Tan sólo unas horas después de la aprobación del matrimonio gay en el Senado, el Gobierno celebró y la UCR, el principal partido de la oposición, quedó envuelto en la polémica y los pases de factura, señala un informe que publica el matutino porteño La Nación con la firma de Laura Capriata.
En ese contexto polémico, el tucumano José Cano y el chubutense Mario Cimadevilla se enfrentaron a los gritos con sus correligionarios para que no dieran quórum, según contaron a este diario varios testigos de la reunión. «No se discutió la votación, sino que había que exigirle al oficialismo que se sentara en su banca», según Cano.
Para Sanz, Morales y el resto, esa no era una opción viable. Desde que el proyecto ingresó al Senado, ellos habían avisado que lo apoyarían y no podían cargar con el peso de su fracaso a esa altura.
REPROCHES
“¿Cómo explico en mi pueblo que el kirchnerismo ganó por el voto de los presidentes de la UCR y del bloque radical?”, se preguntó un senador abiertamente contrario al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Su reproche apuntaba a Ernesto Sanz y Gerardo Morales, presidente del partido y de la bancada radical, respectivamente, que junto a los senadores Eugenio Artaza («Nito»; Corrientes), Alfredo Martínez (Santa Cruz) y Oscar Castillo (Catamarca) fueron los únicos radicales, de un bloque de 16, que votaron a favor del proyecto.
La verdad es que, si bien durante todo el proceso de tratamiento del matrimonio gay la postura radical fue darles a sus legisladores libertad de conciencia para votar, el ajustado triunfo y las tácticas que usó el kirchnerismo para lograrlo hicieron tambalear esa estrategia en el Senado, señala Capriata en su comentario .
Fuente: Diario de Madryn