Comenzó a tejer en pandemia y hoy encontró su verdadera pasión en los amigurumis

Sandra aprendió a tejer gracias a su abuela y su madre, pero fue durante los últimos años que descubrió en los amigurumis una forma de arte, emprendimiento y conexión con los demás, creando así Handmadebylilis.

sábado 05/04/2025 - 17:15
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Sandra Palomino lleva el tejido en la sangre. Desde muy pequeña, su abuela materna fue quien le enseñó los primeros puntos, y con el tiempo, su madre le transmitió técnicas, consejos y todo el amor por este arte. Durante años tejió suéters, bufandas, bolsos y pequeños accesorios, pero no fue hasta 2018 que decidió aventurarse en el universo de los amigurumis —muñecos tejidos a crochet— como un regalo especial para su sobrinita. Aquel desafío personal marcó un antes y un después en su historia.

“El mundo de los amigurumis me abrió una puerta completamente nueva. Me encontré creando cosas que nunca imaginé, y me enamoré del proceso”, cuenta Sandra, quien en 2019 decidió abrir una cuenta para compartir sus creaciones y dar el salto a emprender.

La pandemia fue un punto clave

Como ocurrió con muchos proyectos nacidos en la incertidumbre, el suyo se afianzó gracias a la dedicación, el aprendizaje constante y, sobre todo, el boca a boca. “Muchos de mis clientes llegaron recomendados por otros. Es una de las cosas más lindas que me deja este camino: saber que alguien confía en vos porque alguien más habló con cariño de tu trabajo”, comparte.

En ese recorrido también fue clave el apoyo de su mamá, quien actualmente vive en Italia pero sigue tejiendo y compartiendo su amor por las agujas. “Juntas atendimos muchos pedidos. Hoy, desde la distancia, seguimos unidas por lo que nos apasiona”.

En 2019, Sandra se animó a dar un paso más y abrió una cuenta en Instagram para compartir sus creaciones con el mundo. Así nació @handmadebylilis, un espacio donde muestra con orgullo cada uno de sus tejidos, especialmente sus amigurumis, que con el tiempo se convirtieron en su sello distintivo.

Al pasar de los meses, la demanda creció tanto que a Sandra empezaron a pedirle clases. Así nacieron sus talleres, donde forma grupos y transmite todo lo que ha aprendido. Para ella, lo más gratificante no es solo ver la cara de alegría de quien recibe un amigurumi, sino también ese momento de satisfacción personal al ver terminado algo que fue tejido, destejido y vuelto a crear hasta quedar perfecto.

“Mi consejo para quienes quieren emprender en lo artesanal es que no dejen de prepararse. Pero, sobre todo, que no dejen de ponerle amor a lo que hacen. Siempre va a haber alguien que valore tu trabajo, mientras vos también sepas dárselo”, reflexiona.

Hoy, Sandra no solo encontró una pasión, sino también una forma de vida que combina tradición, creatividad y comunidad. Y todo comenzó con un ovillo, una aguja… y mucho amor.

Para contactar con su talento, pueden seguirla en Instagram como; @handmadebylilis o escribir al WhatsApp: +54 9 2974 62-8626

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