Norma González vive en el barrio La Sarita, en Quilmes. Hace casi un mes comenzó a sentirse mal, tenía fiebre alta, tos y estaba «bastante agitada». No esperó para llamar al 148, la línea de emergencia por el Covid-19 que habilitó el Ministerio de Salud del gobierno de la provincia de Buenos Aires, y le contó al operador cuáles eran sus síntomas. También le respondió que no había tenido contacto con ningún caso sospechoso o confirmado, o al menos eso creía. La evaluación de su situación, le dijeron al día siguiente y luego de varios llamados, había sido clasificada como «posible coronavirus». Por eso, después de unas horas una ambulancia del SAME fue a buscarla para llevarla al hospital y hacerle el hisopado correspondiente, comenta La Nación.
«Nadie de la familia pudo acompañarla. Por protocolo nos pidieron que nos quedáramos todos en casa -cuenta Noelia, su hija mayor-. Después de tres horas la trajo nuevamente una ambulancia y nos dijeron que tenía que quedarse acá hasta saber el resultado, que demoraba 48 horas». Hasta tanto no tuviera la confirmación del diagnóstico, a González le indicaron permanecer aislada dentro de su propia casa, donde convive con sus cuatro hijos, su marido y uno de sus nietos. También, cuenta, le ofrecieron trasladarla a uno de los 136 centros extrahospitalarios, donde se alojan los casos sospechosos o los pacientes que no tienen criterio clínico de internación. Pero ella prefirió ir a su casa, después de firmar una declaración jurada en la que se comprometía a cumplir con el protocolo definido para esta situación.
«Durante esos días estuve en mi pieza sin salir y mi marido tuvo que irse a dormir al comedor. Me habían dicho que teníamos que mantener el ambiente ventilado, que nadie podía entrar a mi habitación, que me dejaran el plato de comida en la puerta y yo fuera a buscarlo y que designáramos a una sola persona para que me atendiera en el caso de ser necesario. Mi hija me preparaba el almuerzo, me dejaba la taza de té y después la cena. Me tocaba la puerta y se iba», cuenta González. Lo ideal, le habían dicho, era tener el uso exclusivo de un baño dentro de la casa, pero en lo de los González hay uno solo que comparte toda la familia. «Cada vez que iba era un lío, porque antes de salir del baño tenía que limpiar todo con agua con lavandina. Así cada vez. Estaba con fiebre y me sentía re mal, pero de solo pensar que podía contagiar a alguien de mi familia no me importaba tener que limpiar las veces que fuera necesario. Después de un rato también limpiaba mi hija, y así estábamos todo el día», relata. También había un protocolo para los utensilios de cocina y los elementos de uso personal. «Había que separarlos del resto y después de cada uso lavarlos y desinfectarlos con agua con lavandina», recuerda, que hasta que comenzó la cuarentena trabajaba como empleada doméstica en una casa de Quilmes y otra de la Capital.
Además de estar aislada y encerrada en su habitación, González recibía todos los días el llamado de un profesional del Centro de Telemedicina Central (CeTec), que depende de Ministerio de Salud bonaerense, encargado del monitoreo diario de su caso y de sus contactos estrechos. «Me llamaban para preguntarme si seguía con fiebre, para recordarme que debía tomarme la temperatura y si tenía algún otro síntoma nuevo. Todos chicos muy amables, eso sí. Me preguntaban si estaba cumpliendo con los protocolos de higiene y limpieza», dice González, y confiesa que mientras estuvo encerrada en su cuarto «no paraba de llorar». Finalmente, luego de 72 horas llegó el resultado: negativo. Tenía neumonitis.
Una habitación con ventana y un celular
Sebastián Crespo es el coordinador del CeTec, que tiene distintas sedes regionales y al que sumaron algunos centros más que funcionan en varias universidades públicas con asiento en el territorio bonaerense. Crespo explica que tanto para los casos sospechosos como para los pacientes confirmados de Covid-19 con cuadros leves, que no requieren internación, existen dos modalidades. «Si la persona cumple con ciertas condiciones puede cumplir con el aislamiento domiciliario, y por otra parte están los 136 centros extrahospitalarios que funcionan en los distintos municipios del conurbano bonaerense, que hoy es el centro de la pandemia».
