A cuatro años del surgimiento del coronavirus todavía persisten sus consecuencias en muchas personas, por ejemplo, en quienes todavía no recuperaron el sentido del gusto y del olfato luego de padecer la enfermedad COVID-19 generada por el SARS-CoV-2.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ageusia y anosmia, nombres que reciben respectivamente la pérdida de esos sentidos, se dieron 4 de cada 10 pacientes y, de acuerdo con los datos de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon, el 20% de las personas que sufrieron distorsiones en el olfato no lo recuperaron en los siguientes tres meses del COVID-19.
Este importante porcentaje de personas que no recuperaron su capacidad para sentir los perfumes y los sabores supuso una motivación para la Universidad de Hokkaido y la farmacéutica japonesa Shionogi, que desarrollaron una píldora que ha demostrado ser eficaz para combatir estos síntomas del coronavirus. Así nació la pastilla antiviral ensitrelvir –conocida como Xocova– que actúa como inhibidor de proteasa 3CL, una enzima esencial para la replicación del SARS-CoV-2.
Al séptimo día de tratamiento, los pacientes que tomaron 250 mg del nuevo fármaco redujeron en un 39 % más sus síntomas que el grupo placebo
La doctora Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga, experta en olfato y alergista, explicó en diálogo con Infobae: “Hasta el momento lo único que hay es el entrenamiento, que es la rehabilitación y esto es para los pacientes anósmicos que han quedado sin olfato o esos pacientes que quedaron con una alteración como puede ser una hiposmia, una disminución del olfato. Eso es lo que hay hasta el momento y esto se conoce desde 2009 y el que introdujo este entrenamiento o la rehabilitación, que son ejercicios que se tienen que hacer de a uno por vez y el paciente no tiene que dejar de hacer ese ejercicio con un olor evocando recuerdos de lugares situaciones o personas hasta que lo conozca. Una vez que conoce ese olor pasa a otro segundo olor”.
La píldora empezó a testarse durante la predominancia de la variante Ómicron, y su objetivo inicial no fue precisamente el de paliar la anosmia y la ageusia de los pacientes, sino atacar al virus en términos generales.
En Japón este medicamento está disponible para personas con síntomas leves a moderados, independientemente de sus factores de riesgo. “Recibió la aprobación regulatoria de emergencia del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar (MHLW) de Japón para el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2 en noviembre de 2022. Sigue siendo un fármaco en investigación fuera de Japón. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) concedió a ensitrelvir la designación Fast Track, que está diseñada para acelerar la revisión de posibles nuevas terapias para afecciones graves con una necesidad médica no cubierta”, especifican en Shionogi.
El medicamento antiviral japonés espera la aprobación de la FDA en EEUU y en otros países del mundo (Getty)
“Este medicamento tiene buenos resultados en cuanto al olfato. Habría que hacer más investigaciones para saber un poco mejor. Pero en principio lo que se vio, comparando placebo con el grupo en tratamiento, es que tienen mejores resultados éstos últimos en cuanto a la recuperación del olfato y el sabor”, explicó a Infobae la doctora Patricia Portillo Mazal (MN: 117.216), otorrinolaringóloga y especialista en olfato y gusto del Hospital Italiano de Buenos Aires.
“Esta medicación antiviral se brinda en la parte aguda de la enfermedad, con lo cual frena un poco el ataque o el efecto del virus. La pérdida de olfato en el COVID justamente se da en parte por el daño que el virus hace sobre la mucosa olfatoria (o epitelio olfatorio) y también por la misma reacción inflamatoria de protección. Existe el olfato que lo percibimos en la nariz, en la mucosa olfatoria donde está la neurona receptora olfatoria y una célula de sostén que la acompaña. Además, en la boca percibimos el gusto que es dulce, salado, amargo y ácido a través de las papilas gustativas y la combinación de gusto y olfato da sabor”, completó la experta.
Y agregó: “Lo que se vio es que con esta medicación, se logra reducir la cantidad de personas con pérdida de olfato o aumentar la cantidad de personas que mejoraron su olfato luego de haberlo perdido en el grupo de tratamiento comparado con placebo”.
En los pacientes menos graves es donde la alteración del olfato puede ser más frecuente
La doctora Cuevas advirtió que este es un estudio que está en investigación: “Es un trabajo asiático, y la idea es que la ageusia y anosmia normalmente se pueden resolver de manera natural y en otras oportunidades lo que funciona es la rehabilitación, el entrenamiento”.
“La pérdida súbita del olfato, acompañada del sabor (el olfato da el 80% del sabor) se manifiesta como consecuencia de que el SARS-CoV-2 ingresa por las fosas nasales y se pone en contacto con el epitelio olfatorio”, explicaron desde el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” de México. Y agregaron: “Ésta es una capa formada por tres tipos de células: las células de sostén, las células basales y las células olfatorias propiamente dichas. Estas últimas se conocen con el nombre de “primera neurona” y son las únicas neuronas que se encuentran fuera del cerebro. Las primeras neuronas tienen, a nivel de las cilias de sus dendritas, un receptor, que es la estructura que termina dañada por el coronavirus”.
