productos de limpieza y desinfección y, por alguna razón, fardos y fardos de papel higiénico.
Lo mismo ocurre con el agua embotellada, las toallitas desinfectantes y el desinfectante para manos. Además, este tipo de almacenamiento innecesario conduce a las necesidades de racionamiento de las tiendas y pone límites a la cantidad de ciertos artículos que las personas pueden comprar.
En cuanto a lo que debe abastecerse durante el brote de coronavirus, las respuestas son relativamente intuitivas. Los expertos recomiendan tener alrededor de dos semanas de elementos esenciales, pero aseguran que no hay necesidad de almacenar. Todos necesitamos lo esencial, entonces apeguémonos a comprar algunos artículos no perecederos o duraderos más de lo habitual (es decir, un par de latas de frijoles, un poco de pasta, una bolsa extra de verduras congeladas).
“Los alimentos frescos, ricos en nutrientes, del tipo que las personas idealmente deberían comer cuando su salud está en juego, son caros y se deterioran rápidamente. Pero que esto no sea excusa para correr al supermercado y llenar el chango de alimentos industrializados que de nada ayudan”, explicó la licenciada Julieta Ponce (MN 9660), nutricionista del equipo de Crenyf.
Actualmente no hay evidencia que sostenga que la transmisión de COVID-19 esté asociada con los alimentos. Por eso, antes de preparar o comer alimentos, es importante lavarse siempre las manos con agua y jabón durante 20 segundos para garantizar la seguridad alimentaria general. Y durante todo el día, lavarse las manos después de sonarse la nariz, toser o estornudar, o ir al baño.
“Lo recomendable es tratar de generar una limpieza frecuente de todos los objetos que nuestras manos tocan. Si toco el celular, la billetera, el botón del ascensor o el picaporte, la tecla de luz, el teclado los objetos de contacto frecuente que tienen que ver con las manos tratar de hacer una limpieza de desinfección adecuada”, concluyó.