¿Cuáles son esas condiciones básicas para cumplir con el aislamiento domiciliario? Además de ser un paciente asintomático o sin indicación clínica de internación, los protocolos que rigen para el AMBA comparten los mismos requisitos, aunque tanto desde el gobierno porteño como desde el Ministerio de Salud bonaerense explican que cada caso es atendido de forma particular. «El seguimiento es personalizado, y la idea es poder entender la singularidad de cada domicilio para brindar las recomendaciones que sean más eficientes. Se trata de individualizar los cuidados en cada situación. El protocolo dice que si el paciente convive con una persona mayor de 65 años o con factores de riesgo no debería considerarse el aislamiento en domicilio. Pero si en la casa hay una habitación con baño de uso individual y otra persona conviviente puede hacerse cargo, de ser necesario, de la atención del paciente con todas las medidas y cuidados que corresponden, se evalúa», explica Crespo.
De todas formas, y para estandarizar las guías de procedimiento, existe un listado de chequeo básico, un documento que el paciente deberá completar marcando con una «x» donde corresponde, que constará en su historia clínica y que será firmado por un médico. Entre las preguntas que se deben responder, figura si se dispone de un teléfono que garantice la comunicación permanente; si la persona es capaz de comprender y aplicar de forma correcta las medidas básicas de higiene, prevención y control de la infección; si convive con mayores de 60 años y/o con factores de riesgo (hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia renal crónica terminal o pacientes oncológicos en tratamiento); si hay en el hogar una habitación de uso individual con puerta y ventilación adecuada directa a la calle. También si existe conexión a agua potable en el interior de la vivienda y si hay un baño de uso exclusivo, o la posibilidad de higiene luego de cada uso. «Con la ausencia de uno o más criterios se debe recomendar el aislamiento institucional extrahospitalario», se indica en la planilla vigente del Ministerio de Salud bonaerense.
Algunos de los requisitos para el aislamiento domiciliario
- El paciente y sus convivientes deben ser capaces de comprender y aplicar de forma correcta las medidas básicas de higiene y prevención
- Se recomienda que en el domicilio se reduzca al mínimo posible el número de convivientes, evitando siempre que sea posible, la convivencia con niños pequeños
- Asegurar la disponibilidad de un teléfono que garantice la comunicación permanente con el personal sanitario hasta el alta
- Se debe procurar que, de ser necesario, sea una única persona la que proporcione atención al paciente, que deberá extremar las medidas de cuidado
- El paciente debe permanecer en una estancia o habitación de uso individual
- La puerta de la habitación debe permanecer cerrada hasta la finalización del aislamiento
- En caso de que sea imprescindible que el paciente haga uso de las zonas comunes, deberá utilizar barbijo quirúrgico y realizar higiene de manos al salir de la habitación y antes de entrar en ella
- La estancia o habitación debe tener ventilación adecuada directa a la calle
- De ser posible, se debe disponer de un baño para uso exclusivo del paciente, o en su defecto, limpiado con lejía doméstica (lavandina) tras cada uso que este haga
- Se debe colocar en el interior de la estancia o habitación un tacho de basura, con tapa de apertura de pedal, y en su interior una bolsa de plástico con cierre para depositar los residuos.
- Los utensilios de aseo deben ser de uso individual, al igual que los productos para la higiene de manos como el jabón o la solución hidroalcohólica
- La ropa personal, ropa de cama, toallas deben ser de uso exclusivo del paciente, y deben cambiarse frecuentemente
- La persona enferma debe adoptar en todo momento las medidas de higiene respiratoria: cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar con el codo flexionado o pañuelos desechables, que se depositarán en el tacho de basura dispuesto dentro de la habitación tras su uso. Lavado de manos con frecuencia con agua y jabón. También podrá utilizar soluciones hidroalcohólicas si están disponibles