La actualización de la base tributaria para el impuesto a los autos de lujo, vigente desde ayer, 1 de diciembre (la anterior rigió el trimestre septiembre, octubre, noviembre) implicará un aumento de hasta el 41% entre el tope para evitar pagar el impuesto interno vigente, del orden de los $10,5 millones, y el nuevo, que comenzará desde $14,7 millones para la escala 1, sobre la cual la tasa del tributo es del 20 por ciento. Informó Infobae.
La cifra es imprecisa, pues hay una variable que decide cada marca. La base imponible para entrar a la escala 1 es de $ 10.364.902,82 pesos. A eso se le suma el 21% de IVA y el margen o comisión del concesionario, históricamente cercano al 15%, aunque algunos fabricantes la redujeron a cambio de otros beneficios para los puntos oficiales de venta.
Por eso, el aumento puede ser menor. El mínimo vigente hasta el 30 de noviembre era de $10,5 millones, pero varias marcas tenían el tope un poco por debajo, entre los 10,2 y los 10,4 millones. Por eso, los aumentos serían de entre el 12 y el 41%, según cuál era la distancia respecto del tope.
El efecto de la inflación
Los altos índices de inflación harán que apenas liberado el tope las terminales actualicen los precios, como ya lo hizo Ford, para luego “planchar” los aumentos en el segundo mes y congelarlos en el tercero, hasta el próximo ajuste de la base imponible, que decide la AFIP, que ahora pasó de un precio mayorista de $7,3 millones de pesos a partir del cual un vehículo paga la primera escala de Impuestos Internos (20%, con un impacto final sobre el precio al público de 25%) a $10,3 millones.
Sumados el IVA y la comisión de la concesionaria, deja a las automotrices margen para armar listas de precios de hasta $14,7 millones sin que esos modelos “caigan” en la primera escala de los impuestos y les permite subir hasta 41% los modelos de precios en el límite de la categoría más baja de los impuestos internos.
Concretamente, los modelos Fiat Cronos y Peugeot 208, que explican 18% de los patentamientos de los primeros once meses del año), estuvieron hasta noviembre “topeados” en casi todas sus versiones con precios de lista entre 10,2 a 10,3 millones de pesos.
Hacer este ajuste cada tres meses permitía que el “topeo” de los precios se diera en el tercer mes de cada período, para que los aumentos fueran graduales. Con inflación de dos dígitos, eso se volvió muy difícil, porque los precios se atrasan rápidamente respecto a los costos reales de producción.
El “topeo”, por el cual todas las versiones de un mismo modelo, de la menos equipada o la conocida como full, tienen el mismo precio de lista, es solo virtual. No se refleja en los precios reales, pues no vale para los modelos más equipados o, si hay disponibilidad, incluye un sobreprecio que lo lleva al valor que debería tener el vehículo si no existiera el impuesto a los autos de lujo.
Precios virtuales y precios reales
La mejor comprobación de esto se dio en los últimos meses de cada trimestre de vigencia de la escala: cuando un comprador que quería adquirir un modelo “topeado” encontraba que, aunque el precio sugerido en las listas oficiales era uno, el de la disponibilidad era otro, en general 30% más alto.
Así, al final de noviembre, aunque la versión más equipada de un modelo tuviera un precio oficial de 10,5 millones, en las concesionarias se vendían a $14 millones. La suba de la base imponible llevará ahora a los autos que estaban en $10.500.000 hasta un valor algo menor de $14,7 millones.
La segunda escala, para la cual el gravamen sobre el “lujo” es del 35%, también fue actualizada. El monto máximo para estar en la escala 1 y no pasar a la escala 2, que era de $19.300.000, pasó ahora a ser de $27,2 millones.
El auto más barato del mercado, que es por última vez el Toyota Etios X (las 400 unidades que quedan en stock se entregarán en diciembre), podría subir de los actuales $7.915.000 a unos $11.100.000 para seguir siendo la referencia de precios 2023. Siguiendo el aumento histórico de los trimestres anteriores, el Fiat Cronos, el auto más vendido del mercado, que hoy está en $9.351.000 podría subir hasta unos $13 millones.
Ford fue la primera automotriz que ya aumentó los precios, lo que será seguido en los próximos días por las demás. Así puede observarse que el precio de la Ford Ranger XLT 2.OL Diesel Cabina 4×2 pasó de $25,957 millones a $29,461 millones, un aumento del 13,5 por ciento. A su vez, la SUV Territory, que estaba topeada en $23,01 millones, pasó a costar $29,452 millones, un aumentó del 30 por ciento.
Se trata, en todos los casos, de los márgenes posibles en función del cambio de la base tributaria y de la inflación. Lo esperable es que los aumentos vayan en un arco del 12 al 41 por ciento. Mucho dependerá de lo que haga el nuevo gobierno este impuesto “al lujo”, contrario -al menos en principio- al instinto libertario del presidente electo.