Aterra ver en las redes sociales, que personas escudadas en sobrenombres–y otras con nombre propio–se convoquen en la puerta del hotel donde se aloja Atenas de Córdoba para intentar agredir al plantel cordobés.
Triste historia que tuvo origen en el encuentro que Atenas y Gimnasia jugaron en Córdoba en diciembre de 2011. En ese partido Roberto Gabini (Gimnasia) le pegó un codazo a Bruno Lábaque el cual le produjo una herida en la frente al basquetbolista cordobés.
A partir de esa situación se generó una pelea en la que participaron Lábaque padre e hijo, parte del cuerpo técnico de Atenas, Gabini y Néstor Chávez (jefe de equipo de Gimnasia).
La violenta situación, que también se trasladó a los vestuarios del gimnasio Carlos Cerutti, llegó a su fin con la intervención de la policía.
Felipe Lábaque, «dueño» de Atenas de Córdoba declaró en una nota que publica el diario «La Voz del Interior» que a raíz de amenazas a integrantes del plantel decidió que no viaje su hijo Bruno para disputar el encuentro que ambos clubes llevarán a cabo esta noche a las 21.30hs en el «Socios Fundadores».
Lejos de dejar de lado esas declaraciones de Lábaque y lo incomprobable de su denuncia, los dirigentes del equipo comodorense sacan un Comunicado de Prensa aclarando lo imposible. Una obviedad decir en ese texto que ya da vueltas por todas las redacciones del país que «Nadie de nuestra institución amenazó a alguien de Atenas…». Y pretenden justificar su redacción citando que «se mantiene el canje de hotel con Atenas…».
Esta situación nos retrotrae a fin de enero del 95 cuando estaba por llegar al «Socios Fundadores» el recordado León Najnudel y el equipo que dirigía en ese momento, Boca Juniors. Dirigentes encumbrados del elenco «verde» lloraban su despecho porque «Najnudel no quiso renovar su vínculo con Gimnasia y Esgrima. Le dijo no a toda la ciudad». Durante el friccionado encuentro se sucedieron muchas irregularidades, deportivas y de las otras. Desde el ingreso a la cancha por parte del Presidente de entonces, Alberto Álvarez, para increpar en medio del campo de juego a la dupla arbitral Alagastino-Chitti, hasta la incitación a la violencia por parte de la prensa. No se debe olvidar que la mismísima voz del estadio (ver revista EL GRAFICO de febrero 95) decía a los espectadores «Todos estamos calientes por el arbitraje…». El saldo fue el más triste en la historia del básquetbol argentino. Un muerto. Un vecino nuestro. Un amigo.
Si hoy no están atentos los dirigentes que deben ser mas que nunca eso y no hinchas, podemos llegar a tener que lamentarnos.
Estamos a tiempo de detener este arrebato de violencia. Se lee en facebook, desde un sitio oficial de GyECR que dice «No respondamos provocaciones», lo que no se dice de quien. Si no concurre público visitante y los Lábaque no vinieron a Comodoro Rivadavia, ¿quién provocaría hoy en el estadio?
Son momentos difíciles y donde la inteligencia y el sentido común deben estar por sobre la sanguineidad no pensante de aquellos que dicen ser hinchas.
El básquet no debe «futbolizarse». Deben orientarse las conductas con los ejemplos. Disfrutemos del espectáculo. Ya lo dice u proverbio zen «Si logras tu único objetivo, te perderás lo demás»: Seria lamentable que la única motivación que algunos tuvieran esta noche al concurrir al partido, sea agredir a Atenas.
Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia son dos grandes de la Liga nacional de Básquetbol. Está su nombre–el de ambos–mas allá de cualquier oportunista de turno que se disfrace de dirigente. Que sea una fiesta. Que gane el mejor. Y que mañana se hable de básquet y no de otras cosas tristes. Depende de todos.
Por Ricardo Scazzino
Foto: basquetplus.com