Miguelina Fredes Sarasola era la maestra titular de tercer grado en una de las escuelas más reconocidas de la localidad bonaerense de Campana. Hace más de un año, su pedido de licencia desató un escándalo entre los padres de sus alumnos debido a que su propósito era ingresar a Gran Hermano.
Nacida en Basavilbaso, provincia de Entre Ríos, abandonó su trabajo frente al aula y comenzó a vender contenido erótico de manera particular. Hoy, alejada de las escuelas, cobra miles de dólares por mes y fue convocada por L-Gante para ser parte de su próximo videoclip.
Cuando dejó su cargo en la Escuela Normal N°30, ante la presión de un grupo de padres que incluso se reunió con la dirección de la institución educativa, Miguelina se interiorizó en el mundo de la venta de contenido erótico.
Luego usó ese ingreso para mantener a sus dos hijos varones, ahorrar y viajar cada día a Buenos Aires para cumplir su sueño de ser actriz de teatro.
“Lo de L-Gante nació por un rapero que se llama Cotto RNG, con el que tuve una amistad y me ayudó a cumplir mi sueño de ser actriz. Lo conocí por las redes, vio algo en mí, y le habló a L-Gante para que me conociera. Luego me convocaron a bailar, sin saber hacerlo, para un videoclip que está por estrenarse”, contó a TN.
“Me pagaron $15.000. Fue más lo que gasté en ir y volver, así que no lo hice por el dinero. Fueron las ganas de conocerlo a él y descubrir que es tal cual se muestra en sus redes o en la tele. Un amor de persona”.
Miguelina contó que el día de la grabación, el cantante saludó a las bailarinas con un beso y se presentó con mucha amabilidad. “Cuando llegó a mí lo abracé, me temblaba todo el cuerpo. Le dije que no era bailarina y que era un sueño para mí. Él me contestó: ‘Yo no soy cantante y también estoy acá’”.
“Me parece importante destacar que con L-Gante no tengo ningún vínculo ni interés más allá del laboral. Lo quiero mucho por cómo es, pero no hay ninguna otra búsqueda”, precisó.
La docente, retirada de las aulas “hasta nuevo aviso”, comenzó a frecuentar el círculo íntimo del artista y fue invitada a compartir cenas y momentos con él y su grupo más íntimo.
“Con mis hijos siempre hablamos de él, pero no por su música, sino porque salió desde abajo y pudo cumplir sus sueños. Como yo. Es alguien que nunca perdió la humildad, por eso fue hermoso conocerlo”, contó Miguelina.