El caso Correa y sus derivaciones desnudaron un entramado de corrupción enquistado dentro del seno dasnevista. Diversos testimonios y relatos señalarían a Diego Correa como el encargado de la recaudación y del posterior pago de sobresueldos. Sin embargo, Correa, no era quien decidía quién y cuánto cobraba cada uno
Las derivaciones de la causa denominada “El Embrujo”, por la que se encuentran detenidas siete personas, entre ellas el ex mano derecho de Mario Das Neves, Diego Correa, desnudó un entramado de corrupción enquistado en el seno del dasnevismo. Más allá de los negocios personales que pudiera tener Correa – y por los cuales está siendo investigado en el marco de una causa derivada por las compras durante la emergencia climática en Comodoro Rivadavia- lo cierto es el dinero para poder concretarlos, salía de algún lugar y no sería precisamente su sueldo.
Esto quedó en evidencia en la audiencia de control de detención del contador, Federico Gatica, realizada hace pocos días atrás. Allí los fiscales a cargo de la causa, Alex Williams y Omar Rodríguez, expusieron la presunción que existía un mecanismo de reparto de dinero proveniente de retornos de la obra pública. Y fueron más lejos, dijeron que Diego Correa se llevaba cerca de un millón de pesos mensual mediante esta modalidad.
El sitio web La Tecla Patagonia dialogó funcionarios y exfuncionarios de la gestión de Mario das Neves para intentar establecer cómo funcionaba el sistema de reparto de los retornos y sobresueldos de funcionarios. Todos coinciden en que Mario das Neves no tocaba dinero. Y señalan como responsable de la recaudación a su entorno familiar.
En las últimas semanas desde el dasnevismo duro han intentado despegarse de los coletazos de la causa Correa. Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que Correa habría tenido a cargo la responsabilidad del cobro de los retornos y pago de los sobresueldos a los funcionarios. Quiénes cobraban y cuánto, no lo decidía Diego Correa.
El mecanismo mediante el cual se habrían hecho de esta “caja extra” funcionaba –tal como se muestra en la infografía adjunta- dividiendo a la provincia por zonas de acuerdo a las cámaras constructoras. La comisión por obra y/o permisos rondaba, según las fuentes, el 5%. Los pagos debían realizarse al contado y en algunos casos cheques – después blanqueados- personalmente a Diego Correa, quien después rendía lo que ingresaba y recibía la orden de repartir según correspondiera.
De lo recaudado, una parte quedaría para la familia, otra estaría destinada al pago de sobresueldos y lo restante se utilizaría como “caja política” de resguardo. En esta modalidad, Correa también habría tenido una participación con porcentaje por el trabajo realizado. De allí surgiría el caudal para sus propios negocios.
El citado sitio web comprobó con dos fuentes oficiales la veracidad de las planillas que circulan en las redes sociales y que fueron secuestradas en los allanamientos realizados en las viviendas de Diego Correa, Diego Luthers y una alquilada por el ministro Alejandro Pagani. Las planillas son reales aunque hay más, además de una libreta personal de Correa donde también figurarían pagos. La Justicia intentará determinar en otra causa si esos pagos a las personas mencionadas realmente se realizaron.
Resulta difícil creer, tal como expresó Raquel Di Perna, viuda de Das Neves que Correa haya sido un “traidor” o un “judas” que actuó en soledad. El mecanismo de retorno de obra pública y de pago de sobresueldos, pareciera –en principio- sobrevolar a toda la gestión dasnevista y Correa ser el perfecto “chivo expiatorio”. Será la Justicia quien tenga la última palabra.