De Mirko a los hijos de Madonna y Elton John. ¿Qué tiene este muñequito de caucho que es furor en el mundo? Se inventó en Francia en 1961, se fabrica artesanalmente y se vende en 85 países. ¿Despierta los cinco sentidos? La palabra de especialistas sobre qué hay que tener en cuenta al elegir un juguete. Y la controversia: en Argentina cuesta alrededor de 2.000 pesos.
La diva del pop Madonna tiene seis hijos y sus mellizas más pequeñas, Stelle y Estere, son fanáticas de la jirafa Sofía, el juguete de caucho que tiene más de 60 años de tradición francesa y cautivó a los famosos del mundo.
«Parece una moda pero para nosotros es tradición», aseguró Jérôme Degrémont, francés de 37 años e importador de la jirafa Sofía en la Argentina. Y lo cierto es que este juguete de caucho que mide sólo 14 centímetros de alto ya es un fenómeno imparable. En la Argentina, la usa Mirko, el hijo de Marley e IT baby local por excelencia, y también juegan desde la cuna Felipe, el hijo de Florencia Peña y Valentín, el primogénito de Lourdes Sánchez. Todo sin contar a los adelantados foráneos, como los hijos de Elton John, de Madonna y de Kim Kardashian, sólo por nombrar algunos. ¿Qué tiene este animalito de caucho natural y fabricación artesanal para merecer semejante éxito?
La jirafa Sofía se vende –y proclama– como un juguete que estimula los cinco sentidos en bebés de más de tres meses. «El tacto, por la suavidad. La vista, por el contraste de los ojos en negro. El olor y el gusto, por la vainilla. El oído, porque tiene un silbato que suena al apretarlo», detalló Degrémont sobre los estímulos que genera. Agrega que en Francia, hay una jirafa por niño que nace.
Con una suavidad que la hace similar a la piel de la mamá, Sofía es, además de un juguete, un mordillo blandito que calma a los bebés durante la dentición. Tiene patas que llegan a los molares. Pero además, es fácil de agarrar por la longitud del cuello.
«El juguete-jirafa nació en Francia hace casi sesenta años, pero es muy popular en Estados Unidos, Inglaterra y Japón. Desde el 2005 se vende en todo el mundo y hoy llega a 85 países. Para las familias francesas es un clásico ante cada recién nacido en las familias».
Orígenes y fabricación
A la jirafa Sofía la creó Monsieur Rampeau, un especialista en caucho que quiso un juguete que no fuera ni una vaca, ni un caballo, tampoco un perro… pensó en un animal exótico: la jirafa. La inventó un 25 de mayo y la llamó Sophie en honor a Santa Sofía en su día. Desde entonces, se confecciona de la misma manera y con un secreto de fabricación que –según apuntó Jérôme a Infobae– pocos conocen.
Todo gracias a que antes –en 1928– el norteamericano Charles Goodyear inventó la vulcanización para transformar la savia en caucho. Desde entonces, cada mañana se extrae el fluido –llamado látex– que proviene de las células de la corteza del Hevea. Se lo trabaja mediante moldeado y calentamiento, y después de 14 operaciones manuales, la jirafa Sofía ¡está lista para jugar!
«Es de origen botánico y no químico, ni sintético como el plástico o el peluche. Y es blanca porque es de savia», apuntó Degrémont sobre el muñeco cuyas manchas, orejas, cuernos, garras, boca, mejillas y ojos están pintadas con pigmentos que también son de origen natural.
Necesidades y reparos
En relación a la primera infancia, la doctora Liliana Ortega, médica pediatra, jefa del Servicio de Pediatría del IADT (MN 59.322) explicó: «Ningún muñeco reemplaza la presencia de los padres. El primer juguete que todo niño tiene que tener es el contacto a través de la mirada, el tacto y la cadencia de la voz de quien lo cuida».
Ortega profundizó la explicación sobre cómo se desarrolla del aparato psíquico de los bebés. «Cuando nacen, no lo tienen desarrollado. Se va conformando en sus primeros años de vida. A través de los sentidos, van estructurando la inteligencia, que es emocional y una consecuencia directa de cómo aprehenden el mundo. A los cuatro o cinco meses, todo que lo puedan agarrar se lo van a llevar a la boca, que es el órgano de exploración. Y cerca de los nueve meses, con el gateo empiezan a alcanzar nuevos límites. Pero además, elaboran la angustia del octavo mes, haciendo desaparecer y aparecer los juguetes. Será su manera de entender que su mamá, que ya no es una con ellos, se puede ir pero volverá».
Para la doctora María Eugenia Lier, médica pediatra del Hospital Alemán (MN 84.446), «los juguetes favorecen los procesos de aprendizaje. Son mucho más que un medio de entretenimiento. En los primeros seis años de vida, son fundamentales para el desarrollo del sistema neurocognitivo y sensorial. Por eso tenemos que prestar mucha atención a la hora de elegirlos». Sobre este punto, Ortega aseguró: «Tienen que ser irrompibles, sin nada que se desprenda y lavables». Y subrayó: «Es un error creer que cuanto más caro sea el juguete, mejor estimulado va a estar el bebé».
Y la doctora Lier vuelve a un concepto fundamental sobre los juguetes. «Aquellos juguetes saturados de estímulos harán que el bebé no pueda discriminar, ni modular las respuestas. Resultarán perjudiciales». Y con respecto a la jirafa Sofía señaló: «Es un juguete muy bien confeccionado y seguro por estar fabricado en una pieza. No se puede desarmar. Es el best seller de los muñecos en el mundo».
Sin embargo y a pesar de su apariencia, Sofía no es un juguete para la bañadera. Como tiene un silbato, hay que tener la precaución de no mojarlo para que no le entre agua y se llene de moho. La limpieza tiene que ser con un trapito húmedo y jabón.
«Así como existe Sofía, está lleno de juguetes con similares características. No es el único», apuntó la doctora Rosario Ceballos, medica pediatra del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez (MN 129.294). Y puntualizó: «Lo importante es que sean blandos, no tóxicos y seguros. Tienen que ser simples. Y es preferible que cuando son chiquitos no sean peluches, porque muchas veces acumulan gérmenes».
A esta altura del suceso la giraffe Sophie es parte del patrimonio francés, como la Tour de Eiffel o la marca Hermès, aseguró Degrémont a Infobae. La jirafa Sofía se vende por Internet y en tiendas de artículos para bebés. Cuesta $1.990 pesos, pero en versión Sophiesticated –set de regalo con sonajero– ¡alcanza los 3.290 pesos! En Estados Unidos se consigue por USD 23 dólares y en Francia por 15 euros. Cada jirafa es única y tiene un número de lote en cada pierna. Es un diseño patentado y protegido que no se puede copiar.