Cigarrillos electrónicos: la “opción más saludable” que también genera adicción

Combinado con una extensa red de distribución, las empresas creadoras de estos aparatos, apoyadas por las grandes potencias tabacaleras, utilizan estrategias de comunicación integrada de marketing para volver a poner de moda el consumo de…

lunes 16/09/2019 - 11:48
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Combinado con una extensa red de distribución, las empresas creadoras de estos aparatos, apoyadas por las grandes potencias tabacaleras, utilizan estrategias de comunicación integrada de marketing para volver a poner de moda el consumo de nicotina. Utilizan temas ya clásicos en la industria como son el glamur, la moda y la libertad.

Artículos como el tabaco calentado (iQOS) o los cigarrillos electrónicos como Juul o MyBlu están presentes en el mercado con un crecimiento acorde al ciclo de vida de las innovaciones de producto. No es de extrañar, dada la inteligencia de mercado y la capacidad financiera y de distribución de gigantes del sector del tabaco como son Philip Morris (detrás de iQOS e inversor de Juul) o Imperial Tobacco (MyBlu).

A estos temas hay que añadirle un componente nuevo, las nuevas tecnologías, que desvía la atención del consumidor. Esto se remarca en un informe realizado por The Conversation, que señala que las marcas efectúan las ventas en lugares exclusivos y minimalistas donde la adicción al producto se diluye bajo la forma de novedad tecnológica. El dispositivo se parece más a un smartphone que al cigarrillo tradicional.

Evolución de los cigarrillos electrónicos

El cigarrillo electrónico es un dispositivo que genera un aerosol a partir de un líquido. Este contiene productos químicos potencialmente tóxicos en concentraciones más bajas que en el tabaco, pero superiores a la contaminación del aire.

Los primeros modelos eran bastante ineficaces en la liberación de nicotina. Las partículas eran demasiado grandes, lo que dificultaba y retrasaba su absorción, reduciendo así la capacidad de producir adicción.

Las versiones posteriores solucionaron esta dificultad. Se mejoró la duración y calidad de las baterías, aumentando la potencia de funcionamiento del producto y favoreciendo la absorción de nicotina. Esto facilita la generación de dependencia en el usuario.

Los cigarrillos electrónicos son la adaptación de la industria del tabaco a la reducción de fumadores y a la regulación de espacios sin humo. En definitiva, y tal y como recomienda la FDA en su último comunicado, el cigarrillo electrónico no ayuda a dejar de fumar y favorece el uso de nicotina en entornos donde ya había desaparecido. Es una puerta de entrada al tabaquismo, por lo que los profesionales de la salud deberían encarecidamente no recomendarlos.

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