Cómo cambió el mundo después de la gran pandemia de 1918

Boom de bebés, auge del espiritismo, prosperidad y cultura nudista. Luego del trauma de la gripe española y de la Primera Guerra Mundial, un sentimiento de liberación lanzó a la gente a la calle. Una…

domingo 02/08/2020 - 10:39
Compartí esta noticia

Boom de bebés, auge del espiritismo, prosperidad y cultura nudista. Luego del trauma de la gripe española y de la Primera Guerra Mundial, un sentimiento de liberación lanzó a la gente a la calle.

Una de cada tres personas del mundo enfermó. Una de cada 10 —según otros cálculos, una de cada cinco— murió. La mayoría de ellas tenía entre 20 y 40 años: no pertenecían a una población vulnerable como los niños y los ancianos, según publica Infobae.

La gripe de 1918 fue tan letal —hoy sería equivalente a 200 millones de personas— que las funerarias contrataron guardias de seguridad para evitar el robo de los ataúdes, cada día más escasos.

Con todo, del mismo modo que comenzó, aquella pandemia también terminó. Y la vida siguió, aunque tal vez no como antes, algo que se espera también para el día después de la COVID-19. Las huellas del trauma asumieron formas muy diversas en la recuperación del mundo postgripe española. De apostar por la vida a no volver a hablar de la enfermedad, y muchas veces las dos cosas a la vez, la humanidad volvió a abrirse camino.

Hubo un año de mercado en alza en Wall Street, y en realidad una década, hasta el crack de 1929, de prosperidad económica. De la India a Europa, en 1920 se produjo un boom de natalidad. Las vanguardias artísticas rompieron violentamente con los restos del romanticismo que quedaban, desde la creación del serialismo dodecafónico del compositor Arnold Schönberg al cine de Fritz Lang, pasando por la arquitectura de Walter Gropius y en general la escuela de la Bauhaus. Hubo un aumento notable de las mujeres en el mundo del trabajo, que llegaron a ser la quinta parte de la fuerza laboral; se multiplicó el voto femenino. Y a la pandemia de 1918 se deben, también, curiosamente, las modas del espiritismo y el nudismo.

Hacia 1918 las tasas de fecundidad en Europa se desplomaron, pero dos años más tarde se habían recuperado, y de una manera espectacular. En El jinete pálido, su libro sobre aquella gripe, Laura Spinney desmintió que se debiera solamente al fin de la guerra, y la oleada de embarazos que se produjo cuando los hombres sobrevivientes regresaron del frente. “Esto no explica por qué la neutral Noruega también vivió un boom de la natalidad en 1920″, argumentó.

Un ámbito laboral con más mujeres
La mayoría de los muertos por la gripe española fue joven, de entre 20 y los 40 años, y si bien las embarazadas corrían peligro especial —tenían un 50% más de probabilidades de desarrollar neumonía—, el virus afectó un poco más a los hombres en general. “Las víctimas que produjeron la Primera Guerra Mundial y la gripe española tuvieron un desastroso impacto económico”, dijo a la BBC Catharine Arnold, autora de Pandemia 1918.

“En muchos países, no quedaban hombres jóvenes para llevar adelante el negocio familiar, dirigir las granjas, capacitarse para profesiones y oficios, casarse y criar hijos para reemplazar a esos millones que habían muerto”, explicó. “Eso llevó al llamado problema de las ‘mujeres de repuesto’, con millones de mujeres que no lograron encontrar una pareja adecuada”, añadió.

Compartí esta noticia