Y puntualizaron que es un fenómeno que se vio antes en otras infecciones, tanto por virus como por bacterias, que atacan y dañan las neuronas, entre ellas la gripe. La diferencia es que el grado de incidencia que la anosmia y la parosmia tienen en el COVID-19 es más alta en comparación.
Como se realizó el estudio
“La pérdida del olfato puede llegar a ser peligrosa”, señaló el doctor Adiel Asch Rabinovich, otorrinolaringólogo especialista del Centro Médico ABC, debido a que no permite la detección de humo, fugas de gas o, incluso, consumir alimentos echados a perder. El virus del SARS-CoV-2 provoca un estado inflamatorio en el cuerpo, especialmente en el tejido pulmonar, de los riñones e, inclusive, en el cerebro; resultando en la pérdida del olfato.
“La anosmia se presenta debido a cierta obstrucción en el interior de la nariz y daño en vías centrales nerviosas que incluye al epitelio olfativo, cuya mucosa serviría como receptor celular del SARS-CoV-2″, precisó y agregó que algunos pacientes logran recuperar el olfato de forma progresiva, pero existen casos donde se deberá ayudar para lograr recuperar este sentido.
La investigación fue publicada en la revista científica Nature. En uno de los ensayos, las personas con síntomas leves o moderados de coronavirus recibieron 125 o 250 miligramos de ensitrelvir o un placebo. Al inicio del estudio, el 20 % de los participantes informaron algún nivel de pérdida del olfato o del gusto.
Numerosos estudios realizados a lo largo de la última década sugieren que la exposición breve y repetida a olores puede ayudar a aquellos que han perdido el sentido del olfato
Después del tercer día de tratamiento, la proporción de participantes que informaron tales síntomas en los grupos de ensitrelvir comenzó a disminuir más drásticamente que la proporción en el grupo de placebo. Al séptimo día, el porcentaje de participantes con pérdida del olfato o del gusto fue un 39 % menor en el grupo que tomó pastillas de 250 miligramos que en el grupo de placebo. Tres semanas después del comienzo del tratamiento, todos los grupos informaron de síntomas similares.
Aunque los científicos saben que muchos pacientes recobran estos sentidos de forma natural, el medicamento ofrece muy buenos resultados. No obstante, todavía no hay planes para introducirlo en Europa u otros continentes.
“Aparentemente parece que este fármaco da buenos resultados, pero por ahora no hay ningún plan para introducirlo en Europa, que es donde más se sabe de olfato. La cuna del olfato está en Europa y especialmente en Alemania y en España. Este es un trabajo japonés de Asia, y habla como que es bien tolerado en pacientes con COVID. De leve a moderado, o sea que yo entiendo como que es un medicamento que se le da a los pacientes que tienen COVID, no que tienen las secuelas”, agregó Cuevas.
“La mayoría de las personas se recuperan por sí solas, pero sabemos que algunas han tenido problemas a largo plazo con el olfato y el gusto”, publicó en Nature Yohei Doi, investigador de enfermedades infecciosas de la Universidad de Salud Fujita en Toyoake, Japón, y uno de los investigadores del estudio.
Además, los problemas del olfato y del gusto son menos frecuentes ahora que en las primeras etapas de la pandemia, ya que cuando las variantes de ómicron se volvieron dominantes, “la pérdida del gusto y el olfato comenzó a ser cada vez menos común”, dijo Amesh Adalja, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en Baltimore, Maryland. “Pero todavía ocurre y es un síntoma angustiante”, expresó el experto.
La doctora Cuevas dijo que el olfato con el tiempo vuelve solo. “Hay que darle tiempo y hacer cosas como pedirle al paciente que saque todos los olores, que como el olfato da el sabor también que tenga cuidado porque al no oler ni tener el sabor, puede ingerir cosas que están en mal estado, se le pueden quemar comidas, o sea la calidad de vida del paciente sin olfato o poco olfato está alterada.”
Y agregó: “Hay que darle un tiempo al paciente y enseñarle estas pautas y hacer el entrenamiento con la ayuda con antioxidantes, que se prescriben como un complejo vitamínico, con B1, B6, B12, zinc, vitamina C y D. Usamos alguna solución salina hipertónica. También hay que descartar que no tenga algún otro tipo de patología como por ejemplo, una rinosinusitis crónica o una rinitis alérgica donde ya hay un proceso inflamatorio”.
Cuevas concluyó: “Este es un trabajo que despierta muchas expectativas pero también hay que pensar que se aplica en los casos leves a moderados, que justamente se recuperan solos”.